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Diego Jokas habla del partido Uruguay-Perú: "Relaté el partido en mi cabeza toda la noche"

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Diego Jokas. Foto: Juan Manuel Ramos

ENTREVISTA

El relator deportivo habla de la transmisión del partido con el que la selección clasificó al Mundial de Catar, su carrera y "Desayunos Informales"

Diego Jokas. Foto: Juan Manuel Ramos
Diego Jokas. Foto: Juan Manuel Ramos

En julio de 1992 tuvo su primera experiencia, en radio Universal. Diego Jokas tenía 15 años y hacía tiempo que practicaba relatar en su casa, con un micrófono que sus padres le habían regalado. “Siempre laburé con gente más grande y fui a todas las canchas. Las generaciones nuevas las mandás a una cancha que no les gusta y te ponen mala cara. Cuando nadie te regaló nada y pasaste por todos lados, hay etapas que hay que pasar. Siento que fui pasando por todas las etapas, y eso está bueno, porque entender la cocina te lleva a entender un montón de cosas”, dice Jokas.

Este año cumple 30 años como periodista deportivo y lógicamente el partido del otro día, el de Uruguay contra Perú dice que fue de los más importantes de su vida.

—¿Tenés un raking con tus partidos más importantes?, ¿cuáles son?

—El más difícil y angustiante fue el que relaté el año pasado, Nacional - Deportivo Maldonado, porque era mi primer partido en Tenfield relatando un equipo grande después del fallecimiento de Alberto Sonsol. Entonces era la primera transmisión sin Sonsol, con lo que significaba Alberto para mí. Fijate que con 15 años empecé a trabajar con él, fue la persona que me abrió la primera puerta sin conocerme, y siendo un chiquilín. Entonces, ese partido puntualmente tenía, desde el punto de vista emocional, una carga fuerte y por otro lado una responsabilidad grande para mí porque era mi primer partido de un equipo grande en Tenfield. Reunía lo periodístico y lo emocional. Después el segundo partido fue Uruguay - Paraguay porque fue el primero que me tocó relatar de una selección sin Alberto. Era el otro escalón. Y lógicamente el partido del otro día, y en eso soy recontra agradecido en este caso a Tenfield porque confió en mí habiendo un montón de compañeros que también estaban a la altura y capacitados para relatarlo.

Diego Jokas. Foto: Juan Manuel Ramos
Diego Jokas. Foto: Juan Manuel Ramos

—Pero este partido no era uno más para la selección.

—Claro, reunía un montón de aspectos. Primero era el partido que podía significar la clasificación al Mundial, se iba a ver en todos los canales o sea que también venía una responsabilidad mayor. La sobre exposición iba a ser muy grande. Y es de esos partidos donde sabés que no podés fallar, porque en un ambiente tan chico, es complicado. Entonces tenía una carga emotiva y presión profesional muy grande.

—¿Cómo viviste la noche previa al encuentro?

—Relaté el partido en mi cabeza toda la noche. Cómo sería esto, si fuera de otro modo, y obviamente todo lo que pensaste o te imaginaste no te sale. Soy espontáneo y creo que el relator tiene que ser así, decir lo que siente en el momento y describírselo a la gente, pero era difícil no imaginarme el partido en la cabeza o imaginar cómo se podía llegar a dar.

—Igual imagino que se vivió con unos nervios enormes.

—Sí, por supuesto. El año pasado relaté mi primer clásico, fue un domingo y estábamos en el Polideportivo con el Loco Abreu, termina el programa y le digo: “tengo un nudo en la garganta que tengo que relatar mi primer clásico”; y me dice: “está bueno que tengas ese nudo en la garganta, porque sino no sentirías nada. ¿Qué te pensás cuando tengo que jugar un partido importante no tengo nervios, ansiedad?”. Que te lo diga un jugador de fútbol que está expuesto a un montón de presiones, juega con las emociones de la gente, si me lo decía Abreu, no es que me tranquilizó, pero me hizo ver que lo que me estaba pasando era lo normal. Hubiera sido anormal si no lo hubiera sentido así.

—¿Relator se nace o se hace?

—Para mí se nace. Te puedo contar mi experiencia personal. Con 10 o 12 años me encerraba en mi cuarto a relatar partidos. Para mi cumpleaños me regalaron un micrófono y era encerrarme para relatar. En ese momento eran de básquetbol porque los partidos de la NBA se veían por televisión abierta y me gustaba, sentía que era mi pasión. Tampoco es que me llegó todo de arriba, porque en el periodismo me tocó hacer de todo. Cuando con 15 años laburaba en el equipo de Sonsol en Universal, las canchas más lejos me tocaban, siempre. La de Olimpia, Verdirrojo, muchas veces me acompañaba mi viejo. Esa etapa fue muy importante, porque también le pasa a jugadores de fútbol que cuando están empezando, si no tienen un acompañamiento familiar que los lleve a entrenar, que los acompañe en esa etapa, es difícil, y muchos dejan por el camino porque el periodismo deportivo es muy sacrificado. No tenés fines de semana. Me acuerdo que era adolescente, mis amigos se iban para afuera y mi respuesta siempre era: no puedo, tengo que laburar. Entonces como que hoy en día siento todo lo que pasé para poder llegar acá y es como de alguna manera tocar el cielo con las manos.

