Publicidad

Ángel De Brito en Uruguay tras el final de LAM: "No reniego de nada de lo que hice"

Compartir esta noticia
Angel de Brito

NOTA DE TAPA

El periodista argentino se toma unos días en Uruguay luego de la decisión más compleja de su carrera: cerrar el ciclo de LAM en eltrece de Argentina. Explora los motivos y da pistas sobre su futuro.

Este contenido es exclusivo para nuestros suscriptores.

—¿Cuál fue el motivo determinante para el final de LAM (El Trece) después de seis años de éxito?

—Necesitamos cortar. Se dieron varias situaciones juntas. No se llegó a un acuerdo económico entre la productora (Mandarina) y el canal (El Trece), entonces el canal me ofreció quedarme producido por ellos con una oferta muy importante. Yo decidí honrar mi palabra y mi contrato con Mandarina y acompañarlos en un nuevo rumbo, ya que somos socios creativos en LAM. Yo entré al canal por Marcelo Tinelli, pero después Adrián Suar (gerente de programación) y Pablo Codevilla (gerente de contenidos) me hicieron pasar muy buenos años y estoy muy agradecido. Sin embargo, decidí que era un momento para escuchar otras propuestas.

—Ya tenés decidido el proyecto que vas a hacer...

—Concretamente no. Tuve charlas telefónicas, pero me falta juntarme en persona. Es que terminó el año y me vine para Uruguay. Cuando vuelva a Buenos Aires, me voy a reunir y terminar de decidir. Me voy a quedar con la mejor propuesta, no solo por lo económico, sino por horario, producción y todo lo implica el programa. El cambio no es por plata.

—En un momento se habló de la posibilidad de que asumieras como gerente en el canal América, ¿existió esa propuesta?

—No exactamente. En América me ofrecieron varias cosas. Sé que tuvieron charlas con Mariano Chihade, que es el dueño de Mandarina y mi socio en LAM. Le ofrecieron asesorar en la parte artística del canal y llevar varios de sus productos, entre los que estaban los míos.

—¿Te gustaría dirigir un canal?

—Me encantaría. A mí lo que más me gusta aparte de lo periodístico es producir y crear contenido. Estoy muy atento a lo que hacen todos los canales en todos los horarios y miro tele de afuera todo el tiempo. No lo descarto para el futuro. Si alguien quiere, que me llame.

—¿Vas a seguir en el rubro de espectáculos o te gustaría incursionar en otros, como le pasó a otros referentes del periodismo de farándula?

—Sí, voy a seguir. A mí no me pasa nada de lo que le pasó a todos los otros. No reniego para nada de lo que hice. Estoy feliz con el exitaso que hicimos en LAM. Todavía me escribe la gente tipo velorio lamentándose de que no saben qué hacer a la mañana.

Ángel de Brito
Ángel de Brito. Foto: Kevin Gelpes

—Más allá del éxito de rating, LAM se convirtió en una especie de marca que trascendió lo televisivo, ¿cómo se construyó esa particularidad?

—Se fue dando, no se buscó. Como todas las cosas buenas que pasan en la televisión, surgen. No se pueden construir. La frase la dijo Andrea (Taboada) una vez para una grabación, pegó, quedó y la empezamos a usar cada vez más. Se fue construyendo con mucho equipo y con el público. Me parece una locura lo que se generó con la gente. Había chicos que miraban el programa en el colegio o en la universidad, o gente que en el trabajo estaba con los auriculares escuchando el programa. También hay chicos que se reciben y se disfrazan con el graph de LAM. Dejamos una huella y eso me genera mucha emoción.

—En el último programa dijiste que si alguien se había ofendido, pedías disculpas, ¿eso pasó muchas veces a lo largo del ciclo?

—En ese momento lo dije como algo general. Con los que se ofendieron lo arreglé en el acto. Hubo gente que me llamó o me escribió. Y yo cuando sé que me equivoco, también llamo o escribo. Me pasó una vez en Showmatch con Viviana Saccone. Le hice un chiste como que ella sale con chicos más jóvenes, y por más que ella se lo tomó como bien, apenas terminó el programa pensé “qué boludo, para qué caer en ese lugar común”. Entonces la llamé y le pedí disculpas. Me pasó algo diferente con (Susana) Roccasalvo, que se ofendió por un chiste que no entendió, me hizo un juicio y lo perdió.

