Ignacio Álvarez dice que hubo un "intento de censura" en Canal 4 y revela cuánto dinero le queda en el banco

Caracterizado como Bruce Willis en "Duro de Matar", el periodista saca a la luz los detalles del abrupto final de "Santo y Seña" y sentencia: "Después de esto siento que nada puede matarme".

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Ignacio Álvarez se puso en la piel de Bruce Willis en "Duro de matar".
Ignacio Álvarez se puso en la piel de Bruce Willis en "Duro de matar".
Foto: Leo Mainé. Make up: Sandra Ríos. Réplica de armas: Aventureros

Dice que ya se murió muchas veces. Ignacio Álvarez mira hacia atrás y enumera: “cuando me echaron de Canal 10, cuando se viralizó un video íntimo mío, cuando tuve que dejar Radio Sarandí”. Y esta es una muerte más. Caracterizado como Bruce Willis en Duro de Matar y estrenando look rapado a cero, el periodista habla de su última “muerte”: el comentado y polémico levantamiento de su programa Santo y Seña de Canal 4. “La vida es un permanente morir para renacer y estoy seguro de que lo mejor está por venir”, se consuela.

En diálogo con El País, el conductor hace públicos por primera vez los detalles que arrastraron su vínculo con el canal al vacío. Sostiene que negoció con la empresa la “indemnización correspondiente” para todo su equipo y revela cuánto dinero le queda en su cuenta bancaria. Después de unas vacaciones en Tanzania con sus hijos, asegura que en la calle el público le dice que “no mira más Canal 4” y se muestra optimista con una posible vuelta a la pantalla. “Es la lógica del mercado y la gente lo pide”, define.

-¿Por qué te echaron de Canal 4?

-Todavía no lo sé. Tuve una charla con el director del canal después de que terminó el programa en la que hablamos de una forma abierta. Le dije que entiendo el lugar en el que está él. Entiendo las presiones y equilibrios con los que se maneja el directorio del canal. Su respuesta fue que no había teorías conspirativas ni manos negras. Me dijo que aunque hubiera ganado (Álvaro) Delgado, Santo y Seña se hubiera levantado de todas formas.

-¿Vos no tenés alguna teoría sobre los motivos que hicieron que el canal levante Santo y Seña?

-No sé qué creer, pero no importa. Es lo que es. Tengo mil sospechas, que son las mismas que puede tener todo el mundo. Lo que no tiendo a creer es que hayan llamado del Frente Amplio para pedir que se levante Santo y Seña. Puede ser que no quisieran más quilombo.

-¿Cómo fue la reunión en la que te lo comunicaron?

-Me llamaron el gerente general y el de programación para comunicarme que el canal iba a prescindir de Santo y Seña el año que viene. Me dijeron que iban a apostar al entretenimiento y con una sonrisa les dije que entendía que lo único que estaban haciendo ellos era transmitir una decisión. Les pregunté cómo pensaban indemnizar a todo el equipo y me dijeron que lo iban a pensar. Me pidieron que terminara el ciclo, para el que faltaban dos domingos. Les dije que no tenía ganas y que no creía que nadie del equipo tuviera ganas de salir al aire con cara de feliz cumpleaños después de una decisión así. Al rato me llamaron y me dijeron que lo entendían.

-¿Te sorprendió la decisión?

-Para nada, a nadie le sorprendió. Se veía venir desde que salió el famoso sobreimpreso que decía que “la casa no se hace responsable por mis dichos” sin que yo lo supiera mientras hablaba de mi encare a (Yamandú) Orsi. No sé si hay antecedentes de una cosa así. Yo dije que el canal tenía derecho a hacerlo, pero era un gesto muy fuerte. Fue un punto de inflexión, pero no fue el primero.

-Ese fue el día que enfrentaste a Orsi en el Grupo Magnolio después de que él se comprometiera a darte una entrevista, ¿cómo fue el diálogo con el canal durante esa jornada?

-El canal me pidió que no pasara esas imágenes en el programa. Yo acepté, pero llamé a uno de mis hijos que hace la edición de los clips que subo a redes y le pedí que armara un video con lo que había pasado esa mañana y que le agregara la cámara oculta que le había hecho días antes donde me había prometido que me daría una entrevista. A la noche le dije a mi público que el canal me había pedido no pasar las imágenes de lo que había ocurrido, pero que las podían ver en mis redes, además de contarlo con lujo de detalles.

