Augusto Gordillo, el uruguayo que está en "El presidente", audicionó para "The Crown" y hace teatro acá

Augusto Gordillo. Foto: Gentileza

ENTREVISTA

Nació en Treinta y Tres, trabajó en la película "En el pozo", está en la segunda temporada de "El presidente" y en teatro hace "Crónica de la espera"

Augusto Gordillo. Foto: Gentileza
Augusto Gordillo. Foto: Gentileza

Augusto Gordillo tiene 42 años y nació en Treinta y Tres. Tiene, además, una relación familiar con el teatro ya que su abuela fue actriz y tuvo una escuela de teatro en ese departamento. Estudió actuación siendo poco más que un niño pero llegó a Montevideo para estudiar abogacía.

"El título está guardado porque nunca ejercí", dice Gordillo, una cara conocida en el circuito teatral y audiovisual uruguayo.

Ya trabajaba profesionalmente como actor mientras terminaba la universidad, y en el año 2000, como si fuera una epifanía se decidió a seguir el camino de la interpretación.

"Trabajaba de cualquier cosa y actuaba. Seguí formándome, estudié cine, soy técnico y en el año 2008 ocurrió una explosión de laburo en cine y no paré. Hoy orgullosamente puedo decir que vivo del audiovisual y me siento muy privilegiado", dice.

Augusto Gordillo. Foto: Gentileza
Augusto Gordillo. Foto: Gentileza

Entre sus trabajos más conocidos se encuentran las películas El sereno, En el pozo, y la serie El presidente, aunque seguramente lo haya visto en alguna publicidad, o en el teatro. Actualmente es parte del elenco de Crónica de la espera, drama de Manuel Varela que el próximo sábado se baja de la cartelera.

Sobre su vida y carrera habló con la revista Sábado Show.

—¿Cómo ha sido la repercusión de El presidente?

—Increíble porque es una serie que se ve en 240 países. Soy de los pocos uruguayos, somos tres, que tenemos un papel de reparto ahí, y estoy contento. Gracias a estos proyectos tengo representantes en España y Argentina. Acá nadie se entera, pero afuera estamos laburando mucho.

—Tu personaje en la serie es un espía alemán que habla en inglés. ¿Cómo se trabajó para conseguir ese acento?

—Tuve un coach con quien generamos un acento alemán. Cosas que nunca había trabajado, porque te dicen: actuás en inlglés, y está todo bien, pero después cuando viene el coach y te dice que sos un alemán de la parte oriental, y buscamos cómo hablaba la gente. Ese trabajo de investigación lo agradezco porque fue una masterclass de acento.

—Esto de tener representante se debe al éxito de En el pozo?

—Sí porque estuvimos por todos lados con esa película. Ganó en Gramado, fuimos a Corea del Sur a un festival de cine enorme y después estuvimos en Sitges que es el festival de cine más grande del género. Ahí nos fue increíble.

Augusto Gordillo. Foto: Gentileza
Augusto Gordillo. Foto: Gentileza

—Es un festival enorme. ¿Te encontraste con alguna celebridad por ahí?

—Ves gente con la que nunca soñaste estar. Nosotros éramos 15 en Sitges por la película y es el festival más grande, así que lo aprovechamos. Te invitan a fiestas todo el día y un día nos invitan a una fiesta en un hotel en una playa medio escondida. Fuimos sin saber ni de quién era. Cuando llegamos al lugar eran 70 invitados, de los cuales nosotros éramos 15. Resulta que era una fiesta de Sam Neill, (¡me sigue en Instagram!) y había productores, gente de Estados Unidos y nosotros en un rincón tomando y comiendo. De repente se acerca y pensamos que iba a agarrar un vaso de la mesa de al lado o algo así, y resulta que nos había invitado porque le gustó la película y le interesaba Uruguay. Él es de Nueva Zelanda y nos decía que nunca había conocido a un uruguayo, sabía de Mujica y terminamos toda la fiesta hablando. Fue increíble. calculá, tenía 11 años cuando vi Jurassic Park y nunca soñé estar con esa gente. El año pasado también, en San Sebastián estaba desayunando y rodeado de todos: Johnny Depp fumando un pucho afuera, son esas cosas que parecen sueños, es una irrealidad total y después volvés acá y llegás a la realidad. Pero lo bueno es que los uruguayo tenemos algo que nos diferencia, por eso en España nos ha ido tan bien.

—Has trabajado en varios comerciales que dirigió Armando Bó. ¿Te reconocía de la publicidad para sumarte a la serie?