—¿Intentaste resolver la situación con Roccasalvo por fuera de la órbita judicial?

—Sí, le dije al abogado que se podía arreglar de forma privada pero no hubo caso. Nosotros, los abogados y la Justicia perdimos el tiempo durante dos años por este tema. Lo gané en dos instancias; en la primera ella apeló porque se ve que no había leído bien el fallo, y la Justicia me dio la razón de vuelta.

—Todo indica que Rodrigo Lussich y Adrián Pallares van a ocupar el lugar que dejó vacante LAM en El Trece, ¿te gustan como sucesores?

—Ahora está El Zorro (NDR: la serie de los '70 que volvió en ese horario), así que en todo caso van a reemplazar al Zorro. LAM no tiene reemplazo. Los que vengan harán cosas distintas. La tele es así, cuando sale uno entra otro. Yo les deseo lo mejor. Que lo intenten.

—¿Cuál opción te gusta más a vos?

—El Zorro.

—Los tres se consagraron como periodistas de espectáculos en Los Profesionales de Siempre, ¿no quedó un vínculo desde entonces?

—No, se fue perdiendo el contacto. Y si no sigue es porque no me interesará.

Ángel De Brito
Ängel De Brito

—Lussich señaló el año pasado que LAM tenía un tono un tanto agresivo, ¿sentiste que pasó eso en algún momento del ciclo?

—No me importa lo que opinen los demás del medio. Me resbala lo que piensen Rial, Viviana, o cualquier otro. Lo he demostrado.

—Más allá de esa crítica, ¿nunca sentiste que algún comentario que se hacía en el programa cruzaba un límite de crueldad para con las figuras involucradas?

—Por momentos sentí que el vocabulario se había ido a la banquina, entonces lo fui modificando de a poco con la colaboración de las chicas. Con algunos temas se va viendo en el momento. Por ahí te zarpás al aire y pedís disculpas, pero nunca sentí nada tan cuestionable ni agresivo. LAM era muy lúdico, podíamos estar 40 minutos con un enigmático divirtiéndonos entre nosotros o analizando algún tema y debatiendo. También durante la pandemia hicimos bastante de actualidad. Me encantó sacar al aire a Ronen (Suarc) desde Estados Unidos para hablar de la situación del coronavirus allá, por ejemplo, que después me lo copiaron todos.

—En el último programa también dijiste que cuando informaban sobre algún romance era porque estaba confirmado por el entorno de los protagonistas, ¿en ese sentido hubo un aprendizaje en el periodismo de espectáculos, que 15 años atrás manejaba otros códigos?

—Hace 25 años que trabajo como periodista y siempre me manejé igual. Mi idea nunca fue joderle la vida a nadie. El límite es la salud, cuando hay una enfermedad ni se menciona, y en los embarazos chequeo con la embarazada y espero. Me comí no decir embarazos y que lo digan otros por esperar el tiempo prudencial.

—Pero en la época de la competencia entre Intrusos con Jorge Rial y Los Profesionales de Viviana Canosa daba la sensación de que valía todo, ¿no hubo una evolución del rubro en general?

—En ese momento era un tono distinto, era ir a la guerra. Yo era más fuerte en mis comentarios, pero estaba en un rol de panelista. Rial y Canosa tenían otro estilo, pero es difícil juzgarlo ahora. En aquel momento se veía así, se aceptaba así y eran dos programas exitosísimos. Eso no volvió a pasar hasta LAM.

—¿Cómo está hoy tu vínculo con Viviana Canosa?

—Tenemos un café pendiente desde hace mucho tiempo. Tuvimos varias idas y vueltas. Después de la primera pelea estuvimos dos años distanciados, nos juntamos, nos pasamos las últimas facturas que nos quedaban y arreglamos todo. Lo demás fue solo mediático. Cuestioné alguna cosa que dijo o hizo, pero porque es un personaje que rinde. Ella lo sabe y no se va a espantar por eso. Hace poco hablamos por una de las polémicas que la involucraba. Ella nunca se animó a salir en mis programas, pero yo sí he salido en su programa de radio. Rial tampoco se animó, es otro cobarde.

