ENTREVISTA

nicolás lauber

No necesita demasiadas presentaciones este músico argentino que ha venido de manera ininterrumpida a nuestro país desde 2008, cuando comenzó a cantar. Diego Perdomo, uno de los seudónimos de Zambayonny se presentará el próximo 22 y 23 de julio en Magnolio Sala con un concierto singular donde ninguna canción se repetirá en las dos fechas que hará. De ahí el nombre del show: “Sin repetir canciones” que se adapta muy bien al estilo gracioso, desacartonado de este músico y escritor que emociona y hace reír con sus letras y melodías.

—Venís a hacer una serie de conciertos en Montevideo donde no vas a repetir ninguna canción.

—Es un ciclo que he hecho en otras partes y me divierte mucho. Lo hice en Buenos Aires con cinco conciertos sin repetir canciones. Ahora voy a hacer dos funciones en Montevideo que también le da la posibilidad a la gente de poder apreciar otras etapas de mis discos, y hago más de 30 canciones por función. Es una modalidad que me divierte y la gente también lo valora.

—Tiene la ventaja que no hay noche que te aburras.

—Claro. Aparte me divierte armar el repertorio, buscar que estén equilibrados, que tengan cada uno canciones de los discos, que haya partes más emotivas y divertidas, partes de historias. Armarlo así me divierte y a la gente también.

—¿Cómo fue el cambio de aquel que cantaba “Milanesas de pija” a este que hace canciones más poéticas?

—Fue una cosa de golpe, porque en realidad hice un solo disco de humor que fue el primero: “Salvando las distancias”. Ese surgió porque hacía todos los martes un café concert y era un espectáculo muy divertido que tenía que ver con malas palabras y chistes, porque la gente estaba yendo a eso. Ya con el segundo disco “Bufalo de agua” ya hice otra cosa diferente, así que un solo disco hice de humor. Pasa que mantuve siempre la cosa desacartonada mezclando canciones de aquel disco con otras, pero a partir de ese segundo disco, el primero que hice en un estudio porque Salvando las distancias fue hecho en vivo.

—Pero la gente se sigue acordando de aquellas primeras canciones.

—Sí. Es que las canciones de humor funcionan muy rápido, aunque tienen una vida más corta. Un disco de chistes lo podés escuchar una sola vez o dos, pero después ya no te reís de los mismos chistes, naturalmente. Siempre intenté hacer humor no solo resultadista, sino buscar otro tipo de cosas, historias, personajes, cosas que permita que la canción sobreviva con el tiempo para volver a escucharla y cantarla, no apelando a la carcajada original porque no se puede, ya sabés cómo es el chiste. Entonces fui armándolo así para tener en el show canciones de aquellos discos, aunque en realidad todo el show es divertido. Para hablar cuento historias, no es un show acartonado, aunque la gente que nos sigue ya lo sabe.

—En tus últimos discos has tenido muchas colaboraciones.

—Me encanta trabajar con amigos y gente que admiro. Hernán Casciari es un amigazo, hemos hecho muchos shows juntos y muchas cenas fuera de los escenarios. Ahora estamos a punto de empezar un nuevo espectáculo que vamos a anunciar pronto, así que con Hernán siempre estamos haciendo cosas. También hice cosas Rafa Pons que es un músico español a quien quiero mucho y soy muy fanático de él hicimos un disco juntos que salió hace un año, Ni tu ni voz y lo llevamos por varios lados. También tengo una colaboración con alguien de Uruguay pero no puedo anunciar todavía, ya lo va a anunciar él.

—También sos escritor. ¿Esa faceta quedó relegada por el músico?

—No, para nada. Tengo editado cuatro libros, dos novelas, un libro de cuentos de fútbol y un libro que se llama Subtitulado que son mis canciones con el contexto detrás de las mismas del estilo dónde vivía, cómo estaba y por qué la escribí. Hay una cosa divertida que a quienes les gustan mis canciones les va a gustar eso también. El año pasado hice una cosa rara para un blog de España, una novela online por capítulos donde la idea es la siguiente: cuando termina la pandemia, aparecían 10.000 naves extraterrestres que se vienen a la Tierra. Eso lo escribí el año pasado y cuando la empecé a escribir empezaron a liberar archivos de la CIA y a mostrar cosas. Me falta la segunda parte de esa novela que la voy a escribir en los próximos meses. Siempre estoy escribiendo alguna cosa.

—No hay que perder la creatividad.

—Sí, y también hay que buscar dónde canalizarla. Muchas veces tenés una idea que te divierte y no sabés si es para una canción, un cuento o para un tuit. Ah, porque también tengo un proyecto: PlisRT que esta en Instagram y Twitter que son mini historias absurdas en el espacio que ocupa un tuit. Llevo desde enero como 400 historias y me tiene copado. Es un humor absurdo y escribo dos o tres por día.

—No parás quieto.

—Es que la pandemia nos tuvo a todos muy quieto. Ahora hay que hacer cosas. Estamos vivos, aprovechemos.

—Igualmente en la pandemia hiciste muchos shows por streaming.

—Sí, estuve haciendo streaming por 50 noches hasta que nació mi hija. Ahí surgieron muchas canciones inéditas que no había grabado nunca y las empecé a mostrar ahí, porque canté 200 y en un momento empecé a cantar canciones que no estaban publicadas. Entonces el proyecto a futuro es grabar esas canciones inéditas. En el streaming hacía una ceremonia, abría un cofre del pasado y sacaba las canciones y el disco se llamaría Canciones del cofre, o algo así. De hecho alguna de esas canciones las voy a tocar en Montevideo.

—De tantas veces que has venido tenés un público fuerte en Uruguay.

—Sí, muy fuerte. Para mí ir a Montevideo es estar rodeado de amigos, de gente que me aprecia y me invita a tomar una cerveza antes o después de los shows. Montevideo es el único lugar donde el público hace coros en voces, en terceras o quintas. Cantan bien, es espectacular. Es llamativo pero tiene mucha lógica por los Carnavales y la gente muy cercana a la música.