Franco Pisso, el youtuber que analiza los gestos: "Lacalle Pou me mandó un mensaje privado"

El youtuber argentino experto en comunicación no verbal es furor por los videos en los que analiza gestos. El que publicó el domingo sobre el debate entre Orsi y Delgado alcanza más de 130 mil reproducciones.

Franco Pisso
Franco Pisso
Foto: captura

Redacción El País
Es abogado, docente, máster en oratoria, y también youtuber con más de un millón de suscriptores. En sus videos, Franco Pisso pone la lupa sobre los gestos de las figuras públicas y eso hizo el domingo pasado durante el debate entre Yamandú Orsi y Álvaro Delgado. El experto en comunicación no verbal analizó en vivo cada intervención de los candidatos en una transmisión propia que resultó la segunda más vista entre todas las que emitieron el evento. "No hubo un ganador pero sí una oportunidad perdida", concluye sobre el encuentro entre los presidenciables..

-El domingo hiciste una cobertura del debate entre Orsi y Delgado y hablaste de un fuerte vínculo con Uruguay, ¿cómo surge?

-Hace cuatro años que voy a dar clase a Montevideo. Es un público muy respetuoso hacia el que siento un aprecio particular. Muchas veces me siento más querido que en Argentina, donde la grieta es más profunda y la gente toma las opiniones políticas como algo personal, incluso cuando lo que intento hacer es solo un análisis desde la comunicación. En Uruguay empecé a hacerme viral cuando hice un análisis sobre Luis Lacalle Pou y justo dije que tenía un tema con su pareja porque jugaba con su anillo de casado, y al final se terminó separando.

-Analizaste a Lacalle Pou en varias oportunidades, ¿cómo te parece que comunica?

-Yo siempre lo vi como alguien muy natural, que no esconde quién es. Eso da la credibilidad que todo orador tiene que tener. Se lo ha visto en muchas oportunidades bastante descontracturado y eso desde la comunicación de gobierno en Latinoamérica no se ve mucho. A mí me llamó la atención esto de aparecer con su tabla de surf o charlando con alguien sentado en la vereda. Como todos nosotros nos sentamos en la vereda generamos conexión con esa clase de conducta. Una vez me escribió por Twitter para agradecerme y hacerme una devolución.

-¿Cómo fue ese intercambio?

-En general cuando analizo a alguien y esa persona lo ve, me aporta algo del contexto que yo puedo no saber previo a hacer el análisis. Él fue muy respetuoso conmigo en ese sentido. Creo que el video que me comentó fue el que hice sobre una entrevista que le dio a la periodista Blanca Rodríguez.

-Has seleccionado bastante material de Uruguay para analizar.

-Hay una búsqueda de responder a las demandas de la audiencia. En general surge de las peticiones de los seguidores, como cuando pasó lo de la entrevista a Marset que también la analicé. Con el equipo tanteamos los temas que pueden llegar a interesar y que no impliquen que me peguen un tiro como puede llegar a pasar con el caso de un narcotraficante. En Argentina he recibido muchas amenazas y la idea no es generar eso sino que la gente se entretenga y aprenda de una herramienta cotidiana como la comunicación.

-¿Por cuáles videos has recibido amenazas?

-No quiero decir porque me da miedo, pero por varios videos sobre políticos y por las veces que analicé algunos casos judiciales que están vinculados con la política aunque no de manera directa.

-En varias oportunidades realizaste análisis sobre la campaña electoral que se viene desarrollando en Uruguay, ¿hubo algo que te haya llamado la atención?

-Fue una campaña esperable de todas las partes. Nadie me rompió la cabeza ni me pareció muy innovador. El más disruptivo fue Andrés Ojeda con esto de decir que es de Capricornio y que le gusta la película 300, pero por fuera de eso también fue una campaña tradicional. Las campañas estuvieron bien adaptadas a los candidatos porque ellos también son tradicionales. Ninguno de los dos tiene algún grado de disrupción como para ir a un debate sin corbata, por ejemplo. La imagen que tienen los dos candidatos estuvo acompañada por la campaña.

Franco Pisso
Pisso en una de sus multitudinarias clases. Suele presentarse en el Salón Azul de la Intendencia de Montevideo.
Foto: Facebook Franco Pisso

-Ya habías analizado piezas de Delgado y Orsi antes del debate, ¿cuál de los dos venía comunicando mejor?

-En la noche de la elección de octubre, por ejemplo, Orsi habló con teleprompter y estar constantemente atado a las hojas no ayuda a conectar en lo más mínimo. Delgado se mostró un poco más natural con el resto de la coalición en el escenario, aunque eso puede jugar en contra porque también puede dar a entender menos compromiso.

-¿A grandes rasgos cómo viste el desempeño de cada uno durante el debate?

