ENTREVISTA

—Sos de las modelos argentinas más famosas desde hace 20 años, ¿qué tan difícil es sostener el éxito durante tanto tiempo en el rubro del modelaje?

—-Hacerse conocido es fácil. Uno hace un escándalo o usa las redes sociales y se hace famoso enseguida, pero perdurar es muy difícil.

—Uno diría que tu clave para lograrlo fue haberte diferenciado del resto por medio de un personaje con el que la gente se encariñó, de una personalidad ingenua y espontánea...

—Sí, pero eso es totalmente natural. Yo no tengo filtro, no uso velos y soy como soy. Si me tengo que equivocar me equivoco, que de hecho me ha pasado en televisión.

—¿La pasaste mal en algún momento con los chistes o comentarios que se hacían sobre vos?

—De chiquita la pasé muy mal. Al principio me ponía a llorar cuando me criticaban y decían "qué tonta es". Con el tiempo aprendí a superarlo y hoy me río de todo.

—¿Ha cambiado el trato que reciben públicamente las modelos?

—Claro, hoy estamos en otra época. Hoy no se critica a la mujer ni se la trata de tonta. Y ya no se puede tratar mal a las personas. Hablo de los dos géneros, no es que soy feminista. Me hubiera gustado que ese cambio hubiera sido antes.

—¿Hubo un click a partir del cual aprendiste a usar todo lo que se decía de vos a tu favor?

—Sí, claro. Aprendí un montón en ese sentido. Fui haciendo un negocio con mis frases más divertidas. Frases como "lo dejo a tu criterio" las convertí en una empresa. Esa por ejemplo está registrada.

—¿Cómo es el origen de esa frase? La usaste por primera vez en una entrevista con Jorge Guinzburg...
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—Me hacían muchas preguntas incómodas sobre mi intimidad que hacían que yo respondiera "lo dejo a tu criterio" muchas veces. Surgió en el programa de Guinzburg, que iba a la mañana y lo miraban mi mamá y mi papá. Dije tantas veces "lo dejo a tu criterio" porque estaba incómoda, y se transformó en una frase registrada.

—Una de las veces que te enojaste más fue con Roberto Pettinato...

—Uh, ni me hables. ¿Y dónde está Pettinato ahora? ¡Ahhhh! ¡Se hizo justicia! No soy rencorosa, ya lo perdoné. Él me gastaba por mi nombre, que es Olga Karina Jelinek, y me trataba de tonta. Tuve un juicio con él porque sentía que me hacía una campaña en contra. Lo perdí y no lo podía creer.

—¿Cómo te recibieron tus colegas del modelaje cuando te convertiste en una figura tan popular?

—Yo empecé en la época de Pampita, Sofía Zámolo y Julieta Prandi, y había mucha competencia entre las modelos. Hoy en día no pasa tanto. El género femenino se banca más entre sí. Eso está buenísimo y me encanta.

—¿Cómo recordás tu experiencia en el Cantando 2020, que fue tu última participación televisiva?

—Cachete Sierra me sacó del Cantando porque cantaba mucho mejor que yo y tenía una banda de fanáticos desde Casi Ángeles. Yo lo felicité en las redes. A mí me decían de todo, y evidentemente no era un lugar para mí. Igualmente yo acepté jugar a ese juego y me pagaron por eso. Para mí fue un aprendizaje sobre lo que representan hoy las redes sociales.

—Ahora te ofrecieron estar en otro reality, El Hotel de los Famosos, una suerte de Gran Hermano en el que se muestra la convivencia con otras figuras mediáticas.

—Sí, nunca estuve en un reality así. Si no fuera conocida aceptaría, pero hoy en día que ya llevo 15 años en el medio no me gusta hablar de mis cosas privadas. No digo con quién estoy o con quién dejo de estar. Lo que me divierte es que van a estar varios amigos míos. Por otra parte, me ofrecieron hacer la coconducción de otro programa de entretenimientos y eso también me interesa.

