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Aristida: la medium y vidente que predijo la victoria de Milei, llega a Uruguay para conectar almas

Aristida Genez Alcaraz, conocida como "Aristida la mística" en las redes sociales, se presenta por primera vez en Uruguay el próximo 27 de abril en el Hotel Regency.

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Aristida Genez Alcaraz.
Aristida Genez Alcaraz.
Foto: Estefania Leal

Nació en Paraguay y desde hace 20 años vive en Argentina, de donde es su marido. Por eso, Arístida Genez Alcaraz, más conocida como La Mística, se siente como en casa. “Creo que todos somos seres humanos, para mí no existe la raza, ni blanco ni negro, porque todos somos energía. Y como decía mi abuela, uno no se lleva nada cuando se muere. Lo que uno vive acá, lo que disfrutó en la vida, con la familia, es lo más importante”, comenta esta medium y vidente que predijo la victoria de Argentina en la pasada Copa del Mundo, y que Javier Milei llegaría a la presidencia. Atístida llega a Uruguay para presentar Conectando almas que se realizará en el Hotel Regency el 27 de abril, y sobre sus primeras experiencias con lo paranormal, sus habilidades, y las redes sociales, la conocida medium charló con Sábado Show.

—Sos medium, dudo que sea algo que se aprenda.
—Sí, soy medium, y más allá de la mediumnidad, soy medium psíquica, sanadora natural, espiritual y energética; y se nace con este don. La mayoría de las personas piensa que se estudia para ser médium, pero no es así.

—Así que por más que lea la “biblioteca universal”, no se aprende.
—Me encanta lo que acabas de decir porque muchas personas vienen con sus fundamentos. Vos podes agarrar un libro y con la tecnología de hoy googleas, “qué es ser médium” y vas a encontrar algo, por supuesto que sí, pero lo que se siente, lo que sentís adentro, tanto amor para brindar al otro, es algo increíble.

Aristida Genez Alcaraz.
Aristida Genez Alcaraz.
Foto: Estefania Leal

—¿Y cuando “se despertó el don”, o comenzaste a notarlo?
—De chiquita tengo esta habilidad, y también mi abuelo y abuela la tienen. Cuando tenía seis años, estaba en primer grado, le toqué la mano a mi maestra y le pregunté qué le estaba pasando. Me dijo que estaba triste y le dije “no tienes que ponerte triste porque el profesor ‘fulano de tal’ te va a poner un vestido muy lindo, como novia y van a estar en una carrosa y todo, veo que vamos a festejar una fiesta juntos”, y me abrazó muy fuerte la maestra. Recién cuando estaba en tercer grado me preguntó quién me había dicho, porque se habían casado. También me pasó que un día le dije a mi madre que teníamos que ir a ver al tío Cástulo, qué nombre. Era de tarde y estaba frío y mi madre me decía que no, pero insistí. Lo quería abrazar, me puse mi vestidito, fuimos y le empecé a bailar. Lo abracé fuerte y nos fuimos. A las 5 de la mañana me desperté, le dije a mi mamá: “Mami, despertate. El tío se fue al cielo”. Y al rato llegaron para avisar. Entonces mi mamá me llevó al psicólogo a hacer algunas consultas, y estaba bien. Tal vez ahí nació.

—Seguro que fue una primera experiencia con la muerte.
—Sí, y a los 12 años casi muero electrocutada. Me quedé pegada a la heladera. Estábamos en una reunión familiar, un domingo, y por lo visto una gallina, porque allá están sueltos los animales, había hecho nido atrás de la heladera, y desconectó algo. Estaba todo el mundo corriendo, con música, mi papá al fondo con la comida y toqué la heladera, porque no podía ser que perdiera agua, pensé que estaba abierta. La quise cerrar y me quedé enchufada. Sabemos que no hay que tocar descalza la heladera, pero de inconsciencia, pasó; hasta que bajaron la llave. Ahí volví, digamos, porque me veía; yo gritando, pidiendo por favor que me salven pero viéndome yo a mí misma. Me separé de mi cuerpo, me veía sufriendo y me quería sacar de la heladera. Ahí apareció una luz muy fuerte y una voz grave grita “hija volvé”. Y ahí, pum, en el piso. Lloré una semana. Me llevaron al médico y lo único que decía era “no puede ser que esté viva esta criatura. Tenía que haber explotado su corazón”. Todavía estoy buscando la respuesta a eso. Desde ese hecho fueron más notorias estas habilidades.

—¿Qué hacés, tocás a una persona, mirás una foto?
—Es una habilidad, como por ejemplo tocar las manos y sentir la energía de las personas. Entro a un lugar y ya siento la energía que hay, buenas o malas. Y el recibir mensajes de los seres queridos que están en otro plano, es algo muy lindo porque lo que quiero es ayudar. Busco la forma para llegar a esa persona. Y eso es lo que vamos a hacer en el Regency. Vamos a pasar un momento increíble, voy a hacer sanación espiritual y conexiones también.

Aristida Genez Alcaraz.
Aristida Genez Alcaraz.
Foto: Estefania Leal

—Parece una habilidad increíble, pero dudo que venga con un interruptor. ¿Se siente todo el tiempo?
—No es todo el tiempo. Yo llevo una vida normal, y a la vez soy un puente que une dos mundos, el de los vivos y el de los muertos. Y más allá de eso, soy mamá, me encanta hacer cosas en la casa cuando tengo tiempo, tengo dos chiquitos hermosos, Luciana y Santiago, de 12 y de 13 años, y mi perrita Frida que es lo más. Ah, y esto es un dato importante, los animales se conectan, ¿puedes creer? Esta habilidad no es algo que me genere incomodidad, por lo que estoy tranquila.

—Es un don con el que muchos han sacado ventaja.
—Sí, hay muchas chantas que se aprovechan de lo demás. Hay gente que te viene con cartitas. No estoy en contra de los y las tarotistas, pero si son tarotistas, son tarotistas. La gente tiene que pensar un poquito, justamente eso es lo que hago y voy a seguir haciendo: abrir los ojos a lo demás, que no se dejen engañar. Porque todos somos energía, y a esa gente que se siente incómoda, que se le apaga la luz, se le prende la tele, se le rompe todo, se pregunta ¿tengo una brujería? Puede ser, pero seguramente sea un alma que no se puede elevar. Entonces vas y te dicen que tienes un trabajo. Nunca te dicen andá al psicólogo. Ojo, hay brujerías, pero no es todo brujería. El 99% es bla bla bla, pero hay un porciento que sí. Y lo que hay que hacer es ver qué energía está en el lugar, qué se siente.

—En redes sociales has mostrado varias interacciones con tu público.
—Sí, hago pasar, al azar, a la gente. También atiendo en forma particular y siempre busco formas para llegar, porque si tengo que dedicarme netamente a esto, también tengo que vivir. Y no es fácil trabajar con energías de otras personas. Se siente la conexión y yo no tengo idea quién es la persona que entra y empieza a recibir ese mensaje. Yo simplemente soy un puente y le voy pasando los mensajes, la ayuda a ambos, al que esta acá y al que está en el otro plano.

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