Por: Daniel Hardy Coll
"Señores y señoras, a partir de este instante CXATV SAETA Canal 10, está en el aire…". Don Raúl Fontaina (h) es el primer protagonista de la televisión uruguaya en la historia, cuando como primer director también de Canal 10, inauguró el 7 de diciembre de 1956 la primera transmisión televisiva del país.
Hace ya 36 años… gracias a él y a un grupo de amigos (entre los que se contaban miembros de la familia) Uruguay conoció la televisión, con creatividad e imaginación lograron impulsar este sistema de comunicación hoy dominante en el mundo.
Raúl Fontaina (h) permaneció en Canal 10 hasta el año 1969; del `69 al `71 cruzó el charco para trabajar en Canal 13 de Buenos Aires. En 1972 condujo "Ancho mundo" en Canal 4 hasta que unos años más tarde llegó al Canal 12 donde se quedó hasta hoy.
Un visionario total, excelente conductor y munido de gran temple y una extraordinaria imaginación al igual que su hermano Milton. Algunos de los programas de los que fue responsable: Ancho mundo, Una noche con…, La pareja del año, La batalla del Río de la Plata en dúplex entre los canales 12 y 13 de Buenos Aires con Héctor Larrea, Telemundo 12, etcétera.
-Raúl, ¿tuvo que ser sumamente emocionante aquel 7 de diciembre de 1956, ¿verdad?, ¿guarda muchos recuerdos?
-Ya veníamos hace meses armando el transmisor con un técnico americano, Howard Town, y era tal el entusiasmo que teníamos todos que íbamos a ayudarle en todo y al resto de los técnicos que estaban trabajando. Así, fuimos llegando a los primeros días del mes de diciembre de 1956 cuando concluimos todo y decidimos salir al aire el día 7. A la apertura oficial, porque habíamos hecho una preapertura de ajuste, concurrieron pocas personalidades, fue algo muy sobrio. Entre los invitados estuvieron el Dr. Fischer, Presidente del Consejo de Gobierno, el senador Grauert y el ministro Sorueta. Recuerdo que mi padre no llegó a tiempo y en la puerta estábamos Carmelo Imperio y yo recibiendo a los invitados. Yo fui el presentador oficial de las autoridades y di por inauguradas las transmisiones de televisión en Uruguay. Recuerdo que fue un día de semana, como a las 19:00 quizás o a las 20:00.
Fue muy emotivo, sin lugar a dudas; pasamos muchos nervios, porque a pesar de que proveníamos de una familia dedicada a la radiodifusión, esto era una experiencia totalmente nueva.
Recuerdo que a lo sumo habría 300 televisores encendidos ese día en el país, en Montevideo lógicamente porque era nuestro único alcance, es decir, fueron muy pocos quienes nos vieron al principio.
Y todo muy sobrio, nada de fiesta. Junto a mí, recuerdo al primer camarógrafo del país, Juan Severino, quien fue un astro con la única cámara durante los primeros cinco años. También nos ayudó Alejandro Barrios encargado de la parte de cine. Ateolfo Castillo, el primer utilero que acaba de dejarnos para siempre. Milton Fontaina, mi hermano… en fin, todos hacíamos de todo al principio porque no había otra solución. Yo me apoyaba mucho en mi secretaria, Margarita Mendoza.
-¿Por qué fue usted la primera cara? ¿Hubo consenso?
-Fui la primera cara porque… venía de Radio Carve, tenía mis estudios de derecho que dejé por dedicarme a la radiodifusión y porque mi padre me metió en esto… me fui metiendo, y como no había otros para salir al aire, lo hice yo. En esa época eras un fenómeno en la radio, la televisión surgía como algo muy modesto y por ende, solo dos o tres se dieron cuenta del futuro de este medio, los demás prefirieron lo seguro: la radio.
-¡Qué modesto Raúl! La prensa escrita brindó gran difusión, me imagino.
-No nos dio mucha difusión, apenas algún otro articulito, pero nada más. Aquí, la TV surgió muy modestamente.
-¿Cuántas horas por día comenzaron a transmitir?
-Hasta el primer invierno, el de 1957, transmitíamos solo dos horas en el horario central, de 19 a 20:00 horas, luego en ese invierno creo que comenzábamos a las 16 y nos íbamos hasta la medianoche. Al principio dos horas porque sabíamos que estábamos transitando caminos de la transmisión experimental, transmitiendo hasta el mes de marzo de 1957 (todo el verano) películas de las embajadas que nos cedían gustosamente.
-¿Pero en marzo del `57 surgió el primer programa uruguayo?
