Carla Lorenzo vuelve al teatro luego de tres años: "He llegado a enfermar por hacer tanta cosa"

Redacción El País.
La artista y psicóloga Carla Lorenzo regresa al teatro con Hechizadas, de madre a mujer, una obra donde se aborda con humor los vericuetos de la maternidad en tiempos de sobre exigencia para la mujer en todos los ámbitos. Con humor y dolor, los cuatro personajes desgranan su día a día como madres y amigas. Para Lorenzo, de 45 años y madre de dos hijas, implica su reestreno en el escenario luego de tres años.

-Con Hechizadas regresás al teatro luego de tres años, ¿Qué te atrajo del proyecto?

-El proyecto en sí. Es una propuesta súper terapéutica, porque implica una catarsis materna: es una comedia para reír mucho, pero mientras reímos también lloramos un poco y nos preguntamos sobre todo lo que nos pasa. El argumento es la reunión de cuatro amigas en una casa que en cierto momento la tatarabuela, llamada Rudecinda, decide hechizar para que cada uno de los personajes sea auténtica y cuente toda la verdad sobre la maternidad.

-¿Cuál es la verdad sobre la maternidad?

-Hay muchas verdades, algunas más que otras. La pregunta qué nos atraviesa es cómo volver a ser mujeres luego de haber sido madres. Es un proceso que cada una hace a su manera y con sus tiempos. Las exigencias de siempre sobre la mujer siguen estando y se suman otras. No es solo un tema social, sino también internamente las mujeres estamos en este viaje de la cultura femenina, un viaje que no sabemos si estamos eligiendo.

-¿No sería una época tan dorada para las mujeres?

-Me parece que no. Hay una invitación a que seamos perfectas en demasiadas cosas. Además de ser buenas madres, tenemos que ser competitivas en el mercado laboral y académico. Es una de las temáticas que trae la obra: salgo a pelear con los lobos todo el día y vuelvo de noche con los cachorros. ¿A todo le pongo la misma energía? ¿Cómo hago? ¿puedo con eso? Todo esto lo hablamos en clave de comedia y muchas y muchos se van a sentir identificados: cada personaje va a contar su experiencia con respecto al trabajo, a la pareja, a lo que siente con sus hijos, a las edades que tenemos.

-¿Cuánto hay de biográfico en cada monólogo?

-Mucho. Alita (Menéndez, la directora) fue la creadora de la idea; ella nos convocó y la condición para el elenco es que fuéramos madres. En el proceso nos invitó a que cada una le pusiera a su personaje su impronta o que le prestara a otro personaje sus vivencias. Ahí surgió un maravilloso grupo de WhatsApp, donde intercambiamos e hicimos descarga sobre el parto y la crianza, la maternidad. En febrero empezamos a ensayar así que lo tenemos bastante cocinado. .

-Estas situaciones de exigencia sobre la mujer, ¿las ves en tu práctica en el consultorio como psicóloga?

-Sí, la veo adentro del consultorio, afuera del consultorio, adentro de mi propia casa y adentro de mi misma. Yo soy mega exigente y recontra activa y productiva y en este viaje de tener 45 años también voy aprendiendo a que no siempre es una virtud. He llegado a enfermar por hacer tanta cosa. Hoy, estoy trabajando mucho en la clínica y tomando más en cuenta mi primera elección que fue la de ser psicoterapeuta gestáltica. Más que nunca estoy en contacto con el cuerpo para saber qué me pasa, cómo voy sintiendo las experiencias que voy teniendo. A partir de ahí elijo, no desde quiero o no quiero. No se trata de ser individualistas y egoístas transitando por el mundo, pero sí de observar qué cosas me generan ansiedad y cómo las evito.

-Sos cantante, conductora, actriz, psicóloga, escritora. ¿Esa multiplicidad fue la que te hizo enfermar, como decías?

-Me siento bendecida porque todo lo que quise hacer, lo hice. Nunca me limité y siempre lo hice desde el placer y la pasión. Pero hacer tanta cosa tiene su riesgo y también he terminado un poco rota por exceso. Hoy mido mucho más: vuelvo al teatro después de 3 años y esa pausa fue una elección porque quería escribir mi libro. Hoy aprendí a enfocar y la obra Hechizadas en general es también una invitación, a las risas, a darnos tiempo para escucharnos.

-¿Esperan hombres?

-Sí, claro. Es un espectáculo no para todo público porque vamos a hablar de forma descarnada sobre la maternidad, entonces no es para menores, pero luego es para todos. Hombres, mujeres, madres, padres, abuelas. Nadie que vaya se va a ir sin entender o sin que le suene lo que decimos: o por que lo vivió o lo vio vivir. Está bueno darnos cuenta que ciertas cosas podemos compartirlas con alguien más. Y lo que nos pasa es más común de lo que pensamos.