ENTREVISTA
La actriz y comunicadora habla de su paso por el Carnaval, su participación en el Carnaval de Melo y el impacto en el público de "La culpa es de Colón"
Si bien tiene muchos años haciendo televisión y teatro, y supo integrar el elenco de La Compañía en el Concurso Oficial del Carnaval, este año Catalina Ferrand debuta en el desfile del Carnaval de Melo donde estará acompañada de familia. En esta entrevista con Sábado Show, la comunicadora y actriz habla de los preparativos para esta fiesta popular; la dinámica familiar, dice lo que le dejó su incursión en el Carnaval y aclara los motivos por los que decidió no presentarse este año. Además, la conductora del ciclo de humor, La Culpa es de Colón habla del momento que están viviendo ella y sus compañeras de elenco, la visibilidad de la mujer haciendo comedia y los haters. “Las chicas de La Culpa generamos tanto impacto que hasta tenemos haters”, dice.
—Se van al Carnaval de Melo para desfilar, ¿te imaginabas algo así?
—No lo puedo creer. Siempre me encantó el Carnaval y el Desfile de Llamadas, siempre me fascinó e ir a Melo o Artigas era un deseo que tengo hace mucho tiempo, pero nunca había podido. Estamos recontra felices porque la propuesta pudo haber sido solo para mí, pero sin embargo es familiar.

—Seguramente estar en el desfile tiene que ser distinto a todo lo que has hecho antes en carnaval, teatro y televisión.
—Claro, cien por ciento. Yo me sentí halagada porque nunca había ido al Carnaval de Melo. Eso que somos un país re chico donde llegamos a todos lados en auto en seis o siete horas. Sin embargo nos olvidamos que hay gente que vive muy lejos de la capital, o son lugares que vemos por televisión y no todos hemos viajado a todos los lugares. Entonces eso también me copa, porque el interior es tan lindo, y la gente es tan cálida.
—¿Cómo va a ser la dinámica, ¿te ves con Buysán arriba de un carro desfilando?
—Yo ni pregunté. Me llegó la invitación de la Intendencia de Melo y no pregunté nada. No sé más nada, no sé la logística del vestuario, del maquillaje, no sé nada. Estoy esperando los últimos detalles, pero sé que nos vamos el viernes 4 de marzo, así que los arreglos seguramente los hagamos la semana que viene.
—Igualmente ya participaste, en 2020 del Carnaval.
—Sí, cuando participé activamente, hice un protagonista en Carnaval fue dentro de una revista, y lo que más parecido puede ser, es el puntapié inicial del carnaval, uno desfila por 18 de julio aunque este año fue por la rambla. Cuando desfilé por 18 de julio me acuerdo que estábamos con el fervor de empezar el Carnaval y desfilé por la principal avenida de nuestra capital y tenía entre adrenalina, vergüenza porque me pongo tímida y fue divino. Se genera ahí un clima de ebullición e imagino que acá será lo mismo, imagino que estaré desfilando en un carro pero todavía no sé los detalles. Después, cuando lo vivís, la cantidad de emociones que te devuelve se hacen indescriptibles.
—¿Y qué dijo Buysán?
—Estaba bastante inhibido de aceptar porque es algo que no suele hacer, pero lo convencí desde el lado del desafío familiar. Las niñas todavía son chicas y me acompañan a todo lo que les propongo pero tengo claro como madre que en algún momento ya no lo voy a lograr, entonces mientras lo haga quiero que tengan la mayor cantidad de experiencias posibles a mi lado, también para ellas, para hacerlas crecer y se den cuenta que el mundo y Uruguay es mucho más que la rutina de ellas que es muy vincular. De alguna manera tengo la posibilidad de abrirles la cabeza y el corazón con el arte popular, eso es gran parte del porqué acepté este tipo de cosas. Lo mismo pasó con Carnaval. No me lo tomo como un desafío únicamente personal, me lo tomo como una posibilidad familiar de hacer que aflore ese bichito interno de conocer nuestro país. También me lo propongo con el mundo dentro de mis posibilidades. Me gusta y es parte de lo que concibo como crianza y me da placer poderlo hacer.

—Cuando saliste en el Concurso Oficial del Carnaval, en 2020, tus hijas te acompañaban a todos lados.
—Sí, las llevo a todos lados, y cuando hicimos Carnaval hacían la rutina conmigo, entonces que venga esto de este lugar me encanta por ellas. Es más, hasta la perra iba en el ómnibus con nosotros. En eso soy como una hippie, las voy acarreando a todas.
—Sos comunicadora y actriz, que te inviten al desfile de Carnaval era como de las pocas cosas que te quedaba por hacer.
—Sí, es que una ha hecho tantas cosas que a veces pienso, qué me queda. Pero cuando lo hago se me acercan distintas propuestas, el destino o el universo me lo presentan. Qué generoso el Universo conmigo que siempre me desafía e invita a vivir cosas nuevas en familia. Porque para mí no es lo mismo hacer algo sola que con las niñas. Siento que por más que no soy una piba y seguro que me quedan un montón de cosas por vivir que las haré cuando ellas crezcan, porque cuando mis hijas estén haciendo su vida adolescente o adulta, sus prioridades, rutinas y estudios van a ser distintos. Por eso, todo lo que pueda hacer ahora para ellas está perfecto. Si es en formato familiar para mi es un plan perfecto.
