El actor canadiense Tim Rozon regresa como Luke Roman en la tercera temporada de la serie que mezcla drama y sobrenatural, SurrealEstate, ya disponible en Universal+. Entre risas, reflexiones y anécdotas de rodaje, Rozon (luciendo un rubio chillón en la charla de Zoom) habló de su regreso a la serie creada por George Olson, el desafío de enfrentarse a un demonio “de carne y hueso” en estos nuevos capítulos, su lado más espiritual y cómo combina la actuación con la paternidad.
Sobre la serie, su vida y carrera, y su rol en la película Karate Kid Legends, charló Tim Rozon con Sábado Show.
—Tim, te veo rubio, ¿es un nuevo look o una señal de una crisis de mediana edad?
—(Se ríe) Es por trabajo. Por ahora no estoy teniendo una crisis de la mediana edad… al menos no todavía.
—Este año fuiste parte de Karate Kid Legends. ¿Cómo fue esa experiencia?
—Sí, lo hicimos el verano pasado. Filmamos cerca de mi casa, lo cual fue genial porque casi nunca trabajo en Montreal. Después fuimos a Atlanta y Los Ángeles. Fue muy divertido y bastante surreal, porque justo después filmé SurrealEstate. Todo encajó: el proyecto más grande de mi carrera hasta ahora, y filmado literalmente a unos kilómetros de casa. Muy “surreal”, como el título de la serie (risas).
—Me das el pie para hablar de la serie de Universal+. ¿Qué diferencia tiene esta tercera temporada con respecto a las anteriores?
—La gran diferencia es el tipo de entidad con la que nos enfrentamos. En la primera temporada luchábamos contra una casa; en la segunda también era una casa que incluso secuestró a Susan (Sarah Levy). Pero en esta tercera temporada el demonio tiene forma humana. Es un demonio dentro de una persona, y eso cambia por completo la dinámica. Trabajar con un actor interpretando esa energía -R. Austin Ball, que es increíble- fue un desafío enorme. De pronto no estás hablando con una pared, sino con alguien que puede mirarte, manipularte, hacerte dudar. Fue muy divertido y muy intenso.
—¿Hubo algún episodio particularmente difícil de filmar esta temporada?
—Con SurrealEstate todo es un desafío porque nunca filmamos en orden. Puedo hacer una escena del episodio 1 a la mañana y otra del episodio 11 a la tarde. Así que tengo que estar preparado todo el tiempo. Sarah Levy y yo siempre bromeamos con eso: en esta serie estoy dos semanas adelantado con los guiones. En otros proyectos aprendo mis líneas del día, pero acá tengo que tener diez libretos en la cabeza.
—¿Y cuál es el mayor reto?
—El mayor reto es mantener la coherencia emocional de Luke, saber exactamente dónde está en cada momento. Hay días que pasás de una escena graciosa a un exorcismo total. Pero esa locura me encanta. Cada episodio es un salto de fe: tenés que creer en lo que hacés, incluso cuando estás hablando con algo que no existe.
—Si Luke Roman existiera en la vida real, ¿qué pensaría de Tim Rozon?
—(Se ríe) Creo que Luke ha crecido mucho en esta temporada, y en cierto modo yo también. Antes de empezar a filmar sentí que tenía que retroceder emocionalmente, volver a esa versión más cerrada de Luke de la primera temporada. Si él me diera un consejo, probablemente me diría que me compre un condominio en la ciudad y deje de complicarme tanto.
—¿Te llevaste algún recuerdo del rodaje de esta temporada?
—Sí, algo muy especial. En esta temporada trabajé con alguien con quien no coincidía desde hace muchos años, desde una serie llamada Instant Star. Fue un reencuentro muy emotivo, y eso se convirtió en mi recuerdo más valioso de esta experiencia.
—Además de actor, sos padre y tenés un restaurante. ¿Cómo equilibrás todo eso?
—De las tres cosas, ser papá es la mejor. Mi hijo es el mejor del mundo. Cumple seis años el mes que viene y tiene un humor increíble. Nos divertimos mucho juntos. Todavía no puede ver SurrealEstate (risas), pero algún día se la voy a mostrar porque estoy muy orgulloso de ella. Ha estado en el set, incluso en la tercera temporada. Le encanta ver cómo funciona todo, aunque no quiere ser actor. Dice que quiere manejar camiones monstruo o ser caballero. Y sinceramente, no puedo discutir con eso. Ambas ideas suenan como grandes trabajos.
—La serie tiene un fandom muy fiel. ¿Te sorprendió alguna reacción de los fanáticos?
—Sí, la pasión con la que siguen la serie. Los fans de SurrealEstate son increíbles. Aman los fantasmas, claro, pero sobre todo conectan con los personajes. Porque aunque lidiamos con demonios externos, lo que realmente mostramos son los demonios internos: la culpa, la pérdida, la redención. Mucha gente me ha contado experiencias personales relacionadas con lo paranormal. Yo nunca viví nada así, pero después de hablar con tantas personas que sí, ya no me atrevería a decir que no creo. Hay algo del otro lado, definitivamente.
—Entonces, ¿creés en lo sobrenatural? ¿O sos más escéptico?
—Diría que soy creyente, pero desde un lado espiritual. Fui criado como católico, así que creo en el más allá. Pero no haría un trato con un demonio por ningún poder, eso seguro (risas). No vale la pena. Creo que el alma vale más que cualquier cosa que puedas conseguir en este mundo. La serie juega mucho con esa idea: hasta dónde llegarías por lo que querés, y qué estás dispuesto a sacrificar. Y me gusta que no da respuestas fáciles.
—¿Qué te gustaría que pase en una posible cuarta temporada?
—Siempre tengo ideas, pero prefiero esperar a ver qué se les ocurre a los guionistas. Me encanta no saber hacia dónde va la historia. Cada temporada ha sido una sorpresa, y confío completamente en George Olson, nuestro creador. Solo espero que sigamos explorando el costado humano detrás del horror, porque siento que ahí está la magia de SurrealEstate.
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Tim Rozon, el actor de series premiadas que fue periodista por un rato y está de estreno