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Una actriz que se volvió directora y adapta una novela de Elena Ferrante para Netflix

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Maggie Gyllenhaal

Estreno

El viernes se estrenó "La hija oscura", la adaptación escrita y dirigida por Maggie Gyllenhaal sobre la novela de la escritora italiana y con Olivia Colman en el papel principal

Maggie Gyllenhaal
Maggie Gyllenhaal

Maggie Gyllenhaal nunca ha rehuido los papeles difíciles. La actriz ha encarado personajes complicados como una asistente con vínculos sadomasoquistas con su jefe (La secretaria), la hija de un traficante de armas atrapada en el conflicto palestino-israelí (la miniserie La Honorable Mujer) y una trabajadora sexual en la década de 1970 en Nueva York (en la serie The Deuce de HBO).

Pero el trabajo de directora y guionista de La hija oscura, una adaptación de la novela de Elena Ferrante, puede ser su papel más arriesgado hasta ahora. Se estrenó el viernes en Netflix.

Ambientada en una isla griega bañada por el sol, está protagonizada por Olivia Colman como Leda, una profesora de literatura de mediana edad, sola en unas vacaciones de trabajo. Allí se cruza con una joven madre, Nina, interpretada por Dakota Johnson. A medida que se involucra más con Nina y su familia, el pasado de Leda y las decisiones que tomó de joven se cuelan en el presente, con resultados extraños y perturbadores.

Al igual que la novela, la película encara las preguntas complicadas que enfrentan las mujeres en diferentes etapas de sus vidas. En su centro está el intenso empujón de la maternidad, pero también toca la ambición, el sacrificio, el envejecimiento y el arte.

Se espera que La hija oscura que ganó el premio al mejor guión en Venecia, sea una competidora en los Oscar.

Aquí Gyllenhaal habla de ser una directora hoy, los tabúes en torno a la maternidad y lo que significa llevar Ferrante al cine.

—¿Qué le atrajo de Ferrante?

—Empecé con sus novelas napolitanas. Hablaba de cosas que casi nunca había escuchado antes. Pensé: “Oh, Dios mío, esta mujer está tan loca”. Diez segundos después pensé que realmente me identificaba con ella, y por eso yo debía estar así de loca. Las encontré tan perturbadoras como reconfortantes porque si alguien más lo ha escrito, piensas, “oh, no estoy sola en lo que pensé que era una ansiedad o terror secreto o incluso en la intensidad de mi alegría y conexión”. Luego leí La hija oscura y pensé, qué pasaría si pudiera crear una situación que fuera común, donde estas cosas -esa experiencia de sentirnos solos, por ejemplo- realmente se hablaran en voz alta.

—La película puede verse de muchas formas, incluso como una película de terror. ¿Por qué eso?

—Quería que fuera un thriller. El libro no es realmente un thriller, pero lo amplié porque pensé que me daría más libertad artística. Quería incluso atreverme a convertirlo en una película de terror sobre el funcionamiento interno de una mente. Ella no es mala; es como nosotros. Y me gustó la idea de tener una estructura clásica de la que agarrarme. He descubierto que consigo mayor libertad de expresión como actriz con una estructura realmente clara. No estoy segura de que lo haga la próxima vez. Estuve en el jurado de Cannes el año pasado, probablemente dos o tres semanas después de terminar la edición final de La hija oscura, y mirando algunas películas realmente interesantes, me di cuenta de que puedes hacer lo que quieras si vas detrás de algo veraz.

—¿Cuál fue la parte más difícil de adaptar?

—Descubrí que para adaptar se emplea un músculo similar al que he usado como actriz en términos de tomar un texto -ya sea excelente o con problemas- y descubrir su esencia. Hay algunas cosas que son literales, pero son muy extrañas. Como la línea, “Soy una madre antinatural”. Eso es 100% Ferrante, un impulso directo. Pero mucha gente me dijo “borrá esa línea”. También hice lo que (Ferrante permitió) y cambié muchas, muchas cosas, pero realmente creo que el guión y la película están realmente en diálogo con el libro.

—Leda es escritora y mostrar su ambición juvenil se lleva una gran parte de la película. ¿Viste Bergman Island? Ambas películas lidian con la cuestión de que sí puedes ser mujer y artista.

—Creo que existe la escritura de mujeres y el cine de mujeres. Hay mujeres feministas realmente interesantes que no están de acuerdo conmigo. Creo que cuando las mujeres se expresan honestamente, se ve diferente a cuando los hombres se expresan honestamente. Es realmente peligroso hablar de esto. Cuando me dan libertad, un poco de dinero y espacio para contar la historia que quiero contar, termina siendo acerca de la maternidad. O sobre lo doméstico con muchas escenas en la cocina. ¿Pueden las historias de lo doméstico realmente considerarse gran arte? Para mí son una ópera. No vengo de mujeres con delantales atados a la cocina. Mi madre es una profesional (Naomi Foner Gyllenhaal, guionista y directora), mi abuela era pediatra en la década de 1940 y mi tía abuela, abogada. Soy educada y tengo una vida profesional y, sin embargo, mi identificación como madre es una parte enorme de mí.

—¿Quién te inspira como directora?

Fellini y Lucrecia Martel, quien nunca es literal. Amo a Claire Denis. He hablado mucho deJane Campiony David Lynch. Y aunque no trabajé con él, leí durante una semana una obra de teatro con Mike Nichols. Y aprendí un montón de cosas.

—¿Cómo fue trabajar con Olivia Colman?

—A Olivia no le gustaba hablar mucho. Me pregunto, en realidad, si es porque hace relativamente poco tiempo que obtuvo el poder como actriz o si se siente de manera similar a como me siento yo como actriz, que entiende que es muy raro que alguien valore mis ideas. Dirán que sí las valoran, pero la gente se irrita con las actrices con muchas ideas. No soy una idiota, por lo que principalmente me las guardo para mí. Recuerdo que le pregunté a Olivia si le gusta ensayar, y ella dijo: “La verdad, no me gusta”. Me identifico totalmente con eso.

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