—¿Te gustaría incursionar en algún otro rubro o mostrar alguna otra faceta profesional?
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—Me gustaría actuar en cine. Hice Bañeros y Locos Sueltos en el Zoológico, pero quisiera hacer algo más jugado. Quiero tener un papel que me haga poner en la piel de un personaje que no tenga nada que ver conmigo. Me gustaría hacer de mala o investigadora.

—Se supo que decidiste iniciar un proceso para convertirte en madre soltera, ¿cómo lo atravésas a nivel personal?

—Yo estoy muy bien. Era uno de mis sueños. No tengo que estar necesariamente casada con un hombre para hacerlo. Ya tengo 40 años y lo quiero cumplir, sola o con quien esté. Es un proyecto personal.

—¿En qué etapa está este proceso?

—Estoy haciendo un tratamiento por el que me fui a vivir afuera. No quiero contar mucho hasta que avance más, pero está ahí. Se hizo con un donante desconocido y un vientre alquilado en el exterior. Se está gestando hace un tiempito.

—Decías que es un proyecto personal, ¿no fue algo hablado con Flor Parise, con quien estás conviviendo?

—Ella ya es mamá, y como tiene su experiencia me va a ayudar a criar a mi baby. Ella es muy especial para mí. Vive conmigo en mi casa.

—¿Cómo definís el vínculo con ella?

—Es especial.

—Pasaron casi diez años de tu escandalosa separación de Leonardo Fariña, ¿qué es lo primero que te viene a la cabeza cuando recordás toda esa situación?

—Yo no le guardo rencor y le deseo lo mejor. Me enteré que se casó, así que le mando mis bendiciones. No tengo ni su número. Yo le perdoné las infidelidades y todas las cosas que no me comentaba. Hace unos pocos años me mandó una carta reconociendo lo que me hizo y pidiéndome disculpas por no contarme lo que hacía con su vida.

—¿Te investigaron después de que se supo que estaba implicado en la causa de La Ruta del dinero K?

—Sí, me re investigaron. Tuve que ir a declarar como tres veces, pero sabían que no tenía nada.

—¿Te asustaste?
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—No, simplemente la pasé mal. No me asustaba porque sabía que era una víctima de la situación. Yo realmente lo quería y estaba enamorada. Aprendí un montón.

—¿Te volverías a casar?

—Sí, claro. Como Susana Giménez, un montón de veces. No hay que perder la esperanza.

—Venís a Punta del Este desde hace años, ¿cuál es el rol que ocupó esta ciudad en tu carrera?

—Fue muy importante. Mi segunda tapa de Gente fue en Punta del Este, y muchas otras también. Varias cosas de mi vida profesional pasaron en esta ciudad. Además la gente de Uruguay es muy cariñosa conmigo, y acá me pasa que las mujeres me piden más fotos que los hombres. Es un lugar mágico al que me encanta venir.

—¿Tenés alguna anécdota de los grandes desfiles que protagonizabas en Punta del Este?

—Sí, un montón. Hubo un desfile en el que me quedé sin nada. Se me abrió el vestido para un costado porque me lo habían atado rápido y me quedé con la prenda por la mitad. Todo el mundo me aplaudía un montón y yo no entendía por qué. Era porque me había quedado con el pezón afuera. Cuando me di cuenta seguí desfilando como una profesional. Tampoco me iba a escandalizar por eso. También me acuerdo que en uno de (Roberto) Giordano una de las chicas me robó los zapatos y el vestido. Tuve que desfilar descalza.

—¿Tuviste alguna historia romántica con un uruguayo durante tus veranos en Punta del Este?

—Sí, con un surfista uruguayo tuvimos una "chapada". Nos conocimos en la playa, no sé qué pasó y nos dimos un beso. Él tiene su lugar de surf en Punta del Este. Es un chico muy simpático con el que pegamos onda. Fue una aventurita, un besito adolescente. Tiempo después me volvió a escribir hasta hace un par de años. Siempre se acordó de mí.