-Ninguno me mató ni me volvió loco, pero tampoco me parece que hayan estado mal. Podrían haberse lucido más y si alguno de los dos escuchaba lo que decía el otro el resultado hubiera sido totalmente distinto y más interesante. A Orsi le ponía más incómodo esa situación así que se preparó más, se acotó a lo que tenía escrito, y alejó un poco al público que no lo conocía. Delgado subestimó un poco más el debate y se dejó llevar más por la naturalidad. Si se hubiese preparado más, le hubiera sacado más jugo. Desde el punto de vista técnico hizo cosas que están mal en un debate, como concordar en opiniones con Yamandú.

-¿Cuáles dirías que fueron los principales errores de ambos?

-El peor error de Orsi fue no soltarse un poquito más y mostrar la persona detrás del político. Los votantes nos conectamos con personas, no con imágenes públicas de personas. En su saludo final podría haber intentado generar una conexión real hablando desde el corazón. A Delgado le faltó escucha. Tenía que ir a buscar el resultado. Además en algunos momentos le sobró tiempo muy valioso.

-¿Dirías que fue parejo, entonces?

-Sí, las críticas son diferentes para los dos pero visto como una contienda deportiva hubo un empate técnico porque no hubo una gran diferencia a favor de uno o de otro. Hablo de las formas y no de los contenidos, no sé si las cosas que dijeron estaban bien.

-Si fue parejo, pero las encuestas le venían dando una ventaja a Orsi, ¿entonces no termina saliendo más favorecido él con el debate?

-No hubo un ganador pero sí alguien que perdió una oportunidad, que fue Delgado. Es el que venía abajo y el que tenía que juntar más votos. Tenía que confrontar pero de una forma más inteligente o más preparada que nombrando al Frente Amplio. Tenía que mostrarle a los indecisos las debilidades del sujeto que tenía al lado.

-¿De qué forma?

-En algunas oportunidades él dijo sobre Orsi "él no lo va a decir" o "no lo va a responder". Él podría haber preguntado "por qué no trajeron a la persona que escribió el discurso si lo único que hace es leer los papeles": "Yo quiero escuchar a Yamandú y que no siga leyendo los papeles". Ahí lo pone a Orsi en una situación de incomodidad porque no sabría si seguir leyendo las cosas que tenía en la mesa o responderle. Eso es lo que Delgado tendría que haber ido a buscar, no con agresividad ni con falta de respeto, pero sí para la demostración de determinado punto hay que ser un poco incisivo. Por eso para mí si bien no hubo un ganador, Delgado desaprovechó la chance.

-Muchos de tus seguidores dijeron que el debate les resultó aburrido y vos defendiste que había sido interesante, ¿en qué sentido hacés esa valoración?

-En que había dos modelos muy marcados y a mí como docente para explicar cosas me da mucho material. Había dos estrategias muy distintas. Además es un evento institucionalmente muy importante y hay que seguir incentivando a que sea cada vez mejor. Podría haber sido muy aburrido si los dos iban con las mismas estrategias y ambos se acotaban a lo que llevaban escrito, por ejemplo. Yo hice como seis páginas de anotaciones, así que para mí fue entretenido.

-¿Qué te pareció el formato, tan distinto a los debates que se ven en las campañas electorales argentinas, por ejemplo?

-El formato no colaboró, pero yo siempre voy a priorizar que se haga. Que no se puedan preguntar entre ellos no ayudaba. Si no hay confrontación la gente indecisa no puede ver las diferencias. A mucha gente no le interesa la política y el único momento en el que miran a los candidatos es en el debate.

-Has preparado candidatos para debatir, ¿qué es lo más importante que tienen que tener en cuenta?

-Cuando yo preparo a un candidato trabajo sobre la estrategia del jefe de campaña: hay que saber si uno va a defender los puntos o a buscarlos. En base a la estrategia, se trabaja sobre la reacción frente a agravios, preguntas incisivas u hostiles. Yo siempre grabo las intervenciones de candidato y sobre eso vamos trabajando. Esa es la forma de la que trabajo. Desde cómo nos vestimos a cómo hablamos es una estrategia de comunicación en base a la estrategia macro que decide el jefe de campaña. Hay que entender que el otro sujeto tiene una presión grandísima y que en general los políticos tienen mucho ego. He tenido reuniones para las que he viajado a otro país y me terminaron echando cuando hacía las preguntas que creía que podían aparecer en el debate.

-Para cerrar, ¿cómo comunica el gobierno de Javier Milei?

-La comunicación del gobierno argentino es digna de estudio. Están rompiendo muchos patrones. El fenómeno político está atado a un fenómeno social, y la mayoría estaba mostrando un cansancio muy profundo al modelo tradicional y votó al que venía a romper con ese esquema. Los que hablamos de comunicación en muchos casos todavía no entendemos lo que pasa. Es exitoso, pero hay que ver cómo continúa. Normalmente una vez que se terminan las elecciones, la comunicación de campaña pasa a ser comunicación de gobierno, pero ellos aun siendo oficialismo siguen haciendo comunicación de campaña: hablan de la casta, de la izquierda, como si no estuviesen en el poder. Para la oposición es desconcertante y no saben cómo atacarlo. Por momentos es admirable lo que hacen.

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