—¿Cómo fue integrar la revista La Compañía?
—Me encantó. Amé La Compañía y el haber podido hablar de un tema como el cáncer y la soledad de algunas personas que transitan esa enfermedad. Todo, además, con una producción hermosa, el mensaje y todo me fascinó.
—¿Por qué no volviste?
—Porque cuando recibí la invitación de Gustavo (Pérez) para seguir con La Compañía, ya lo venía dudando por el tema del covid. Era el año pasado y al final terminó cayendo, pero en ese momento me di cuenta que si quería vivir un carnaval con mis hijas, se iba a complicar por los cuidados higiénicos. Ya no íbamos a ir todos en el ómnibus cantando, comiendo. Las nenas vivieron un jolgorio tan grande que volverlas a invitar en un formato mucho más complejo, me pareció que a mí me iba a cortar un montón. No iba a ser la misma libertad para andar con ellas de arriba para abajo. Además estoy con La Culpa es de Colón y dije: no es el año para volver y me quedé retranqui.
—¿Volverías?
—Andá a saber si me animo a probar, o me llega la invitación para ser parte de algo diferente. Del Carnaval, por lo que vi tengo una imagen muy positiva, pero también estoy en otro momento de mi vida, y es muy sacrificado. Son horas de ensayo y Federico tiene un trabajo con una rutina laboral compleja. Trabaja todos los sábados y domingos, entre semana como temprano llega de noche, no está para la cena, entonces alguien tiene que estar. Cuando yo también me pongo con esa exigencia, hay que sacrificar a papá y mamá y está difícil. Tengo nenas chicas, está bravo tomar esa posta. Yo tengo claro, no por mandato sino porque lo deseo, quiero estar. Capaz si Federico tuviera otro trabajo, de lunes a viernes y vuelve a las seis de la tarde a mi casa, capaz que digo: me puedo permitir hacer más cosas. Pero si las nenas tienen que ser cuidadas por alguien que no somos nosotros, la verdad que me lo cuestiono. Alguien tiene que estar como figura, a mí me gusta criar a mis hijas así. Podría tener otro tipo de ayuda, pero no me gusta criar a mis hijas así. Me gusta que mis hijas se críen como lo hice yo, con una madre y padre presente, y si el padre tiene una agenda tan exigente, yo achico. Ya llegará mi momento de tener más libertad.
—Imagino que tenés días complicados cuando tenés que grabar La culpa es de Colón.
—Sí, esos días son complejos, pero después me gusta estar en casa. Los lunes Cayetana hace fútbol y tuve que sacrificar mi deseo de estar al lado de ella, y no la pude ver nunca entrenar, y me encantaría. Pero después las llevo a todos lados, no podría estar todos los días tan ocupadas de no estar en la rutina para ellas. Además, gracias a que estan conmigo, les genero cosas, porque no es lo mismo pedirles el tiempo a los abuelos o alguien, a vos generarles cosas. Las paso a buscar al colegio y si hay una película buenísima, vamos al cine. Nos hemos dado panzadas de cine, salir de una sala y meternos en otra. Me encanta ser descontracturada con la rutina de mis hijas, y eso lo puedo hacer si estoy yo, sino no se puede.
—¿Cómo estás viendo esta etapa en el programa, donde las cinco ya están afianzadas?
—La respuesta del público es impresionante. Todos los días que grabamos llegamos con un cuento diferente de alguien que nos para y nos agradece. Desde Día perfecto que no vivía algo tan contundente, porque todos los días, en cualquier lugar nos dan para adelante. Y que nos digan que le alegramos el día, que esperan la semana para vernos, es impresionante. Una que hace mucho que está en la tele, muchas veces hacés productos que son muy del boca a boca, y otros que no, y eso no quiere decir que sean mejores o peores, pero sí generás menos impacto en la gente.
—Estar en boca de todos también las acerca a los haters.
—Sí, con las chicas de La Culpa generamos tanto impacto que hasta tenemos haters. El programa genera eso, van del amor al odio y sin escalas. Creo que lo peor en la vida es sentirse intrascendente, nosotras con La Culpa somos trascendentes, y cuando movés el aguja, estás en boca de la gente, y el canal hizo una apuesta y con el formato está muy contento porque los números nos acompañan. No hay mucho misterio, nadie nos ha regalado nada, nos ganamos ese espacio. Eso implica mucha seguridad de parte de nosotras cinco, porque cuando empezás un formato que viene a mover las estructuras clásicas del humor en la televisión, y somos cinco mujeres hablando como en una reunión a puertas cerrada que es algo que no se le permite a la mujer pero sí a los hombres, y entramos con un montón de temores. Nosotras somos mujeres, ideológicamente acompañamos, somos feministas y es muy difícil plantarse e ir contra viento y marea, pero cuando uno cree en sí mismo, y tenés una productora y un canal que cree en vos, nos dieron el espacio para que creciéramos, y nosotras nos empezamos a creer que teníamos la capacidad de mantener y hacer crecer este producto.