"Siempre pensaron que estaba enojada, así que al leer un papel como el de Kat pensé: ‘¡Ah, esto es perfecto para mí!’”, dijo Julia Stiles a EW en 2019, refiriéndose a su primer protagónico en el cine. Fue la enérgica, filosa e inolvidable Kat Stratford de Diez cosas que odio de ti, la comedia romántica de Gil Junger que cumple hoy 25 años, se convirtió en clásico y está para revisitar en Disney+.

Con diálogos y personajes divertidos y, sobre todo, con una química casi mágica entre Stiles y Heath Ledger, 10 Things I Hate About You, en su titulo original en inglés, era liviana, hacía reír y, ya en aquella época, tocaba temas como la sexualidad y el consentimiento. Hacía algo mágico desde su concepción: tomaba un clásico de William Shakspeare (La fierecilla domada) y le daba una vuelta ingeniosa.

Fue la primer comedia romántica de Stiles —quien cumplió 43 esta semana—, y la llevó inmediatamente al estrellato. Luego protagonizó otras películas del género como Espera al último baile (2001) y El príncipe y yo (2004), pero ninguna tan relevante como esta. También fue una de las primeras películas de Ledger, quien falleció precozmente en 2008 por una sobredosis accidental de medicamentos, y fue el primer guion del dúo Karen McCullah y Kirsten Smith, que poco después escribiría Legalmente rubia.

Más allá de su premisa simple —tiene todos los elementos de las “comedias secundaristas” de la época— la película logró ganarse un lugar afectivo en la memoria de los amantes del género, y en una generación.

Gira alrededor de Kat, que se ha propuesto rechazar a cualquier chico que demuestre interés por ella. Su hermana, Bianca (Larisa Oleynik), es la chica más popular de la escuela, tiene las hormonas en ebullición y está desesperada por ir al baile de fin de curso. El padre de ambas ha creado un reglamento que le prohíbe tener novio hasta que su hermana lo tenga, situación que, dada la personalidad y las preferencias de Kat, parece más que improbable.

Foto: Archivo

Cameron (Joseph Gordon-Levitt) se enamora de Bianca, pero se entera de la estricta regla y elabora un plan para poder salir con la joven: encontrar a quien pueda conquistar a Kat. Patrick Verona (Ledger) parece ser el candidato perfecto.

En este contexto de conquista romántica, Patrick usa sus encantos menos imaginados. Cuando le hace una sorpresa a Kat en plena práctica de gimnasia, se da una de las escenas más icónicas de la película: Ledger se desliza por una columna cantando “Can’t Take My Eyes Off You” de Frankie Valli y, acompañado por la banda de la escuela, baila por las escaleras y huye con gracia de los guardias. Todo eso mientras Kat y el resto de la escuela lo miran.

Foto: Archivo

“Mi recuerdo favorito de ese día es el día entero. Él era genial”, dijo Stiles en el programa Watch What Happens Live al ser preguntada sobre los rodajes de esta escena y sobre el propio Ledger, que con esta película se convirtió en el galán aspiracional de toda una camada de adolescentes de la época.

Otro momento iconico se da cuando Kat, desilusionada al descubrir que la seducción de Patrick era fruto de un plan, lee un poema frente a sus compañeros y se emociona: “Pero más odio que no te pueda odiar, aunque estés tan loco, ni siquiera un poco. Lo he de intentar”.

A propósito de la escena, durante una participación en el Festival del Libro Mash-Up Americans en 2023, Stiles transportó a los fans en el tiempo —y a algunos los llevó hasta las lágrimas— al recitar el emotivo poema con la misma entonación que usó en 1999.

Cuando la película cumplió 20 años, en 2019, actores y parte de la producción se reunieron para una nota a New York Times donde rememoraban las grabaciones. En la charla, Stiles recordó que la emoción de la escena del poema no fue planeada: “Había sido una experiencia tan maravillosa que estaba desbordada de alegría y probablemente de tristeza de que estaba por terminar. Me sentía particularmente en carne viva”, introdujo.

“Recuerdo que Heath, cuando voltearon la cámara para captar su reacción, dijo algo como: ‘No creo que deba hacer nada, porque no se trata de mí’. Muchas veces cuando un actor llora en una escena el actor que tiene enfrente siente que debe hacer lo mismo, pero él sabía que convenía la templanza”.

Por su parte, el director Gil Junjer contó que ya en la primera audición supo que Ledger tendría el rol: “Cuando entró a la sala pensé: ‘Si este tipo lee bien la parte, el rol es suyo’. Tenía una energía muy específica, una sexualidad palpable”.

A 25 años de su irrupción, Diez cosas que odio de ti no solo envejece bien, sino que dejó huella en el corazón de los espectadores. Recordarla es abrazar a una memoria adolescente de los que crecimos a principios de los 2000. Es recordar a Legder, su sonrisa seductora, su talento y su brillo. Es recordar una obra que tiene fluidez y gracia y, quizás por eso, aunque una mire decenas de veces, el encanto sigue ahí.