Redacción El País
Nacido en Sarandí del Yí y criado en una familia humilde, Nubel Cisneros trabajó un tiempo en la construcción e incluso se probó para ser policía, como su padre, aunque duró apenas un día. Más tarde ingresó a la Fuerza Aérea con el sueño de ser piloto, pero en el camino descubrió que no le gustaba volar. Fue entonces cuando se cruzó con la Meteorología: probó por curiosidad y jamás imaginó que se convertiría en su gran pasión.
Llegó a la televisión de casualidad, en 1980, para trabajar detrás de cámara en Canal 4. Pero de un día para el otro le ofrecieron salir al aire, y terminó transformándose en un comunicador carismático. Su humor y desparpajo se lucen en Subrayado tarde (Canal 10) y en sus informes para Canal 5.
Amante de la cocina, demostró su talento culinario cuando participó en MasterChef Celebrity (Canal 10). Este año incluso debutó en las Llamadas de Canelones y sorprendió a todos tocando el tambor. Su pendiente, dice, es hacer murga.
El 6 de noviembre cumplió 68 años y, por ese motivo, te contamos cinco datos curiosos que quizá no conocías del meteorólogo y comunicador.
Colaboró en film de Netflix
Aunque pasó desapercibido para casi todos, Nubel formó parte de La sociedad de la nieve, la superproducción de J.A Bayona que fue nominada al Oscar. Su nombre aparece en los créditos porque si bien no participó desde lo actoral ni prestó su voz, estuvo a cargo del pronóstico del clima durante el rodaje en Uruguay, una tarea clave en una filmación marcada por el invierno, la niebla y los tiempos ajustados.
En Algo que decir (Teledoce), contó: “No te dicen para qué te contratan. Solo te piden el pronóstico de diferentes locaciones. Me llamaba la atención lo ajustado de los horarios. Había que aprovechar al máximo las horas sin niebla. Y recién al final me enteré para lo que era”.
Cuando se estrenó, escribió en redes: “Feliz de haber colaborado con este gran proyecto. ¡Vamos por ese Oscar!”. La película, rodada entre España, Uruguay y Chile, es una de las producciones de habla no inglesa más vistas en la historia de Netflix. Y el carismático meteorólogo puede jactarse de figurar en los créditos con figuras y sobrevivientes.
Sorprendió a Susana Giménez
Nubel Cisneros viene de una familia donde los nombres singulares son tradición. Su padre se llamaba Spikerman Zufriategui y sus hermanos, Spikerman y Richard Nixon. Él esquivó la costumbre y nombró a sus hijos Daniel y Alejandra, pero la siguiente generación la recuperó: su primera nieta se llama Tesla.
En 2022, antes de salir al aire en Sonríe (Canal 10), Susana Giménez quedó desconcertada al oír el nombre del meteorólogo. “¿Nubel? Yo pensé que era el apellido y es el nombre”, dijo. “Es su nombre, es meteorólogo”, aclaró Iñaki Abadie. “Qué genial. Era su destino. El nombre me parece tan distinto, no hay otro. No conozco a ningún Nubel”, celebró la diva fiel a su estilo.
Tiene un pendiente en Carnaval
Debutó a los 67 en las Llamadas de Canelones con la comparsa Alma Negra invitado por su profesor de percusión, pero guarda una asignatura pendiente: desfilar en las Llamadas de Montevideo. Su vínculo con el tambor nació tarde pero fuerte: un par de años atrás tomó su primera clase “por curiosidad” y quedó fascinado.
Un vecino le consiguió su instrumento y desde entonces no soltó el candombe. Su primera experiencia fue sin ensayo y a paso lento, pero salió airoso y quiere más. “No me cierro a nada”, afirmó a El País. Sueña con repetir la vivencia y no descarta probarse en Carnaval. Le gusta cantar y aunque en su casa le dicen que es “espantoso”, se animaría a salir en murga: “No le tengo miedo”.
Jugó al fútbol con Juan Ramón Carrasco
Seis décadas atrás, en su Sarandí del Yi natal, la pelota era un infaltable. Al volver de la escuela siempre jugaba al fútbol, y lo mantuvo. Fue compañero de liceo de Juan Ramón Carrasco y además jugaron juntos. Pasó por Deportivo Yi, Miramar Misiones y vivió el ascenso “histórico” a Primera de la Liga Universitaria con la Escuela Militar Náutica. Estando ahí se enfrentó a Mario Saralegui.
“Jugaba de 8 y lateral derecho. No me gusta perder ni a la bolita”, dijo a El País. Recuerda con cariño la época en Deportivo Yi, donde un vecino donaba tallarines, otro cordero y, a falta de platos, lo servían en cartones. “Un grupo humano terrible”, recordó en Algo que decir .
Es meteorólogo por accidente
Antes de llegar a la meteorología, trabajó en la construcción y luego intentó seguir los pasos de su padre en la Policía. Pero duró apenas un día: lo hicieron correr horas bajo el sol y desistió. Ingresó a la Fuerza Aérea con la idea de ser piloto, aunque pronto descubrió que volar tampoco lo convencía. Cuando se crearon nuevas especialidades dentro de la institución, eligió Meteorología casi por curiosidad, y empezó un camino que no abandonó.
Se recibió en 1980 y pasó por la Estación Meteorológica del Prado Ese mismo año le ofrecieron colaborar en Canal 4 elaborando el estado del tiempo detrás de cámara. Años después lo mandaron al aire sin aviso previo: “¡Qué susto terrible!”, recordó a El País.
Se adaptó rápido y confesó que los medios fueron la mejor oferta que recibió. Hoy sigue en pantalla, en Canal 5 y Canal 10, y el cariño que recibe del público le llena el alma: “Uno tiene que estar agradecido y orgulloso”.
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