—Estás radicada en Colombia desde hace más de 10 años, ¿cómo se dio tu llegada a ese país?
—Cuando salí Miss Universo Uruguay, viajé a Colombia para hacer la preparación. Allí hice contactos y si bien volví a Montevideo, después me radiqué en Bogotá, a medida que fueron apareciendo oportunidades.
—Has trabajado en programas periodísticos y en ficciones también, con ciertos papeles. ¿Cuál es tu actividad en el presente?
—Vivo en Cartagena hace siete años. Aquí trabajo en el canal regional como presentadora en un programa enfocado en el público femenino que se llama Solo para mujeres. Sin excluir a los hombres, contamos todo acerca de moda, salud, cuestiones sociales y culturales que afectan o interesan a las mujeres. Además, en Cartagena trabajo como relacionista pública para diferentes marcas.
—Luego de que fuiste seleccionada como Miss Universo Uruguay en 2009, ¿buscaste hacer una carrera en Colombia o se fue dando?
—Todos soñamos con hacer carrera en nuestro país, pero no siempre se da. En mi caso vi que aparecían oportunidades de crecer en Colombia y las fui tomando. No todo ha sido fácil; he vivido una historia casi de novela colombiana, con altos y bajos, momentos muy complejos que me marcaron. El papá de mi hijo falleció hace unos años. Si bien estábamos separados en ese momento teníamos una muy buena relación y fue un impacto grande. En materia laboral también tuvo que hacer muchas cosas. Me tocó volver a empezar muchas veces y cuando se me cerraron puertas en los medios de comunicación, trabajé como moza y trabajé en hoteles en el área de marketing. Siempre tuvo contención familiar porque mis padres dejaron Uruguay y se vinieron aquí a vivir conmigo.
—¿En alguno de esos momentos más difíciles pensaste en regresar a Uruguay?
—Sí. Pero al mismo tiempo pensaba que hay una cuestión de escala que hacen que Uruguay pudiera ser más complicado para mí. Colombia tiene 46 millones de habitantes. Además, mi hijo se ha criado en este país y me parecía importante seguir con nuestra vida aquí.
—¿Cómo recordás aquellos tiempos de la coronación como Miss Universo Uruguay? ¿Conservas amigas, por ejemplo?
—Fue un momento muy lindo. Había contrincantes muy fuertes y fue muy competitivo el certamen en sí. Luego me resultó divertido y enriquecedor todo lo que vino después, que finalmente desencadenó en esta vida en Colombia. Aquí, los reinados son algo muy importante y tienen una connotación muy grande. A la Miss Colombia la tratan prácticamente que como una primera dama, le hacen regalos, la invitan a lugares exclusivos. En Uruguay hay otra tradición pero siento que de a poco, van cobrando importancia las misses.
—Hace unos años hubo un caso muy sonado de abuso y explotación de parte de algunas personas que rodeaban el entorno de los concursos de belleza. Se mencionó incluso a algunas víctimas de tu generación. En tu caso, ¿recibiste propuestas indecentes?
—Viví muchísimas situaciones de ese tipo. Lo que me salvó siempre fue regirme por mis valores, por mi crianza y por el apoyo de mi familia, que siempre estuvo. En el mundo de los reinados de belleza puede aparecer en cualquier momento la propuesta de millones de dólares, de yates y viajes. Pero hay que tener en los pies en la tierra y mantener en la luz, sin caer en la oscuridad de todas esas cosas. Mi consejo a las chicas que están por iniciar su camino en los reinados es ese y que estén preparadas por seguramente una propuesta de este tipo les va a llegar.
—¿Seguís trabajando como modelo?
—Menos que antes. Tengo 35 años y la veta de modelo es la que menos estoy desarrollando en este momento. Si surge la posibilidad de trabajar para alguna marca, lo hago y lo disfruto. Pero es algo que voy dejando de lado.
—¿Qué extrañás de Uruguay?
—Muchas cosas. El humor, por ejemplo. Nosotros manejamos un humor muy ácido y aquí muchas veces tengo que explicar los chistes. Gran parte de mi familia está aquí conmigo pero allá quedaron otros, además de algunos amigos. Extraño las costumbres. Extraño la comida: añoro un buen asado o las torta fritas. El Uruguay deja marcas muy profundas.
—¿Qué tipo de periodismo te gusta ejercer?
—Aunque no he tenido muchas oportunidad, por ahora, de practicarlo, me gusta el periodismo punzante, de investigación. Este es un país lleno de complejidades, marcado por la violencia, por lo que hay un gran campo para investigar y reflejar realidades que formen conciencia. Me gusta mucho contar historias, meterme en los barrios, reflejar problemáticas. Me encantaría un trabajo así, incluso en Uruguay. Estoy dispuesta a volver si aparece una propuesta periodística en mi país.
—¿Te imaginás volviendo al país, entonces?
—Sí, de poder continuar con mi carrera allá, volvería. Mi hijo adora Uruguay, también. Las veces que ha venido le fascina. Es muy deportista y es un gran hincha de la selección.