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"El año de la furia", la película de un español que transcurre en una Montevideo peligrosa

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Rafa Russo

ENTREVISTA

El País charló con Rafa Russo, el director español que cuenta dos historias entrelazadas en el Uruguay previo a la dictadura; se estrena mañana

Mañana estrena en cines El año de la furia del español Rafa Russo que transcurre en aquel Uruguay cercano a la dictadura. En ese ambiente hostil se cuentan dos historias entrelazadas: dos guionistas de un programa de humor (Joaquín Furriel y Alberto Ammann) acosados por la censura y la relación de un torturador (Daniel Grao) y una prostituta (Martina Gusmán). De la experiencia de filmar en Uruguay, Russo charló con El País.

-¿Qué significa para usted estrenar El año de la furia en Uruguay?

-Es como ya finalmente cerrar el círculo de este viaje tan apasionante que ha sido para nosotros hacer esta película que ya ha estado en festivales en todo el mundo y se estrenó en España. Acá estuvimos en el Festival de Punta del Este donde tuvimos un aperitivo porque ganamos el premio del público. Igual, estábamos impacientes porque se estrenara en Uruguay.

-¿Cómo fue el rodaje acá?

-Fantástico. Todos los exteriores se filmaron allí con un equipo mayoritariamente uruguayo y un elenco uruguayo, argentino y español. Me encantó Montevideo: tiene ese aire algo decadente que dan muchos edificios que no han sido renovados y eso es gran parte de su encanto. E hizo más fácil que en otras ciudades seguramente recrear la Montevideo de los años 70. Es una película muy ambiciosa a todos los niveles, muy coral y por lo tanto con muchos actores y había un presupuesto limitado, así que había que prepararla muy bien y no se podía fallar. Y no se falló y me quedé muy contento con el trabajo del equipo.

-¿Cómo llegó a esta historia ?

-Mis padres son argentinos, así que yo siempre me he sentido muy vinculado a la realidad rioplatense a nivel cultural, social y político. La historia empezó a germinarse en mi cabeza hablando con un amigo uruguayo y otro argentino que empezaron a contarme un poco los años previos a la dictadura y las particularidades de Uruguay, un país que siempre ha estado digamos en la vanguardia de los derechos humanos y los progresismos en América Latina y como poco a poco fue también deslizándose por el precipicio del totalitarismo. Y pensé que se habían hecho muy pocas películas sobre sobre la dictadura uruguaya y por otro lado vi que la mayoría de las películas sobre las dictaduras responden todas a un patrón bastante parecido que es mostrar el horror. Y pensé que sería interesante una película que primero contara la realidad uruguaya y también la historia desde otro punto de vista: más la antesala del horror que el horror en sí. Eso puede permitir encontrar claves para que no vuelva a ocurrir algo así. Y contarlo más desde la calle que desde los despachos. Ver cómo poco a poco el este recorte progresivo de libertades fue paralizando la sociedad y afectándola a todos los niveles. Y entonces fue germinando creciendo esa en la cabeza de hacer una película con un mosaico amplio de personajes que mostraban todos estos puntos de vista.

-La trama pasa por esos dos escritores pero también por un torturador...

-La historia se centra mucho en la relación que hay entre dos guionistas de un programa de humor de la televisión, y como todo lo que está ocurriendo -esa censura progresiva, por ejemplo- va afectándoles. Y por otro lado quise incluir también el punto de vista de un torturador, de un militar medio que es azuzado por sus superiores para ser más vehemente en la represión. Me interesaba también contar cómo es cómo se engrasa esta maquinaria del mal y si realmente hay algún resquicio de libertad para alguien que quiera salirse de ahí, que tenga digamos problemas morales con eso me parecía también un punto de vista novedoso y diferente para contar una historia sobre la dictadura militar en Uruguay. Como director quiero llegar al corazón del espectador por la vía del corazón de los personajes.

-Suele mencionar bastante la palabra corazón. ¿Qué representa para usted en el cine?

-El cine está necesitado de mucho más corazón. Cuando las películas tienen un impacto emocional permanecen más en la memoria del espectador. Hay películas que son imperfectas y sin embargo tienen momentos emocionales muy potentes que te agarran el corazón. A esas las valoro más que otras que a lo mejor sean más perfectas.

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