Diego Jokas. Foto: Gerardo Pérez
Diego Jokas. Foto: Gerardo Pérez

—Te hiciste conocido relatando básquetbol, ¿cuándo llegás a relatar fútbol?

—Cuando Tenfield empezó, yo hacía los partidos preliminares porque se televisaban los partidos de tercera y los relataba yo y comentaba Mauro Más. Esa fue mi primera experiencia en el fútbol. Después con el tiempo Tenfield no transmitió más los preliminares, me volqué en televisión más al básquetbol y en radio sí relataba fútbol. Era el segundo relator de Moar, y en Fútbol en realidad se dio el año pasado. A partir del fallecimiento de Alberto, yo también tuve un tema personal, me separé, hablé con la gente de Tenfield para decirles que tenía ganas de empezar a relatar fútbol y del otro lado lo primero que sentí fue: dale, bienvenido, nos encanta, vamos arriba, y empecé a relatar fútbol asiduamente en televisión, en marzo del año pasado.

—¿Cuál fue el primer mundial que relataste?

—Corea-Japón, en 2002, relataba para Señal 1. También relaté para Canal 12, no lo partidos de Uruguay, pero sí otros partidos. De hecho en el mundial de Rusia y Brasil, relaté algún partido de para el 12.

—Calculo que ya sabrás que te convertiste en cábala.

—No sabía que me iba a tocar Uruguay-Perú porque Tenfield ha rotado los relatores. Me avisaron dos días antes y se me generó una mezcla de emoción, adrenalina, todo lo que te puedas imaginar. Por más que nosotros no jugamos el partido, sos el que lo transmite para todo el país, el exterior. Entonces el nivel de presión que te genera. Además, nunca había trabajado con Juan Carlos Scelza, y mi primer partido con él es el de Nacional - Deportivo Maldonado que fue en el Campus y era la primera transmisión sin Sonsol. El apoyo de él lo sentí, así que fue importante en ese sentido.

Diego Jokas.
Diego Jokas.

—Un buen equipo es importante, porque son dos colegas que llevan adelante la transmisión. Tiene que generarse una buena dinámica, porque eso se nota.

—Totalmente. Igualmente los camarógrafos, productores y todos los conozco porque son los mismos que trabajamos en el básquetbol y fútbol, así que había un conocimiento, pero estaba relatando con un comentarista con el que nunca había trabajado, no lo conocía. Y la relación relator-comentarista, solo con una mirada alcanza para darse cuenta si entrás vos o yo, hay un montón de aspectos que se ganan con el tiempo, como en todo trabajo.

—En los últimos años también desarrollaste una faceta distinta. Estuviste como uno de los panelistas en Todos contra mí, y ahora estás en Desayunos Informales. ¿Cómo se vive esa bisagra entre el deporte y entretenimiento?

—Es salir de la zona de confort. Cuando el canal me propuso Todos contra mí, me encantaba pero también era un desafío por quedar muy expuesto y saber cómo lo iba a llevar. Está siempre ese temor. Y cuando me propusieron Desayunos Informales les digo: ¿les parece que puedo cuadrar en este programa?, porque uno está acostumbrado a hacer ciertas cosas y a veces no sabe cómo se puede llegar a sentir en otra faceta. Me tomé unas horas, hablé con mi familia y amigos más cercanos y cuando vi que había tanta buena onda por parte del canal, además de Coco, Victoria, Lucía, mis amigos me dijeron: “dale para adelante, apostá y sé vos. No quieras ser algo que no sos”. Y a tres meses de haber empezado me siento contento, me divierto, no es un peso. No lo tomo como “tengo que ir a Desayunos, qué embole”, todo lo contrario. Me siento bien, cómodo y es un año con un desafío importante porque el canal ya me confirmó que voy a ir a Catar, entonces se viene un año muy cargado. Seguramente también voy a estar trabajando para la radio, Sport 890, entonces este último año ha sido uno de pruebas fuertes que se han ido sorteando.

—En cámara sos simpático y tenés un divertido ida y vuelta con Cata de Palleja que se ha ido construyendo.

—Sí. Cuando hay respeto y está el saber jugar el juego, pero bien jugado. Yo tuve 400.000 discusiones con Sonsol, con Buysán, pero discusiones fuertes que el que estaba escuchando la radio diría: “pará un poco que se apaga el micrófono y se agarran”. Pero se apagaba el micrófono y estaba todo bien. La discusión fue discusión, cada uno con sus argumentos y con respeto. Por eso siento que cuando hay respeto y las dos partes saben jugar el juego, está buenísimo. El tema es cuando uno juega y el otro te mira de refilón, o sabe jugar para un lado pero cuando le tiran algo no sabe qué responder. Si me estás tirando aceptá que te tire, y en Desayunos se da esto.

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