ENTREVISTA

Le llegó el momento a Nelson Burgos de tener su programa de televisión. Ya era hora. Con una carrera enorme en la televisión que se extiende por casi tres décadas, estrenó en VTV La noche del pela (viernes a las 21.00). Se trata de un late night show versátil, donde no falta la simpatía y naturalidad de este conductor y comediante que consiguió un lugar en los medios uruguayos a puro esfuerzo y dedicación. Sobre su carrera, el surgimiento de La noche del pela y la reacción de la gente habló Nelson Burgos con la revista Sábado Show.

Apareció por primera vez en televisión en junio de 1993, y sin dudas su rol junto a Chichita, el personaje que interpretó Cacho de la Cruz en El show del mediodía, se convirtió en su personaje más recordado.

“Además de Chichita, hacíamos muchos sketchs con Mary da Cuña, Laura Martínez, Daniela Marotta, entre otros. Era un elenco imposible de juntar ahora en un programa que tenía el mayor rating de la televisión uruguaya”, dice Nelson Burgos. “Y trabajar con Cacho de la Cruz, ha sido uno de los mayores placeres que he tenido en la vida”.

En el programa estuvo hasta 2003, y al año siguiente pasó a Tenfield, que en ese entonces había adquirido los derechos de televisación del Carnaval.

Pasó por Día a día, Pasión de carnaval, Acá te quiero ver, y desde hace dos semanas, conduce La noche del pela.

—Eso de reinventarse, lo tenés muy claro.

—Sí, eso lo tengo en mi ADN, porque he hecho de todo. No soy de mirar hacia atrás, pero cuando lo hago me digo: pucha que he hecho cosas. Y siempre buscándole la vuelta, porque me gusta mucho la investigación. Leo mucho y me gusta mucho el trabajo de investigación.

—Y siempre trabajando en proyectos distintos.

—Sí, tengo más pilotos que Lufthansa. Hice pilotos en canal 10, en VTV. Lugares era un programa que me gustaba mucho, donde visitaba sitios emblemáticos que estuvo a punto de salir y al final no quedó. Lo mismo con La barra del pela, que surge cuando desde el canal me piden que presente proyectos después de Acá te quiero ver. Armé un proyecto que se llamaba La barra del pela donde tenía dos invitados y servía los tragos. Me acuerdo que llevé al Fata Delgado y a Patricia Fierro, dos amigasos. Armamos el programa y después por un tema de costos no salió.

—Estuviste haciendo vivos en la pandemia. ¿Cómo ha sido esa experiencia?

—Cuando empezó la pandemia mucha gente me decía: por qué no hacés vivos en Instagram. Lo hablé con mi hija Analaura y me dice: ¿por qué no lo hacés a las seis de la tarde que es la hora del mate?. La cuestión es que así surgió Mateando con Nelson que salió a las seis de la tarde y durante 100 días estuvimos a diario, de lunes a domingo. Ahí corté un poco porque requería un trabajo de producción tremendo. De ese programa ya llevo 332 ediciones, y salió porque vi que todos lo que hacían vivo en la noche lo hacían con la gente del Carnaval, y no quería vincularme solamente ahí. Quería darle a la gente en casa otras opciones. Ahí llamé a gente que tengo conocida en Buenos Aires, estuve con Osvaldo Laport con quien tengo una linda relación, con Fabian Vena, Roli Serrano, los de Videomatch, también con artistas que triunfan en el exterior, y con todos los de acá, políticos, artistas y deportistas. Se dio la posibilidad que se sumaran sponsors y ahí se volvió una forma de trabajo que todavía sigue. Le di un formato de charla íntima, y había gente en Australia que me esperaba con el mate pero de la mañana, otros en España que me miraban con un ron porque era de noche.

—¿Y cómo llegás a hacer La noche del pela?

—Un día Alejandra Mejlovitz que es la productora general del programa me dice: tenés que hacer televisión, tenés que volver a la televisión. Y le mandé varias propuestas, uno de ellos era La barra del pela. Ahí se sumó la gente de Trimaxmedia y cuando quisimos acordar tenemos este enorme estudio, convoqué a Alejandra Díaz y la banda Tres del Sur que suenan tremendo. Largamos este producto y la reacción de la gente ha sido tremenda, y si bien no medimos en rating, nos va bárbaro.

—¿Cómo definís el programa?

—La idea es hacer absolutamente todos los programas distintos. Es un formato late night es muy versátil y es algo que acá no hay. Además tenemos la posibilidad de ir por distintos caminos, y por eso el primer programa fue con esmoquin y tuvimos a Cata Ferrand que es una amiga del alma, el segundo programa con la noche de la nostalgia, y al ser comediante tengo la posibilidad de hacer cosas divertidas, y para eso trajimos a Nacho Ríos y Pablo Lecueder, y una pareja de bailarines. Y para el próximo programa vamos a tener a todos que estuvieron en los Juegos Olímpicos, por eso vamos a sacar la barra y estarán los sillones, porque van a ser ocho invitados. Otro programa puede estar vinculado al tango, y otro distinto, y así. La idea es que la gente vea distintos contenidos con una base musical y algo de humor que le puedo dar yo. El programa dura una hora y se nos va volando. Es un proyecto soñado.

—También es el reconocimiento a una carrera de casi tres décadas en televisión.

—Es que nunca es tarde para empezar. Yo estoy en desacuerdo con la gente que dice que hay que tener suerte. La suerte existe, pero además hay que buscarla, porque sino hace rato que tendría que haber tenido este programa. Pero bueno, se dio esta posibilidad y la gente confió en lo que podía hacer, y vamos para adelante. Porque este es un formato que me da la libertad absoluta. Es versátil y puedo hacer comedia, puedo entrevistar que es algo que me gusta mucho, eso de encontrar una historia de vida. Por eso creo que a la gente le va a llegar mucho La noche del pela, porque es distendido, y son los viernes de noche. Además, nunca bajé los brazos y no los pienso bajar, porque quiero seguir haciendo muchas cosas. Creo que ahí está la clave de la historia, en reinventarse constantemente. Si confias en vos y tu talento, en algún momento tenía que llegar el momento que alguien me diera bola, y ahora se dio.

—¿Qué te dice la gente?

—Mirá, tenemos una comunity manager, y no se puede creer la cantidad de mensajes que recibimos del interior y también de afuera. Y eso se debe a que tengo un equipo que es formidable. Creo que estamos en vísperas que esto termine de explotar, porque la gente en la calle me ha parado para hablarme de programa. Ahí tenés enseguida la reacción de la gente. Porque mirá que he estado en programas de televisión y nunca nadie me paró para decirme que me habían visto, y acá se ha dado eso. Yo también trabajo en la emergencia pediátrica de Casa de Galicia, y me dicen que han visto el programa. En estos momentos, estoy agradecido de tener este producto al aire. Hay un montón de gente laburando y se hace un producto de calidad y con profesionalismo. No es sentarme ahí y no sé con quién estoy hablando. Por eso trato de leer mucho, y me parece que eso es fundamental para un comunicador.

—¿Cuál es la clave para estar tantos años?

—Siempre apunto a la naturalidad en cámara. A ser yo, y si me equivoco, me equivoco.