—Sí, hice varios, y me metió a la fuerza en la serie. Se inventó, hablando con la guionista, el personaje. Hice como 15 castings porque venía gente de Brasil, Argentina, Alemania, España, Francia. Es que puede estar buena tu audición, pero Amazon puede pensar, ¿quién es?, es preferible traer alguien conocido. Y gracias a él, que metió e inventó un personaje, me puso en la serie. El presidente fue genial, por la experiencia y el poder trabajar con gente increíble codo a codo, y hacerte amigos. Ya me había pasado con la película El sereno de hacerme amigo de Gastón Pauls, y le decía: “te miraba en Montaña rusa siendo adolescente y nunca soñé estar en tu casa”. Y aprendés de esa gente. Yo estudié toda mi vida, doy clases pero esta carrera nunca parás de estudiar y pelearla.

—También hay que saber lidiar con la frustración.

—Sí, hay que tolerar la frustración porque tenés mil NO, pero unos SI opero que están buenazos. Pasa todo eso, el año pasado trabajé en España, hice castings para The Crown y fue una cosa increíble. Es como estar en otra realidad el verte ahí sentado pensando, ¿qué hago acá?, pero la directora de casting te dice: por algo te llamamos. Es que los uruguayos tenemos hambre de trabajar. Capaz que otros actores más conocidos que laburan mucho, viven de esto, y no están en nuestra realidad, es como un casting más, pero uno le mete toda la garra. Siempre agradezco a los hermanos Antonaccio porque En el pozo nos explotó. Un día estábamos acá y al siguiente recorriendo el mundo y con gente de cualquier lado diciéndote: qué buena que está la película. En Uruguay también, fuimos la película más vista del año.

En el pozo
Paula Silva y Augusto Gordillo en medio de una tensión que va camino a explotar. Foto: Difusión

—Hablando de estas modalidades de trabajo. ¿También se hacen castings por Zoom?

—Sí, eso llegó para quedarse. Tiene sus cosas buenas y otras no tanto. Lo malo es que tenés que armarte un estudio de casting en tu casa, nadie te dirige, te mandan el texto vacío y no tenés ninguna indicación. Me pasó de leer una comedia de Disney que nunca me dijeron que era una comedia y la escena era medio dramática y yo la hice redramática. Ahí me dijeron: es una comedia. No quedé, pero yo feliz. Vivo de esto desde hace 10 años, lo que es un montón y nos va bien, eso es otra cosa increíble.

—Igualmente en Uruguay estuviste haciendo microteatro hace unos meses y ahora estás por despedir Crónica de la espera.

—Sí, me metí en teatro porque voy a ser papá en diciembre. Iba a estar en una serie en España pero para hacer entre octubre y diciembre y dije que no. Es mi primer hijo y cómo no voy a estar los últimos dos meses de embarazo y el nacimiento afuera. El año que viene me voy a España porque me salió otra serie, pero más entrado el año.

—Imagino que también se está aprovechando la industria audiovisual que se instaló acá en los últimos años.

—Sí, acá también se hacen cosas muy buenas. El año pasado, cuando filmamos El presidente, veías un despliegue gigante y te daba un orgullo porque todo el equipo técnico era uruguayo. Yo soy director de arte, trabajo en la ECU y llevaba a los alumnos a trabajar ahí, porque estaban estudiando y además trabajando en una serie importante. Por suerte se instaló esa industria en Uruguay y estamos aprovechando eso. Somos actores que hacemos audiovisual y estamos intentando con SUA que se nos respete el tema cachet y situación laboral. Me pasó que tuve un personaje, trabajé tres meses y cuando llegó el sueldo cobré, pero había gente de otros lados que decía tres frases y cobraba más que yo. Nos volvimos un polo audiovisual pero todavía seguimos con desajustes como que haya una cuota para actores uruguayos, porque los técnicos ya la tienen. La publicidad también es una gran industria acá y es lo que nos foguea. Hay actores que dicen: “no hago publicidad”, pero la publicidad te da mil horas de rodaje, sabés cómo comportarte en un set y cuando llegan estos monstruos de las plataformas internacionales se valora eso, porque sabemos cómo filmar.

Augusto Gordillo. Foto: Gentileza
Augusto Gordillo. Foto: Gentileza

—A Crónica de la espera le quedan dos funciones. ¿Cómo fue volver al teatro local?

—Cuando te salís del circuito teatral es difícil entrar, y yo me había ido totalmente al audiovisual, y gracias a amigos me recomendaron para Crónica de la espera que dirige Luis Jaunarena con quien no nos conocíamos personalmente, y me ofrece esta obra que me venía como anillo al dedo. Con esto de ser papá, el teatro te ofrece un horario fijo, y es una obra que habla de un pasado reciente, de tres mujeres, personas reales, que buscan sus familiares desaparecidos. Juega mucho con el tiempo y lo que destaco es que no es una obra panfletaria ni politizada. De hecho ninguno de los tres desparecidos es militante de nada, son trabajadores, mi personaje es un periodista que quiere escribir sobre ese momento y termina cayendo. Y toca a toda la población. Hemos llenado todas las funciones en el teatro Stella, hoy y el próximo sábado a las 20.00. Y tenemos un actor de solo ocho años que hace unos monólogos que te impresionan, es increíble.

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