-¿Sabés si del comando del Frente Amplio se comunicaron con el canal?

-No, pero sé que se comunicaron con el Grupo Magnolio mientras yo estaba esperando a Orsi en la puerta para decirles que si yo no me iba él no iba a salir. Por supuesto que la dirección ni siquiera me transmitió nada. Yo soy periodista y había decenas de periodistas conmigo esperando a Orsi.

-Mencionaste que el día que entrevistaste a Álvaro Delgado en vivo también hubo un episodio parecido en el canal, ¿qué pasó?

-Firmé un acuerdo de confidencialidad por lo que tengo que hacer equilibrio a la hora de contestar. Lo que puedo decir es que se hicieron determinadas cosas que son inllevables, generaron un clima pésimo durante el programa y para mí marcaron un antes y un después. Me dije “así no quiero seguir trabajando”. Una cosa es que vengan a expresarme su preocupación sobre determinado tema y otra es que vengan de mala manera a imponer algo desde las sombras. Porque no es que vienen cara a cara sino que mandan a Fulano a hablar con Mengano.

-¿Hablaste con Delgado sobre este tema?

-Sí, se lo conté. Me dijo que no tenía idea y que no le parecía bien que hicieran eso. Sobre la entrevista nunca hablamos, pero me dijeron que antes de hacerla tenía mucho temor y que después le quedó la sensación de un “empate”, es decir que no ganó pero tampoco perdió.

-¿Considerás que hubo censura?

-Hubo un intento de censura. En un programa en vivo no podés censurar porque al aire uno hace lo que quiere, tanto en la entrevista con Delgado como el día que conté todo lo que había pasado con Orsi. No me pueden poner un bozal.

-¿Te escribió alguien del gobierno actual cuando trascendió el levantamiento del programa?

-Sí, pero no me acuerdo quiénes. Cuando me fui de Sarandí me llamó Lacalle Pou para solidarizarse a nivel personal, pero sinceramente esta vez no me acuerdo.

-A la distancia, ¿no te arrepentís de nada?, ¿no hiciste una de más? Algunos criticaron por ejemplo el uso de cámara oculta a Orsi o interpretaron que fue una falta de respeto que te sentaras encima de su holograma al aire.

-No me arrepiento de nada. Lo del holograma es una estupidez. Cuando me senté arriba, lo que le demostraba a la gente era que no era Orsi sino que era un juego con inteligencia artificial. Hay que tener la cabeza muy podrida para pensar otra cosa. ¡Peor hubiera sido que lo sentara a él encima de mí! Y lo de la cámara oculta lo hice justamente para demostrar que Orsi en privado sí me había aceptado la entrevista y con un tono mucho más amigable que el que mostró después.

Ignacio Álvarez como Bruce Willis en "Duro de matar".
Ignacio Álvarez como Bruce Willis en "Duro de matar".
Foto: Leo Mainé. Make up: Sandra Ríos. Réplica de armas: Aventureros

-¿Estás en negociaciones con algún canal para volver a la televisión?

-Hay charlas y hay interés. Quedamos en volver a hablar en marzo.

-¿Vos creés que vas a volver a la televisión este año?

-No le pondría fecha, pero sé que voy a volver a la televisión. No sé cuándo y no tengo apuro porque estoy disfrutando de este tiempo. Pero voy a volver porque la gente lo pide. Es parte de la lógica del mercado. La gente me para permanentemente para decirme “estamos contigo”, “cómo te hicieron esto”, “no veo más Canal 4”. No imaginaban que podían levantar el programa más exitoso del canal. La indignación llevó a la gente a manifestarse. Todo eso me hace pensar que voy a volver.

-¿Qué pasa si te llaman de otro canal pero para ofrecerte un programa con un tono más light y menos combativo que los últimos años de Santo y Seña?

-En el pasado me han planteado hasta hacer programas de entretenimientos y la verdad es que se me pasó por la cabeza. Tengo versatilidad para hacer muchas cosas. Pero si hago algo de periodismo es obvio que no va a ser light ni lavado. No quiero, es mi esencia y es mi activo.

-¿Manejás la posibilidad de hacer streaming, por ejemplo?

