Redacción El País
Es lunes a la noche y falta apenas una semana para el estreno. Catalina Ferrand, Denise Casaux, Leticia Cohen y Luciana Acuña se preparan para volver al ruedo con un nuevo producto un año después del final de La Culpa es de Colón versión mujeres, el ciclo que las reunió. La nueva propuesta lleva el nombre Awelas y se emitirá desde el 16 de octubre en la plataforma de streaming Aweno Tv. El formato no tiene misterio: una charla descontracturada entre las cuatro abarcando tópicos cotidianos y buscando la identificación por parte del público con, por supuesto, una amplia cuota de humor.
Las actrices se acomodan en los sofás de la escenografía y se disponen a ensayar para el programa. El estudio está ubicado en la nueva locación de Aweno, que a poco de celebrar un año online se mudó a una amplia casona en Pocitos de dos plantas, dos estudios adaptados para televisión (o streaming), un balcón y un patio con parrillero. Antes de dar comienzo al ensayo, las actrices dialogan con Sábado Show sobre sus expectativas para el ciclo, y la conversación fluye con la espontaneidad, trasparencia y gracia propias del programa.
La idea sobrevolaba desde hace tiempo. Leti y Denise integraban el grupo de carnaval Los Muchachos junto al actor y cantante Juan Manuel Outeiro, que al escuchar sus divertidas charlas les sugirió volcarse a hacer humor a través de streaming. “Es un formato para que ellas sean ellas mismas al 100%”, comenta el artista de 24 años que a la postre se convertiría en productor e integrante del ciclo. Las actrices se entusiasmaron con la idea y la compartieron con sus excompañeras de La Culpa es de Colón, que enseguida se subieron al proyecto. “Le trajimos la propuesta a Lu y Cata y ellas no dudaron”, recuerda Denise, y explica: “confiamos mucho en las personas con las que trabajamos. Tratamos de hacer productos cuidados, de calidad. Por eso demoramos en hacer cosas”.
Una vez que la idea tenía el visto bueno del grupo faltaba encontrar un espacio en el que le pudieran dar vida. Para Cata, no se trataba de salir a “hacer cualquier cosa”: “Tenemos un producto que cuidar. No íbamos a hacer streaming a cualquier costo. Queríamos cuidar la marca del grupo”. Fue entonces que surgió la posibilidad de desembarcar en Aweno, una plataforma pionera en Uruguay y líder en el mercado local. “Tiene la pantalla más linda y más cuidada”, elogia Cata. La conductora salió de la primera reunión con los dueños de la empresa convencida de que ese sería el lugar ideal para poner a rodar el proyecto: “Pensaba que iban a tener requisitos que al final no tenían. Nosotras nos queremos divertir pero todas laburamos un montón. No íbamos a poder hacer dos horas diarias. Sin embargo nos hicieron todo muy fácil”.
Catalina cuenta que ya venía observando los videos de Aweno, como también los de otras plataformas argentinas. “Mi hermano está en España y me dice que el streaming es lo que va”, subraya sobre estas nuevas tecnologías. Denise también comenta que mira este tipo de productos y que al trabajar en las redes “estamos empapadas en el streaming”.
Si algo suele caracterizar a este tipo de plataformas, es la espontaneidad y la desfachatez, dos características que le van como anillo al dedo al conjunto que se afianzó en las noches de La Tele. “Es un formato que tiene mucha libertad y eso está buenísimo. Nosotros ya trabajamos sobre eso de colgarnos a hablar y decir cualquier cosa”, explica Luciana, medio en broma y medio en serio. “Va a haber bastante menos guión. La idea es que haya una base pero animarnos a improvisar un poco más”, anticipa.
Y sin el filtro de un canal de aire, las actrices están dispuestas a redoblar la apuesta y correr los límites de lo políticamente correcto. “El 12 con nosotras avanzó muchísimo, pero había que tener reparos porque así es la televisión. En La Culpa estábamos llenos de niños que eran fans y nos cuidábamos. En ese sentido el streaming es diferente”, reflexiona Cata. Luciana advierte que este formato “te deja zafarte un poco más”, a lo que Leticia bromea: “¿Más? ¡Me echan del país!”. Denise se suma entre risas y sugiere que lo zafado “depende de lo que se consuma antes”.
El grupo de comediantes se completaba originalmente con Lucía Rodríguez y Jimena Vázquez, que por el momento no estarán al aire pese a que la idea es que se incorporen en breve. “Están con cosas laborales y personales y no pudieron. Tenemos todo su apoyo”, explica Leticia. Denise agrega que ellas “son parte de nosotras” y revela que siguen formando parte del grupo de Whatsapp.
