Fabián Cardozo: "Para criticar a APU, lo mejor es hacerlo desde adentro"

Fabián Cardozo.

ENTREVISTA

El periodista y presidente del gremio de periodistas acaba de ser electo como presidente de la Federación de periodistas de América Latina y el Caribe, que nuclea a agrupaciones de 12 países.

Fabián Cardozo.
Fabián Cardozo.

-Fuiste elegido como presidente de la Federación de periodistas de América Latina y el Caribe (FEPALC), ¿qué implica ese rol?

-Es la organización que agrupa a todas las asociaciones de trabajadores de la comunicación de 13 países de la región. Trabaja por cuestiones de carácter sindical vinculada a la situación laboral de los periodistas pero a la vez y sobre todo, aborda cuestiones profesionales del ejercicio periodístico y las diferentes realidades para la libertad de expresión en cada país. Hay amenazas extremas en algunos países, como Haití o México, donde diferentes organizaciones han asesinado periodistas. En esos casos el problema ya no solo es la libertad, sino la vida

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-¿Cómo se dio este nombramiento?

-Durante el congreso en Lima (Perú) algunos compañeros me plantearon encabezar la lista como candidato a presidente, algo que no me lo esperaba. Fue una propuesta nacida del reconocimiento al trabajo realizado en Uruguay con APU (Asociación de la Prensa Uruguaya), sindicado que continuaré presidiendo porque fui reelecto para dos años más de gestión. No son excluyentes los roles.

-Al sumar esta nueva responsabilidad gremial, ¿cómo seguirá tu actividad laboral?

-Tengo muchas actividades, aunque debo aclarar que mi labor en FEPALC es de militancia honoraria. No recibo remuneración. Sobre el panorama laboral, además de Canal 5, estoy en la agencia de noticias Sputnik y me formé en comunicación política, un rubro que me apasiona al punto de que estoy haciendo consultorías y dirijo una revista digital sobre esta temática. En Canal 5 en este momento estoy de licencia y en una etapa diferente porque han cambiado las condiciones de trabajo.

-¿En qué sentido han cambiado?

-Básicamente, digamos que existieron algunos cambios de lineamiento en la forma de trabajo. También, como sucede en muchas gestiones, hay cambios de figuras. Se prioriza a nuevos integrantes del equipo, lo que no está mal. Pero forma parte de la ausencia de una política unificada de medios públicos en Uruguay. Cada gestión viene con su librito, su forma de trabajo y su equipo. Yo sigo estando pero creo que no ocupo el mismo lugar que ocupaba antes. No tengo las mismas responsabilidades ni la misma área de cobertura.

-¿Cambió también el relacionamiento con la dirección o los compañeros?

-No, las relaciones son buenas. Además tengo una responsabilidad de representación a nivel de los trabajadores porque también soy dirigente sindical en ese ámbito. Pero bueno, a nivel laboral estoy en una etapa de exploración de nuevos desafíos y en un momento de definiciones que no sé muy bien hacia dónde me va a empujar, pero para algún lado será porque, además, el día tiene 24 horas y no se puede hacer todo.

-La situación de la libertad de prensa en Uruguay se ha expuesto, incluso en el exterior, como en un escenario de deterioro luego de la llegada del gobierno actual al poder. ¿Por qué lo considerás así?

-Hay situaciones preocupantes, como la polarización en redes sociales y muchas veces los periodistas forman parte de esa división, voluntaria o involuntariamente. Estamos en un momento complicado y no ayuda que algunos voceros del gobierno o legisladores oficialistas cometen lo que podríamos llamar errores porque así lo van admitido.

-¿Te referís al comentario de Álvaro Delgado a una periodista de TV Ciudad?

-Sí, ese caso. También hemos planteado la actitud para nosotros equivocada de Graciela Bianchi, que en muchas ocasiones ha cuestionado a periodistas.

-Hace unas semanas también hubo un cuestionamiento del presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, a Aldo Silva durante una nota en Radio Sarandí...

-Es verdad. Creo que fue un error de parte de Pereira. Nosotros en APU también dimos cuenta de eso en un comunicado que emitimos. La relación entre políticos y periodistas es compleja y mucho más cuando están en el gobierno porque los políticos están acostumbrados a dominar la agenda y cuando algún periodista los saca de ahí, se desestabilizan un poco, generando reacciones de este tipo.

-El expresidente Tabaré Vázquez acusó en su momento a un periodista de que alguien lo había mandado a hacer una pregunta. José Mujica llamó “nabo” a Néber Araújo. Este tipo de casos, mucha gente los recuerda cuando desde APU se cuestiona actitudes de representantes del gobierno, señalando una especie de dualidad de criterio. ¿Cuál es tu visión?

-Cuando ocurrieron esos episodios yo no estaba en APU, pero en el caso de Vázquez, por ejemplo, lo he hablado con algunos colegas y en su momento hubo manifestaciones de preocupación. Creo que la diferencia hoy es que estamos como gremio en un nivel de visibilidad cada vez mayor, entonces se genera otro tipo de repercusión. Sobre las críticas, lo que siempre he dicho a las colegas es que se acerquen a la organización y opinen adentro. Porque tirar piedras desde la vereda de enfrente no es la mejor solución.

-Más allá de casos puntuales, ¿crees que con este gobierno es más difícil hacer periodismo que durante los 15 años de gestión del Frente Amplio?

-En términos generales, el relacionamiento entre gobernantes y periodistas es difícil porque uno de los roles fundamentales del periodismo es el de oficiar de contralor del poder. Eso no quita que haya partidos políticos que entienden mejor ese vínculo. En este caso, yo creo que este gobierno tiene un marcado interés por controlar el relato comunicacional de lo que se dice sobre la gestión. Cuando pierde el control sobre eso, fundamentalmente por el trabajo periodístico, se generan los cortocircuitos. Además, estamos ante una administración que maneja muy bien la comunicación y se preocupa por tener buenos voceros. De repente los gobiernos anteriores no se preocupaban tanto por la comunicación, lo que tiene sus pro y sus contra.

-De esta situación se ha hablado fuera de fronteras, incluso en la DW. ¿Eso influyó, por ejemplo, en tu nombramiento en la FEPALC?

-Seguramente influyó como una forma más de poner este tema en la agenda internacional. En la reunión del 3 de mayo de UNESCO, cuando se celebraba el Día Mundial de la Libertad de Prensa, nosotros aprovechamos la presencia del relator de libertad de expresión de la OEA Pedro Vaca para plantearle la situación de la senadora Bianchi, quien ha incurrido en una conducta lamentablemente reiterada de hostigamiento y descalificación. Todo eso de alguna manera está colocado a Uruguay en la agenda internacional.

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