Redacción El País.
Carlos Perciavalle atravesó por unos de los años más removedores de su vida. Luego de la boda con Jimmy Castilhos, se divorció a los pocos meses. En setiembre falleció Miguel Bermúdez, quien fuera su pareja por varias décadas.
Además, recrudeció el conflicto con el vecino a quien le vendió la nuda propiedad de su casa en Laguna del Sauce y por esas diferencias estuvo 40 días sin luz. “Nadie logra ponerme de mal humor”, dice. En lo laboral, a los 83 años, sigue activo con un espectáculo y el programa Perciavalle para creer.
-¿Cómo estás transitado por esta temporada 2025?
-Muy bien, maravillosamente bien, con un clima asombroso que hemos tenido y una gran concurrencia de turistas. Me sigo asombrando todas las mañanas cuando veo el cielo despejado, la temperatura tan alta, hacía tiempo que no teníamos un verano con tan buen tiempo, así que desde ese punto de vista, divino. En lo personal y laboral, sigo trabajando como siempre. Con Mariana Sagasti en la producción, hacemos un programa todos los sábados para Canal Once donde la pasamos genial. Es un programa de temporada, que hacemos desde Medialunas Calentitas, donde nos tratan genial a nosotros y a los invitados. Es un lugar ideal, frente al Puerto, como la síntesis de Punta del Este.

-¿Cómo nació el programa? ¿Qué impronta tiene?
-Es un programa de verano. Divertido, con invitados. Me gusta mucho hacerlo.
-¿Te costó la adaptación a la modalidad del streaming?
-Después de tantos años de hacer teatro y de permanecer al mundo del espectáculo, te adaptás a todo. Tengo 83 años y me adapté tantas veces a todo, que ya no me cuesta nada.
-También has presentado espectáculos…
-Sí, estamos con presentaciones en Pueblo Narakan. Allí pudimos volver a las raíces del café concert porque tiene muchas condiciones para este tipo de espectáculo, con la proximidad del público que genera un clima de complicidad y comicidad muy lindo. Gerardo Romano participó del show y también hay mucha interacción con el público, medida, porque hay gente que no le gusta.

-¿Qué proyectás para el año?
-Tengo mucha actividad. Con Mariana Sagasti, estamos haciendo un documental sobre mi vida y además, preparamos un nuevo un espectáculo para estrenar a lo largo del año. Tenemos también un gran proyecto para realizar en Argentina que será una especie de gran homenaje a China Zorrilla.
-¿Qué se puede decir sobre el documental biográfico?
-Pensamos en nueve o 10 capítulos con la historia de mi vida. Estamos en la etapa de casting de actores. Es un gran proyecto que me tiene muy entusiasmado. No puedo decir mucho más hasta que esté todo firmado. Pero va a haber un actor representándome en diferentes etapas de mi vida. Mi trabajo será más detrás de cámaras.
-¿Se va a centrar en algún aspecto especial de tu vida?
-No, va a ser un recorrido por todo lo maravilloso que viví, desde la infancia, a mi vida artística en Uruguay y en el extranjero. Y la cantidad enorme de personalidades que conocí y trabajé.
-Venís de un año convulsionado en varios sentidos. A nivel vecinal, se hizo público un conflicto con la persona que compró la nuda propiedad de tu casa. ¿Cómo sigue esa situación?
-Sigue el conflicto con ese vecino, que prefiero no nombrar. Por su culpa estuve 40 días sin luz porque me sacó el contador. Tengo gran agradecimiento hacia mi vecina Azul García Iriburu, que es una amiga maravillosa. Gracias a ella tengo luz porque ella autorizó que la línea pase por su casa hacia la mía. Molesté también a mucha gente, desde el presidente de la república, al intendente (Enrique) Antía o a Pedro Bordaberry. Todos se interesaron por la situación y me solucionaron el problema. UTE fue muy generosa y estudió el caso para buscar una solución particular.
-En los últimos días tuviste problemas con el agua…
-Sí, de estar sin luz pasé a estar sin agua. Pero ese es un problema del circuito mío que es a bomba y hay que hacerle un mantenimiento. Lo vamos a hacer en los próximos días.
-Da la sensación de que a pesar de las adversidades, mantenés el espíritu positivo…
-A esta altura, nadie logra que me ponga de mal humor o negativo. Si tengo que estar sin luz, me las arreglaba con generadores o a la luz de las velas. Cuando llegué a la laguna no había energía eléctrica. Claro que no es lo mismo estar con velas y a la luz de la luna con 24 años que ahora con 83. Pero la pasé bien. Tengo amigos inolvidables, maravillosos, que siempre me están ayudando muchísimo. Y eso me hace sentir muy bien.
-El año pasado te casaste con Jimmy Castilhos y a los cuatro meses se produjo el divorcio. ¿Te arrepentís de ese matrimonio?
-No, es la vida. El año me pasó de estar casado, divorciado y viudo de gente distinta. Pasé por todos los estado civiles porque además de la separación, falleció quien fuera mi pareja por 30 años, Miguel Bermúdez. Últimamente él estaba en una casa de salud porque había tenido un ACV y quedó dependiente. Así es la vida.

-En cuanto al divorcio, ¿qué fue lo que pasó?
-No funcionó. Algo muy típico en las parejas: al principio creen que va a ser todo amor y armonía y después no pasa. No hay que buscarle más vueltas. Se dio todo sin mala onda.
-¿Este verano se cruzaron con Jimmy?
-Sí, nos vimos en un lanzamiento de mi querida amiga Ludovica Squirru. No hay rencores.
-¿De dónde crees que surge tu vitalidad?
-Me encanta la vida. Más allá de las dificultad. MIs últimas noticias de salud no son buenas: me descubrieron que tengo la famosa gota. Me cuesta cada vez más caminar pero ahí la llevo.
-¿Tuviste que hacerte vegetariano?
-Ya era vegetariano. Yo fui todo: macrobiótico, vegano, vegetariano.
-¿Te hiciste cirugías estéticas?
-Hace algunos años un lifting. Me acuerdo que después de una larga temporada teatral, por todos los brillos que me ponía en la cara, me quedó estropeada la piel. Me hice esa cirugía y quedó bárbara.
-Mencionaste a tu expareja, Miguel Bermúdez. Él era actor también y actuó en varias películas en los ‘70 y ‘80. Sin embargo, dejó todo siendo muy joven. ¿Por qué?
-Él tomó esa decisión. Se vino para la Laguna a hacer vida de campo. No le gustaba hacer esos programas de televisión o teatro con textos de poco nivel. Prefería otra cosa que no abundaba, así que eligió dejar el escenario.
-Eran otros tiempos y en su momento ustedes no expusieron la relación…
-No y además, yo nunca hablé de mi vida privada. De viejo me vinieron ahora las ganas de compartir un poco más con la gente que me sigue. Si me pasan o me pasaron cosas, me parece divertido que me quiere y me sigue desde hace tanto tiempo, lo sepa y se ría conmigo.