Siendo niña pasaba los veranos en una casita que había construido su padre, en una isla de Escocia. Allí, sin electricidad ni grandes comodidades se divertía con sus hermanos y pasaba meses dibujando y escribiendo. También buscando dragones. Cressida Cowell, hija del vizconde de Blakenham, trabajó en publicidad y diseño gráfico antes de convertirse en la autora de la saga literaria Cómo entrenar a tu dragón. A lo largo de 12 libros ha contado la relación entre Hipo y su dragón, Chimuelo, que se convirtió en una trilogía animada nominada al Oscar, una serie que ya tiene seis temporadas de Netflix y ahora estrena el live action de la primera animación, estrenada en 2010.
Las películas animadas se encuentran disponibles en el servicio de streaming Universal+ (también en NSNow de Nuevo Siglo) y la remake, con actores reales llega hoy a los cines uruguayos.
Tanto en los libros como en las películas de Cómo entrenar a tu dragón, se narra la evolución del joven vikingo Hipo, quien pasa de ser el inadaptado y algo torpe hijo del jefe de su aldea, a un líder respetado en un relato sobre el camino a la adultez que se entrecruza con el bienestar animal (dragones, pero animales al fin) y otras culturas.
Al igual que en la animación, el live action se centra en Hipo Horrendo Abadejo III, ahora a cargo del joven Mason Thames, quien saltó a la fama en 2021 con la película de terror, El teléfono negro. El escuálido, torpe y algo inadaptado protagonista vive en la isla de Berk, la cual está habitada por unos vikingos musculosos y aguerridos que consideran a los dragones como sus enemigos mortales. Motivos tienen, se comen las ovejas y los alimentos.
El joven no encaja en esa cultura guerrera que admira a cazadores de dragones como su padre, el líder de la tribu, Estoico el Vasto, un musculoso vikingo que interpreta Gerard Butler, quien ya le había dado su voz al personaje en la animación. Pese a la resistencia de su padre, Hipo quiere convertirse en guerrero para ganarse el respeto de los demás, lo que se complica por su torpeza. Igualmente termina derribando a un Furia Nocturna que es una raza de dragón rara y peligrosa, aunque en lugar de matarlo, decide ayudarlo. Así, desde la empatía a ese animal indefenso surge una improbable amistad, que servirá de ayuda cuando llegue el peligro.
La saga se convirtió en un éxito que ya recaudó más de 1.600 millones de dólares en el mundo. La revista Variety estima que el live action puede llegar a recaudar 185 millones en su primer fin de semana en cines.
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Desde su casa en Londres, específicamente el living porque “la conexión es mejor que en el estudio”, Cressida Cowell muestra unas fotos. Son de la casa en las Islas Hébridas Interiores, donde pasó su infancia. En una charla con El País, autora de Cómo entrenar a tu dragón habla del proceso creativo, la figura del héroe y esa casita donde surgió un universo que se convirtió en un éxito literario y una franquicia en cines.
—¿Cómo influyeron esas vacaciones infantiles en la creación de Cómo entrenar a tu dragón?
—Esas experiencias influyeron profundamente. Pasé todos mis veranos de la infancia en esa isla, que inicialmente visitábamos solo para acampar. Mi padre construyó una casa allí y conseguimos un barco para pescar, así que pasábamos los veranos completos en ese lugar sin electricidad, ni televisión. En los años 70, podías jugar libremente sin ser seguido por nadie. Pasaba el tiempo explorando acantilados y cuevas, imaginando que buscaba dragones, porque la isla fue habitada por vikingos y ellos creían en los dragones. Esa imaginación y conexión con la naturaleza fueron la inspiración absoluta para los libros y las historias de dragones. Sigue siéndolo, incluso 50 años después.
—Hippo comienza como un héroe improbable: chico, pensativo y un poco temeroso. ¿Era importante romper con el modelo tradicional del protagonista valiente, musculoso y audaz?
—Quería presentar a los niños un nuevo tipo de héroe. Los vikingos me sirvieron para explorar ideas tradicionales de masculinidad, y hace 27 años intenté mostrar especialmente a los niños que se puede ser masculino y héroe sin necesidad de recurrir a la violencia. Hipo es fuerte, pero su fuerza es diferente: es inteligente, creativo, un inventor y un creador. Es un héroe que tiene mucha empatía y puede ver el mundo desde el punto de vista de otros.
—En la película, hay un momento clave en la relación de Hipo y Chimuelo, cuando el vikingo entiende que el dragón tiene conciencia propia. ¿Siente que es el momento clave en la historia?
—Sí, ese momento es crucial porque muestra la necesidad de que los humanos reconozcamos la conciencia en otros animales. Tenemos la responsabilidad de respetar a los animales y a la naturaleza, no solo para ser amables, sino porque los humanos deben entender su lugar en el mundo y tener humildad ante la naturaleza. Esa es un mensaje muy importante para los niños, que está presente tanto en los libros como en las películas.
—¿Qué opina de las adaptaciones cinematográficas de tus libros?
—Me encantan. Adoro las tres películas animadas, son increíbles, porque combinan arte, emoción y reflexión; a veces te hacen llorar y siempre te hacen pensar. Además, tienen una belleza visual y una música maravillosa.
—¿Y qué piensa del live action que se estrena en cines?
—También me encanta el live action. Fue clave que el mismo director haya estado a cargo de las tres películas animadas desde 2008, y eso garantiza que el corazón de la historia original esté presente en la película con actores reales.
—¿Hay algún momento del libro que le hubiera gustado que se representara en las películas?
—Lo que pasa es que libros y películas son medios diferentes. Para mí, lo más importante era que el espíritu y el mensaje de los libros se transmitieran fielmente, y creo que lo lograron muy bien. Por ejemplo, la famosa frase de apertura en los libros es “Había dragones cuando yo era niño”, es también un mensaje que se refleja en las películas. El momento icónico en la película en que Hipo extiende la mano hacia Chimuelo es una forma condensada de contar una historia que en los libros abarca doce volúmenes. Además, los libros cuentan la evolución de Hipo como un nuevo tipo de héroe y rey, algo que no se puede trasladar directamente al cine sin hacer muchas películas. Por eso, la adaptación cinematográfica funciona muy bien en su propio formato, y eso me encanta.