-Efectivamente, de a poco nos fuimos preparando en el único estudio que teníamos para realizar aquí los primeros programas uruguayos. Lo primero que hicimos fue el teleteatro monólogo que se llamó "La zorra y las uvas". Después empezamos a hacer ballet con Brenda Demichelli, una excelente bailarina que había actuado mucho en Cuba y con Wilfredo Tamarán y estas fueron las primeras cositas que humildemente hicimos. Una de las primeras cosas ambiciosas que se largaron fue el gran teleteatro semanal que iba los sábados de noche y que se llamó "El teleteatro de Casa Cardelino". Don Cardelino (el dueño) una encantadora persona que nos dio su apoyo a lo largo del 1947. Hacia finales de 1957 llegó el informativo, tras el impulso de mi hermano Milton y que estuve conduciendo solo al principio. Ya en ese entonces existían las productoras y el noticiero lo hizo PTA, se llamó "El noticiero de las 3 avenidas y Casa Soler". Se armaba muy diferente a ahora, en principio con una sola persona, las imágenes eran fotos de quienes nosotros hablábamos.
-¿Qué temas dominaban por entonces?
-Eisenhower, Perón y Sukarno (Presidente de Indonesia).
-¿Cuántos minutos duraba?
-Solo 15` en vivo todos los días, pero empezábamos a descubrir que el noticiero tenía que ser la estrella de los canales de televisión y así sucedió. Además, yo había estado gran parte del año 1957 en Estados Unidos estudiando y trabajando en estaciones de Dallas, aprendiendo muchas cosas que al regreso apliqué aquí, en el 10.
-¿La gente se fue compenetrando con la televisión y adquiriendo televisores?
-Sí, se empezó a vender muchísimo, máxime que de a poco comenzaron a difundirse muchos programas con temáticas diversas, que atraían a los televidentes por doquier. Por ejemplo, recuerdo que Victorica creó "Noches brillantes", auspiciado por la casa Angenscheiddt. En 1957, a mi regreso de Estados Unidos, se precipitan los programas. Nació: Glorias deportivas; cada radio tenía un espacio que explotaba de la forma que más le interesaba hacerlo: apareció la primera mujer ante cámara, Cristina Morán, con su programa "Exclusivamente mujeres" que iba de tarde, luego formó pareja con Juan Carlos Vitorica (argentino) con quien condujo Noches brillantes (un show en vivo de una hora) los domingos de noche, a las 21:00. Por ejemplo, también recuerdo que radio Montecarlo (por ese entonces aún sin canal propio) mandaba a una gran locutora que fue Lila González.
Por ahí surgió Barret Puig haciendo los comerciales de Casa Cardelino, hasta que se incorporó al noticiero cuando le damos un valor sustancial al mismo y lo llevamos a media hora diaria. Alternábamos con Milton, con Barret, con Giacosa, con Víctor Pedrozo, Lalo González, el Capitán Noble (de meteorología) daba el tiempo en vivo, pasamos de las fotos a películas en 16 mm. Y fue tal progreso que llegamos a tener cuatro informativos por día y a las 16:30 trabajábamos con 4 mujeres por la hora que era: Vilma Abella, Silvia Tron, Norma Suárez y Lidia Davison… todas figuras relevantes del profesionalismo. Y te cuento que lo que se hace ahora, el diálogo entre los conductores, ya lo hacíamos nosotros en el 57.
-Cuando empezó a aparecer todos los días en el 56 en la televisión, ¿qué le decían en la calle?
-Pienso que algo extraño dirían, como: mirá esta figurita repetida que vemos en nuestras casas y la vemos en la calle; pero a mí no me afectó en nada, no me hizo volar los pajaritos, las mujeres no se enloquecieron…. No sé.
-¿Ya en las primeras de arranque cuidaron los temas referidos a la vestimenta, la presentación delante de cámara, el maquillaje?
-Sí, si, se cuidaba, nos maquillamos todos porque era necesario debido a la precisión de la cámara.
-¿Pero antes de sacar el canal 10 al aire hubo un intento de lo que hoy podríamos llamar TV por cable?
-Así es. El circuito cerrado se hizo en el verano del 56, un experimento con varias personas de radio Carve, de CUFE (una productora cinematográfica). Se trató de un pequeño estudio al aire libre debajo de un tanque de agua con una pequeñita ventana por la cual, en más de una oportunidad, nos confundían con heladeros. Llegábamos a unos 40 receptores instalados en los alrededores, eso originó el futuro Canal 10 una vez que el gobierno nos dio la frecuencia 10 para transmitir.
-Qué hermoso fue todo eso, ¿verdad?
-Así es. Esos primeros cinco años de soledad en el mercado, transmitiendo desde viejos galpones fue una experiencia increíble y todos quienes participamos de ese sacrificio con amor a los 30 años casi, nos sentimos hoy orgullosos, nostálgicos, contentos de lo que hemos logrado. Y lo más lindo de todo esto es que aquella empresa que al principio muchos tildaron de aventura y fantasiosa que es la televisión, hoy sigue compartiendo nuestras vidas.
(N. de R. Raúl Fontaina falleció el 13 de febrero de 2008).