Redacción El País.
El programa de Jacques Cousteau, conocido mundialmente como El mundo submarino de Jacques Cousteau, fue una de las producciones documentales más influyentes del siglo XX. Emitido entre 1968 y 1976, y con sucesivas versiones y especiales en las décadas posteriores, esta serie marcó un antes y un después en la divulgación científica, la exploración oceánica y la conciencia ambiental global.
En Uruguay se emitió en las décadas del ‘70 y ‘80 por la pantalla de Canal 10, que lo programó en su horario central, los días martes.
Cousteau, oceanógrafo, inventor y explorador francés, se convirtió en una figura icónica, no solo por su capacidad de mostrar las maravillas del océano, sino también por su sensibilidad poética y su compromiso con la preservación del planeta.
El programa seguía las aventuras del equipo de la nave Calypso, un barco transformado en laboratorio flotante desde el cual Cousteau y sus colaboradores exploraban mares, arrecifes, cuevas submarinas y ecosistemas remotos. Con un enfoque que combinaba el rigor científico con un estilo narrativo accesible y cautivador, Cousteau logró llevar al público a lugares nunca antes vistos. En una época en la que no existían cámaras digitales ni drones submarinos, las imágenes logradas por su equipo resultaban verdaderamente revolucionarias. La utilización de cámaras subacuáticas, iluminación artificial y técnicas de buceo desarrolladas por él mismo -como el regulador de aire que dio origen al equipo de buceo autónomo- permitió capturar escenas que transformaron la manera de mirar el océano.
“La mejor manera de observar a un pez es convertirse en un pez”, escribió Cousteau en su primer artículo para National Geographic. “Y la mejor manera de convertirse en un pez, o algo razonablemente similar a uno, es usar un dispositivo de respiración bajo el agua llamado Aqualung. El Aqualung permite que uno se sumerja, sin prisas e ileso, a las profundidades del mar”, añadió respecto a su invento para poder llevar oxígeno a las profundidades.
El impacto cultural del programa fue enorme. Millones de personas en todo el mundo, desde América Latina hasta Asia, conocieron los océanos gracias a Cousteau. Con el paso de los años, El mundo submarino de Jacques Cousteau se consolidó como un hito en la historia de la divulgación científica. No solo mostró lo que había bajo las aguas, sino que enseñó a respetarlo. Cousteau fue pionero en advertir sobre la contaminación, la sobrepesca y el cambio climático, temas que hoy resultan urgentes.
Su legado sigue vivo en la Fundación Cousteau, a cargo de su familia, y en el espíritu de quienes, inspirados por sus palabras, continúan explorando y defendiendo los mares.
Jacques Cousteau se mantuvo activo en la exploración submarina hasta su muerte a los 87 años, en 1997.
“Mi papel era mostrar lo que había en los océanos, su belleza, para que la gente pudiera conocerlos y amarlos”, escribió Cousteau en una oportunidad.
El mítico buque Calypso: a la espera de una reconstrucción tras un accidente
El emblemático barco Calypso del explorador marino Jacques Cousteau se encuentra en proceso de restauración. El buque, que pertenece a la Fundación Coustau, navegó hasta 1996 cuando fue afectado por un choque en las costas de Singapur. Se hundió parcialmente pero fue rescatado.
Desde entonces, los trabajos de reconstrucción han tenido marchas y contra marchas. Hubo también una disputa legal por los gastos de mantenimiento y restauración.
En 2017, la Fundación Cousteau anunció que los trabajos estaban cerca de concluir pero un incendio afectó la estructura del barco.
Calypso, un antiguo dragaminas de la Marina Real Británica que el investigador francés adaptó como buque oceanográfico, se encuentra en un astillero de Turquía.