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Lea Ben Sasson: Tiempo de recomenzar

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Lea Ben Sasson. Foto: Darwin Borrelli

ENTREVISTA

El teatro ocupa por estos días el tiempo creativo de Lea Ben Sasson. u201cMe encanta y me hace bien porque tiene una energía diferente a la de la músicau201d, asegura. 

-Formás parte del elenco de Matilda, el musical que se viene a fines de junio en La Trastienda, ¿cuál es tu rol?

-Matilda es la primera versión en Latinoamérica del musical e implica una megaproducción: tiene 22 artistas en escena, entre bailarines, cantantes y actores. Es una iniciativa de Botón rojo, dirigida por Martín Inthamoussu y el coach musical Martín Angiolini. Mi personaje es el de una bibliotecaria compasiva, complaciente y contenedora de la niña Matilda. Ella va a la biblioteca a refugiarse de todo lo que le pasa en su casa. Allí tiene el problema de que los papás esperaban un varón y no les interesa que ella se instruya. Es un padre comerciante y la madre deportista y preocupada por las cosas superficiales de la vida. A ellos les parece un horror que la niña se refugie en los libros, pero ella va igual con la señorita Felps, que es mi personaje. En el musical solo actúo. Me doy el lujo de cantar al principio del espectáculo en una especie de intro pero no después.

-La actuación es un rol distinto para ti...

-Yo no soy actriz. Es un rol que deriva de mi participación en El violinista en el tejado. A raíz de ese papel, surgió la posibilidad de Matilda y también de Yentl donde además de ser productora hice las letras de las canciones. Fue un lindo desafío ponerte en la situación emocional de los personajes y escribir esas letras, además, en una música de otro. Estrenamos hace varias semanas y nos queda una fecha el próximo 26 de junio para volver seguramente después de las vacaciones.

-Es un año de cambios debido a que a comienzos de año dejaste de trabajar como manager de Ruben Rada, ¿por qué?

-Terminó el ciclo. Rada y yo llevamos 23 años juntos y la verdad es que soy su fan desde el día 1. Rada es mi puerta al mundo de la música y a los aprendizajes desde todo punto de vista, de arriba y de abajo del escenario. Es y será mi maestro forever. Pero los dos necesitábamos otra cosa y en un momento, aunque no lo hables mucho, eso empieza a decantar. Porque los intereses se vuelcan hacia un lugar u otro. Tenemos diferentes edades. Rada tiene 70 y pico y yo tengo 50. Todavía no tengo la edad que tenía Rada cuando me conoció a mí y empezamos a trabajar juntos. Él empezó de nuevo en ese momento. Yo quiero empezar de nuevo ahora.

-¿Fue tuya la decisión?

-Yo le propuse la posibilidad de terminar y soltar, darnos una oportunidad de estar el uno sin el otro. A su vez, El Negro decía que quería parar, aunque ahora, seis meses después, está haciendo un Teatro Solís. Me parece bien. Me alegro por él. Rada es la bandera de Uruguay y se merece una vejez tranquila y toda la gloria. Siempre lo voy a tener como referente. Ahora trabajo con Fernando Cabrera y con Francis Andreu, entre otros músicos. En los proyectos en donde logro una participación creativa, me quedo. Con Rada participé como socia creativa siempre, no en su música, pero sí en cómo comunicar sus espectáculos o qué hacer y qué no.

-No era solo la producción en términos económicos...

-No era solo vender. Porque yo vender, te vendo camisetas, lentes, lo que sea. Tengo un ADN vendedor. Soy de familia judía con tradición de comerciantes. Puedo vender lo que quiera. Vender es muy fácil para mí. Lo importante es que me conecte desde los creativo. Yo fui fanager, no manager, de Rada. Hice algo con un tipo al que admiré toda la vida y sentí que necesitaba un orden. Su carrera estaba desordenada. Él reconoció muchas veces mi trabajo, pero ahora siento que no tengo más lugar ahí porque ya se acomodó. No siento que tenga más nada para hacer, si no me abrís ese lugar de hacerlo juntos. Creo que ahora necesita hacerlo con otras personas, con su familia y otros productores. Tiene una necesidad que yo visualicé y se lo planteé.

-¿Terminaron mal?

-No conozco nada que termine bien. Terminamos de común acuerdo y esto es positivo. Cada uno hace lo que puede después, porque no deja de ser una ausencia, una pérdida, un cambio.

-¿Pero hubo reproches mutuos?

-Fue más de convenir y soltar y ser feliz por si el otro hace un camino lindo. Me alegro mucho que Rada haga un Solís con esa música. A mí me dijo que quería parar y dedicarse a sus hijos. Pero ahora va a ser un Solís con el hashtag u201cParte de la historiau201d. Me alegro mucho porque es su mejor música. Yo también me siento parte de la historia. No me invitaron pero eso es un detalle. Los duelos son así. Los Beatles también se separaron. La gente me dice: "Ay, te separaste de Rada". Y sí. Visualicé que él necesitaba otra cosa. Sentí que estaba muy presionado y necesitaba soltar conmigo. Así que se lo propuse. Se lo hice fácil. Siempre se la hice fácil a Rada.

-¿Él daba vueltas?

-Él hacía esos planteos falsos de querer parar. Es imposible que un tipo con su nivel de productividad pare. Porque como dice Cabrera, u201cdetenerse en moriru201d. Y está bien. Puedo estar yo o puede estar cualquiera. En el 1995 no podía estar cualquiera. Yo ahora también tengo herramientas para hacerlo sin él y estoy segura que él se va a poner contento con mis logros. Así son los finales. Son recomienzos.

-¿Cómo llegó la posibilidad de Yentl?

-Por una genia que se llama Melanie Catán y que es la protagonista. Tiene 25 años y un power increíble. Ella era una de las hijas en El violinista en el tejado. Un día me dijo que quería hacer Yentl, que es una obra emblema. Obtuvo los derechos y yo me sumé a la producción y a la composición de las canciones. Disfruto mucho de la producción y de ser artista. Cuando empecé no era común que tuvieras esa doble faceta, te miraban como un bicho raro, más siendo mujer.

-¿Y los tiempos actuales para la mujer cómo los visualizás?

-Veo un proceso de lucha feminista increíble y extrema. Por momentos con mucha intensidad, lo que me parece necesario. Ninguna revolución la hacen los tibios. Si hay que lograr cambios, me parece bien que haya una cabeza de lanza al frente. Yo acompaño todo porque creo en esa fuerza.

-¿Cuándo volvés a cantar?

-Nunca dejo en realidad. Lo que ocurre es que no lo promociono mucho. Ahora estoy grabando un disco. Lo que me estresa es fijar una fecha de show. Prefiero ir a donde convocan otros, como invitada o telonera. Me estresa la convocatoria y vender entradas. Sueño con salas vacías. La gente me conoce pero no sé si conocen mis canciones. Prefiero armar discos, los pongo en la nube y si eso conecta con alguien, me siento feliz.

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