-En principio no. Si no existiera posibilidad de volver a la televisión lo puedo considerar, pero quiero seguir jugando en la cancha grande. Estuve cuatro años sin hacer televisión, pero creo que tarde o temprano voy a volver. Si no pasa, hoy hay miles de formas de llegarle a la gente. Durante este tiempo me han ofrecido mucha plata para hacer streaming y yo lo decliné gentilmente porque la televisión abierta sigue teniendo más impacto.

-¿Por qué la coalición de gobierno perdió las elecciones?

-Quizás lo raro no es eso sino que Lacalle Pou haya ganado las elecciones en 2019 cuando era considerado un cajetilla de La Tahona, por más que después se recibió de estadista durante la presidencia. Ahora pasa lo mismo: ¿cómo puede ser que seguramente vuelva a ganar el Frente Amplio en Montevideo con el adefesio sin sentido de la ciclovía y el problema de la basura? Es que la mayoría es frenteamplista. El otro día un oyente decía que quizás pesa más el sentir que ganó tu camiseta que el querer vivir en una ciudad más limpia o cómo esté el país.

-¿Y por qué la mayoría es frenteamplista?

-La liturgia del Frente Amplio es más cercana a la gente de bajos recursos que es la mayoría del Uruguay, y mucha de esa gente en un pueblo “analfabeto”, donde el nivel de la enseñanza es cada vez peor, compra discursos fáciles. La gente no está preparada para discernir cuánto hay de verso y cuánto de realidad. Hay gente que cree genuinamente que le va a ir mejor con ese partido, incluso cuando las evidencias demuestren lo contrario. El Frente Amplio jugó sucio mintiendo arteramente. Se compró un problema porque va a tener que gobernar con Gabriel Oddone en el Ministerio de Economía y un Juan Castillo en el Ministerio de Trabajo. Es toda una contradicción con patas, no la ve el que no quiere o no puede.

-¿No creés que Orsi pueda ser un buen presidente?

-No, seguro que no. Ya lo conocemos. No tiene ni los conocimientos, ni la convicción, ni la preparación ni la personalidad para ser un buen presidente.

-¿Hay que cerrar TV Ciudad, como sugiere Martín Lema?

-TV Ciudad puede estar o no, pero tiene que ser eficiente, no puede tener déficit, no tiene que ser una cueva de acomodados y mucho menos un comité de base flechado para hacer política partidaria. Si cambia capaz que vale la pena que esté, pero notoriamente no es lo que está pasando.

-¿Cómo has visto el paso de Blanca Rodríguez a la política partidaria?

-Muchos decían que Blanca era del Frente Amplio y evidentemente tenían razón. No solo era de izquierda sino que era fanática. Hay varios que dejaron el periodismo para hacer política, Gerardo Sotelo, María Inés Obaldía, Eduardo Preve.

-¿Preve dejó el periodismo?

-Hay formas de ejercer el periodismo. Si siempre informás para un solo lado no estás haciendo periodismo.

-¿Él no te podría decir lo mismo?

-Yo mil veces le pegué a todos los partidos políticos.

-¿Vos descartás hacer política partidaria?

-Sí, obvio. A mí me gusta estar de este lado del mostrador. Yo veo en qué la caga uno u otro para contárselo a la gente. Disfruto de auditar y ejercer un control sobre el gobierno del partido que sea para que la gente se entere. Pasar a militar en un partido supone tener una camiseta puesta. Ya no puedo defender la verdad y denunciar las cagadas. Por definición el político, por acción o por omisión, termina siendo cómplice o tiene que contemplar a Fulano o Mengano que trajo votos. No quiero ni saber de eso. Sé que tengo mis seguidores pero haciendo periodismo. No duraría un minuto en la política.

-Alejandro Astesiano dijo que mantenías reuniones con Lacalle Pou en La Tahona, ¿es así?

-Es verdad, ¿y? Yo me reuní dos veces con Lacalle, como me reuní con Tabaré (Vázquez)en su casa y con (José) Mujica en la chacra. Cualquier periodista sabe la importancia de ser recibido por un Presidente para tener su visión de primera mano. Astesiano sigue siendo un chanta y un delincuente.