—Rial se había comprometido a ir a LAM, ¿por qué no fue?

—Se comprometió y no cumplió su palabra. Capaz que no esperaba este final. Cuando conté que terminaba me escribió y charlamos un rato. Le dije que era un cobarde. Esto nunca lo conté ni a la producción: a Rial le ofrecí ser el último invitado porque me parecía divertido cerrar con un mano a mano con él. Al final tuvo Covid y no se dio.

—¿Preferirías trabajar con Rial o volver a trabajar con Canosa?

—Con Rial sería algo nuevo porque nunca lo hice. Con Viviana trabajando me llevé bárbaro, hasta que me echó. Yo trabajaría con todo el mundo, no tengo problemas con nadie.

—Ella siempre dijo que te defendió...

—Ella lo dejó en la nebulosa de echarle la culpa al canal. Igual ya pasaron diez años y fue lo mejor que me pasó.

—¿Por qué la última temporada de Showmatch no logró el éxito de audiencia de años anteriores?

—Es un formato que estuvo durante 15 años al aire con frecuencia diaria, mientras que en el mundo se hacen ciclos cortos que van una vez por semana. Funcionó durante mucho tiempo. Este año los cambios de horario y el acortamiento de la duración le dificultaron a Marcelo la posibilidad de encontrar los personajes y las situaciones que siempre le aparecían para dar con el rumbo de cada ciclo. Además, al principio la pandemia lo limitó mucho. Él es muy de abrazarse, llorar con la gente, ir a buscar al público, estar en la tribuna. Todo eso no lo podía hacer. Y encima le tocó competir con exitazos de Telefé como Masterchef y La Voz. Pero Tinelli es el mejor conductor de la historia de la televisión de Latinoamérica. Me da bronca que lo critique con mala leche gente del medio que nunca en su vida hizo nada. Tinelli hizo uno de los pocos shows que da esa cantidad de laburo y que artísticamente ofreció cosas que nadie se había animado a hacer, como lo que se hacía con el aquadance, que iba en vivo todos los días con un nivel de producción bestial. Me parece que esa televisión no va a volver porque la televisión cada vez es más pobre.

Ángel De Brito en Punta del Este. Foto: Captura de Instagram.
Ángel De Brito en Punta del Este. Foto: Captura de Instagram.

—¿El jurado de este último año te divirtió?

—No. Mis compañeros no me divirtieron, pero nos hicimos muy amigos. Pampita sí me divierte siempre, y me sorprendió Guillermina (Valdés), que le encontró cosas que no hacíamos los demás. (Hernán) Piquín nunca encontró el lugar, y Jimena (Barón) le ponía onda al programa.

—¿Por qué en general evitás responder sobre tu vida privada, siendo que en tu trabajo indagás sobre la vida personal de las figuras públicas?

—Fue decisión y construcción. Yo siempre fui discreto y reservado, y no me interesa mostrar mi vida privada. Nadie conoce a mi pareja, a mis amigos ni a mi familia. Ellos no tienen por qué bancarse lo que les viene por la fama de otro. Yo sé muy bien lo que le viene porque lo veo a diario. Hay gente que lo disfruta, pero yo no y decidí hacerlo así.

—¿Todas las figuras tienen la posibilidad de tomar esa decisión?

—Sí, y yo lo respeto. Cada no maneja sus límites. Los programas de espectáculos en general trabajamos con un circuito de personas a las que les gusta exponerse. Les pasa algo en la vida y ya están subiendo una historia para contarlo. Yo mayormente trabajo con ese catálogo de bestias mediáticas. Yo no soy así, y la mayoría de la gente tampoco es así.

Los días de Ángel de Brito en Uruguay

El conductor llegó a Punta del Este el 2 de enero y esa misma noche participó de la fiesta Bresh, donde compartió la vip con figuras como Cristian Castro y Ester Expósito. Se alojó en la exclusiva Torre Azure de la inmobiliaria Caetano, y disfrutó especialmente de los días de sol caminando en la playa. “Venía todos los años a Uruguay hasta que empezó la pandemia. Me siento muy cómodo acá. Me gusta mucho Montevideo y la costa uruguaya”, indicó.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

premiumÁngel de Brito

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad