"Don´t believe the hype..." (No te creas la promoción/bombo) es lo que dice la primera frase del MySpace de los Arctic Monkeys, quizá la banda más publicitada de todo el Reino Unido durante el año pasado. Es interesante pensar que tanta sobreexposición mediática (demasiada para una banda que hace dos años hacía circular sus canciones por Internet y discos copiados a mano) pudo resultarle mal a estos oriundos de Sheffield. Con tanta portada en las revistas, notas, demos y títulos de "nueva gran banda británica", es probable que mucha gente aún no le haya dado el crédito suficiente a los Monkeys, pensando que se trata de otro invento más. Ocurre en raras ocasiones, pero su disco debut estuvo a la altura de las circunstancias. Y más. Whatever people say I am... that´s what I´m not fue uno de los mejores trabajos del año pasado a nivel mundial, con un agregado especial. Sea por la frescura post adolescente de cada una de sus canciones, por sus adictivas guitarras al frente o por la habilidad de la pluma de Alex Turner (comparable con un Jarvis Cocker o un Morrisey) para retratar situaciones de su ciudad natal, los Monkeys lograron - aún sin hacer un disco capaz de cambiar la perspectiva actual sobre la música - insertarse dentro del ambiente con un sello muy personal, frenética mezcla indie de varios géneros como el post punk y constantes referencias poéticas a los años ochenta, tales como "bailar electrorock como un robot de 1984" y mencionar personajes de canciones de Police o Duran Duran.
Este segundo trabajo, que estará disponible en el Reino Unido el próximo lunes 23 (por estos lados solo llegará gracias a Internet), suena bastante similar a su primer trabajo. Esto se debe a que Favourite... continúa la línea musical de la banda, lo cual no es para nada un desmérito: la fórmula de los Arctic Monkeys sigue conservando la efectividad, cosa que puede verse en Brainstorm, primer corte ya difundido en las radios británicas. El registro de voz de Turner, acompañado por ambas guitarras y una batería siempre dispuesta a acelerar el ritmo sigue intacto, y la sensación de que cualquier canción puede explotar con apenas un riff es tan latente como en el anterior disco.
Aunque más cuidado en las canciones y con un ánimo quizá más tirado hacia el rock bailable en algunas canciones, Favourite... conserva la actitud, algo que toda banda debe mantener a medida que va creciendo en el aspecto musical.