En grupo.
Eran amigas desde hace tiempo. Denise y Leticia ya habían trabajado juntas, como también lo habían hecho Catalina y Luciana. Pero fue la televisión la que reunió a todas, además de incluir a Lucía Rodríguez y Jimena Vázquez.
La iniciativa en su momento era novedosa. Un grupo de mujeres haciendo humor en el horario central de la televisión no era algo común antes del estreno de La Culpa es de Colón. “Fue una propuesta atrevida, en especial en una pantalla como la del 12”, define Catalina. Y si bien pondera que hay nombres de peso como el de Graciela Rodríguez que han abierto el camino de mujeres comediantes, hasta hace no demasiado tiempo las mujeres que se dedicaban a hacer reír seguían siendo un rara avis del ecosistema artístico local. “Ahora hay un semillero grande de personas que aparecen, pero nosotras como grupo de mujeres que hacen humor no tenemos competencia. No hay otro”, observa la conductora.
Mientras el programa estuvo en pantalla fue víctima de comentarios en redes repletos de malicia, pero al entender de las actrices, este factor fue clave para terminar de unir al grupo. “Todo el palo que recibimos nos fortaleció como grupo, estábamos todas tirando para el mismo lado. Al final estaba buenísimo”, evalúa Leticia. Y cierra a las risas: “¡Nos gusta que nos traten mal!”. Con más solemnidad, Cata analiza que las críticas respondían a “un fenómeno sociológico” por ser mujeres: “Era obvio que eso pasaría”.
Pero lo que terminó marcando a fuego la versión femenina de La Culpa es de Colón fue la química entre sus integrantes. Denise destaca que “nunca tuvimos un sí o un no” y Luciana añade que cuando están en desacuerdo se acata lo que opina la mayoría. En lo que seguro coinciden es en que “nunca hay competencia” entre ellas y que lejos de que la haya se potencian entre sí: se comparten chistes para decir al aire y piensan entre todas el remate de la otra. Hasta sugieren un chiste para luego evaluar a cuál le cabe mejor de acuerdo a su perfil.
“Tuvimos un montón de señales feas pero a la vez un montón de otras espectaculares. Queremos hacerle oda a lo bueno”, evalúa Catalina sobre la química dentro del grupo. Es que hay otros programas en los que los integrantes tienen buena relación, pero aquel programa de humor de La Tele consiguió que su elenco mantuviera la llama encendida incluso después de que saliera del aire.
Cata resume que son “grandes superadoras” y es probable que el obstáculo más difícil que superaron fue justamente enterarse que el programa no continuaría en La Tele. Sobre la decisión del canal, Cata explica: “Hubo varios factores. El económico está siempre. El canal es una empresa y si había que bajar un producto estaba cantado que íbamos a ser nosotras. No nos iba mal de rating, pero ellos (la versión de hombres) tenían algunos puntos más y comercialmente eran más fuertes. El mundo tira para ese lado”. “La sociedad tira siempre para el lado de los varones”, completa Leticia.
Lejos de quedarse de brazos cruzados, las “colonas” (tal como se apodaron en el programa) enseguida llevaron su química al escenario y agotaron localidades con varias funciones en teatro. “La gente nos quiere ver haciendo cosas juntas, se ríe con eso”, analiza Leticia. Consultadas sobre la reacción del canal ante el nuevo espectáculo, Catalina revela que dentro de la empresa hubo "sentimientos encontrados": “Nos dejaron claro que el nombre no lo podíamos usar. Nosotros queríamos ponerle ‘La culpa no es nuestra’ y nos pidieron que no usáramos la palabra ‘culpa’. Tenían un sentimiento encontrado. Saben que nos merecemos lo que hacemos y que nadie quiso irse del programa. Por otro lado estaba el celo de que ya no éramos las caras de su pantalla e igual nos seguía yendo bien. En cada uno de ellos estaba esa dualidad: ‘Me encanta que les vaya bien, pero me da bronca que nosotros les hayamos dado esta notoriedad y ahora ustedes con ella hagan maravillas lejos de mi dominio’”.
Por lo pronto, las “colonas” ahora se rebautizan como “awelas” y el nuevo proyecto tras el suceso teatral ya está en marcha. Solo falta que se encienda la cámara y que el público se reencuentre con sus hilarantes intercambios. “Nuestra idea es experimentar”, cierran.