Ignacio Álvarez como Bruce Willis en "Duro de matar".
Ignacio Álvarez como Bruce Willis en "Duro de matar".
Foto: Leo Mainé Make up: Sandra Ríos. Réplica de armas: Aventureros

-¿Cuánto dinero tenés en el banco?, ¿tenés alguna inversión hecha?

-No, no tengo inversiones. En mi cuenta bancaria hay 8000 dólares. Para algunos será poco y para otros mucho, pero es lo que tengo. La plata me la gasto en viajes, que hago muchos. Además pago el alquiler de mi departamento y mantengo a mis hijos junto a su madre que viven en la casa que tuvimos siempre y que es grande y tiene costos altos. Alquilo una quincena en Punta del Este y después le garroneo alguna habitación a Javi Azcurra en el Enjoy. Mi ropa es de canje y mi auto es eléctrico y prestado. Tengo pocos ahorros, es mi realidad.

-¿Cómo está tu vínculo con el Grupo Magnolio, donde conducís La Pecera por Azul FM?

-Espectacular. Me hicieron un planteo económico hace un año porque la cosa estaba complicada. Toda la radio tuvo que apretarse el cinturón. Pero la respuesta de los anunciantes por suerte fue muy fuerte y lo es cada vez más.

-Tuviste un nuevo cruce con Carlos Tanco, a quien le pediste que te diga en la cara las cosas que dice como Darwin Desbocatti, ¿te lo cruzaste?

-No, pero yo me olvido. No soy rencoroso. Él es el que se pasa tirando mierda. Vive envenenado, pobre.

-¿Cómo estás anímicamente?

-Bien. Esto de estar semidesempleado tiene su lado positivo, sobre todo cuando uno cobra una buena indemnización como es nuestro caso. Está bueno tener un tiempo para bajar la pelota, escuchar propuestas y descansar. Por ahora estoy disfrutando. Viajé con mis hijos Tomás y Lucas a Tanzania y me pasé lagrimeando de la emoción. Fue mágico viajar con mis hijos, viéndolos crecer, con las charlas que tenemos, estar orgulloso de ellos, sentirme cómplice, que sientan la libertad de contarme lo que quieran y los pueda aconsejar. Todo tiene que ver con un estado emocional que está vinculado a este momento de la vida, a estar en pareja con Melissa después de tres años de novio, y también a todo lo que me pasó con el canal. Siento que todo es para bien. Estoy tranquilo y en paz con mis decisiones. Me la jugué por mis convicciones y por cómo considero que hay que ejercer el periodismo sin miedo al qué dirán. Ese es el mayor poder. Después de esto siento que nada me puede matar.

-¿En qué sentido dirías que sos “duro de matar”?

-Hace años veía el video de un colombiano que se llama Luis Mendoza, que decía que hay que aprender a morir. En la vida uno a veces se repite y termina siendo una caricatura de sí mismo. Por eso decía “salta; ya aparecerá el piso”. Todos morimos muchas veces en la vida para renacer. Mi primera muerte profesional fue cuando me echaron de Canal 10. Me acuerdo del resentimiento que tenía porque no tenía un mango y tenía que dar clases en la Universidad ORT para hacer algo de plata. También morí cuando un video íntimo mío estuvo en la mano de todos los uruguayos y muchos lo usaron para intentar lastimarme. Morí cuando dejé Radio Sarandí porque se manejaron conmigo de una forma irrespetuosa. Morí cuando me separé después de 20 años de casado. Y morí ahora con el final de Santo y Seña, pero con la tranquilidad de que algo mejor va a venir. La vida es un permanente morir para renacer.

-¿Con el tiempo las muertes duelen más o menos?

-En lo afectivo duelen más porque cuando sos joven sos eterno, entonces tenés toda la vida por delante. Después de los 50, perder las cosas duele más. En lo laboral es al revés. Al menos yo lo siento así.

-¿Por qué te rapaste?

-Una noche de enero estábamos con Melissa y le pregunté “¿y si me rapo?”, y me rapó ella. Me dijo que le gusta cómo me queda. Justo me iba de viaje y como ahora no tengo televisión me arriesgué. Me siento mucho más cómodo. Para variar estoy llevando la contra, porque mientras todos se ponen implantes capilares yo voy para el otro lado. Ya no me estreso acomodándome los pocos pelos que me quedaban.

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