Redacción El País
Comenzó su carrera artística a una edad temprana. A los nueve años, Jimena Barón debutó en el cine con la película El Faro, protagonizada por Ricardo Darín. Por ese entonces, solo había hecho tres meses de teatro, pero su talento natural llamó la atención de Adrián Suar, quien le creó un personaje a medida para Gasoleros.

Desde entonces no paró de trabajar. Participó en telenovelas populares como Casi Ángeles, Los Roldán, Son amores, Los únicos, Esperanza mía y más. También fue parte del Bailando por un sueño en varias ediciones, consolidando su lugar como figura del espectáculo argentino.

Tuvo parejas mediáticas, como el futbolista Daniel Osvaldo —padre de su hijo Morrison— y el tenista Juan Martín del Potro. Actualmente está en pareja con Matías Palleiro, con quien espera su segundo hijo.

Además de su carrera como actriz, se consolidó como cantante con éxitos como "La Cobra", "La Tonta" y "La Araña", una canción dedicada a su examiga Gianinna Maradona.

Hoy celebra sus 38 años, y aprovechamos la ocasión para contarte cinco curiosidades que quizás no sabías sobre la actriz, cantante e influencer argentina.

Se presentó en un casting entre 500 chicas con nueve años para la película El Faro, protagonizada por Ricardo Darín y dirigida por Eduardo Mignona, sin experiencia previa y tras apenas tres meses de estudiar teatro. Quedó seleccionada para el papel de Aneta y rodó durante semanas en Uruguay, lugar del que guarda un recuerdo entrañable, con su mamá acompañándola.

“Fue mi primer laburo. Me mandaban la tarea por fax, la copiaba y la devolvía al día siguiente”, recordó en diálogo con Clarín. Por entonces, ya le costaba sostener la carga horaria escolar. A los 10 empezó a trabajar en televisión, y su carrera no paró.

“Llegué a grabar 11 horas por día. Mi mamá me compró un celular ladrillo porque no podía estar siempre conmigo. Tenía pegado el número de la remisería y le pedía a los actores que llamaran por mí”, contó. No terminó el liceo, hizo hasta quinto año, pero recuerda con humor su “egreso simbólico”: “Mi mamá lloraba y aplaudía igual”.

A los 17 años, Barón decidió pausar su carrera y se fue sola a vivir un año a Nueva Zelanda. “Me había hinchado las bolas”, contó a Clarín. Sentía la necesidad de experimentar algo diferente y de sentirse normal, como cualquier chica de su edad. A los 16 se había mudado sola, tras años de mantener a su familia desde que comenzó a trabajar, con apenas nueve años.

“Quería tener mi espacio. Mi vieja sigue viviendo en aquella casa tipo chorizo de Villa Ortúzar, donde yo dormía en un entrepiso sin paredes”, recordó en esa entrevista. La decisión de mudarse al exterior no fue bien recibida por su madre. “Se enojó. Me dijo: ‘Estás completamente chiflada. ¿Dejar tu carrera para irte a limpiar cuartos de hotel allá?’”, contó.

Sin embargo, Barón estaba decidida: “Fui con ese plan. Iba a ganar plata como fuera”, dijo. En Oceanía trabajó como mucama, en un bar y como cajera de supermercado. Vivía en un cuarto compartido, lejos de las cámaras, pero tranquila. “Es una cuestión de actitud y ovarios”, resumió a El País.

La amistad entre Jimena Barón y Gianinna Maradona terminó de forma abrupta tras una traición de parte de la hija de Diego. Eran vecinas en El Tigre, se frecuentaban, pero una situación con Daniel Osvaldo -expareja de Barón y padre de su primer hijo- lo cambió todo. La herida se hizo canción en “La Araña”, donde canta: “Quién iba a pensar que fue al final mi amiga, la que tanto me quería, me engañaba”.

En el streaming Olga, Barón reveló: “Quedé como la quilombera y no hice nada. Él se rayó, se fue con otra y se tatuó. Era mi amiga y está con el padre de mi hijo”. Sobre el proceso que inspiró la canción, dijo: “Era algo que tenía atragantado hacía ocho años. Sacarla fue remover mucha cosa”.

Rechazó un papel en Chiquititas porque sentía que era “todo muy sobreactuado”. Una década después, cuando Cris Morena la convocó para Casi Ángeles, le recordó aquella primera reunión con apenas 10 años. Tras su debut en El Faro, Adrián Suar también quiso conocerla. “Me dijo que no tenía algo concreto, pero que le parecía muy buena. Le respondí que yo quería estar en Gasoleros, que ya había empezado, y no en otro programa suyo”, contó en Noche al Dente.

Esa vez, su mamá la pellizcó debajo de la mesa, y Suar accedió: le escribió un personaje a medida para diez capítulos, y terminó quedándose toda la tira y ganando un Martín Fierro.

Estaba en Inglaterra, embarazada de Morrison, con clases de pintura, respiración y un altar armado en su casa para un parto soñado. “Me hicieron dibujar mi útero”, recordó a Para Ti Mamá. Todo cambió cuando, a un mes de dar a luz, a su pareja de entonces, Daniel Osvaldo lo echaron del club donde jugaba y tuvieron que mudarse de un día para el otro a Italia.

“Con una panza enorme y un mambo tremendo... me quería morir”, contó. Viajó con una de sus parteras inglesas, que nunca había subido a un avión. Parió en casa, contenida por dos parteras italianas, una inglesa, un pediatra y Osvaldo. “Fue bizarro. Morrison no bajaba, tenía doble vuelta de cordón, pero salió todo bien”, concluyó.