ESPECIAL BICENTENARIO

De Diego Lugano a Roberto Musso: 10 uruguayos famosos dicen qué es la independencia hoy y contra qué peleamos

Qué significa hoy la independencia y contra qué poderes peleamos en Uruguay, 200 años después del 25 de agosto de 1825. Aquí, 10 miradas.

Las cosas, vistas hoy, pueden ser muy distintas. Pero dos siglos atrás la independencia adquiría muchos significados al mismo tiempo. No era todo tan claro, no era todo tan simple. Para unos cuantos dirigentes orientales se trataba básicamente de romper con el Imperio de Brasil para unirse a un proyecto mayor, el de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Algunos pocos ya pensaban en una ruptura total, una verdadera independencia. Para otros simplemente era una pelea para dejar de ser esclavo. O por ser dueños de tierras.

El historiador Nicolás Duffau lo plantea así: “Hay una dimensión social de la independencia; es decir, no es lo mismo la independencia para Juan Antonio Lavalleja que para un integrante de los grupos esclavizados que terminan peleando. Para ellos la independencia significa justamente obtener la libertad”.

Este lunes recordamos aquel 25 de agosto de 1825, cuando la Sala de Representantes de la Provincia Oriental declaró en Florida la independencia respecto al Imperio de Brasil y “cualquier poder extranjero” y su unión a las Provincias Unidas. ¿Pero qué significa eso hoy, 200 años después? ¿Independientes de qué o de quiénes…? ¿Contra qué poderes peleamos?

Plaza Independencia
Plaza Independencia.
Foto: Fernando Ponzetto.

Consultamos a diez uruguayos destacados en diferentes áreas que no están vinculadas a la historia y les hicimos esas preguntas. Artistas, gente de la ciencia, la economía, el deporte. De Montevideo y del interior. Hombres y mujeres reflexionan sobre el mundo actual en el momento del Bicentenario.

Y en las respuestas aparece de todo, aunque muchos temas se repiten.

Diego Lugano, el capitán histórico de la selección uruguaya durante parte de la era Tabárez, mira un entrenamiento de su hijo justo en Bélgica —otra “creación” de Lord Ponsonby— y dice que el fútbol ayudó a crear un sentimiento nacionalista en Uruguay durante el siglo pasado, mucho más que la política y la gesta de la independencia. También que Uruguay “obviamente” hoy no es independiente si se mira por su capacidad de ser autosuficiente. Y se pregunta: “¿Qué es la independencia en un mundo tan globalizado, donde la tecnología y la economía estrechan vínculos?”.

La globalización aparece en las respuestas de varios consultados. Gastón Atchugarry, hijo del exministro de Economía Alejandro Atchugarry, opina que los mapas políticos y sus límites “perdieron fuerza en un mundo hiperconectado”. Y Ricardo Barboza, capitán de navío retirado y experto en temas de estrategia nacional, dice que en Uruguay no nos dimos cuenta que la “famosa globalización ha acortado distancia y tiempo”, mientras la folclorista sanducera Catherine Vergnes argumenta que, en las batallas actuales, hay que cuestionarse “más sobre el consumismo y los efectos de la globalización”.

En un tono más irónico, el actor Jorge Esmoris —quien hizo de Artigas en la película La Redota— dice que la independencia real es “un lujo” mientras somos dependientes “de la economía global, de mercados que suben y bajan sin avisar, de decisiones que se toman a miles de kilómetros y de políticos que parecen competir por ver quién logra denigrar más a la política”.

Verónica Raffo, socia de Ferrere, pide ser independiente de los modelos importados “que no siempre encajan con nuestra realidad” y dice que la pelea también hoy es “contra los algoritmos que deciden qué vemos y qué pensamos”. Pero, también, que la independencia en el siglo XXI no solo se trata de “aislarnos”.

Y, si hablamos de globalización, Roberto Musso del Cuarteto de Nos —en un parate en medio de una gira por el interior de Argentina— dice que, al recorrer América, desde México a Chile, siente que a veces mete “un contrabando cultural” cuando “entre rimas y guitarras se cuela la forma en que hablamos, la ironía que tenemos, las obsesiones que nos atraviesan”. Tal vez eso sea la independencia en este siglo, especula Musso, “que tu identidad viaje sin pasaporte”.

El médico y bioquímico Rafael Radi, coordinador del GACH, advierte por la manipulación de la información en estos tiempos. Y aprovecha para recordar —nunca está de más— que, a 200 años de la independencia, hay que reforzar la inversión en educación, cultura y ciencia. Barboza también apunta que “nuestro talón de Aquiles es el tema educativo”.

La actriz Florencia Zabaleta se pregunta si pelearía por la independencia si estuviera en peligro, si iría al campo de batalla, si mandaría a sus hijos. Pero duda. La independencia “se defiende todos los días”, afirma Atchugarry, tras citar a su padre en 2002 cuando dijo que “lo que tenemos es un país confiable que respeta las normas”.

Y, desde Melo, Walter “Serrano” Abella, a sus 83 años, está convencido de que estamos en deuda. Por eso, tras levantarse a las cuatro de la mañana como cada día, pregunta: “¿De qué sirve el pasado? Una sociedad se define no solo por su actitud ante el futuro, sino frente a lo que pasó”.

Aquí abajo, diez miradas distintas sobre el significado de la independencia en el Uruguay actual.

Diego Lugano, exfutbolista y capitán de Uruguay: "El fútbol creó sentimiento nacionalista"

Diego Lugano
Diego Lugano.
Foto: Mateo Vázquez.

Cuando Yamandú Orsi era profesor de historia en el colegio Guadalupe en Canelones y yo era alumno, los dos éramos futboleros y hablábamos de cuánto el fútbol ayudó a nuestro país a crear el sentimiento nacionalista: hace 200 años fuimos independientes, nos veíamos como Banda Oriental, pero los enfrentamientos y victorias futbolísticas contra Argentina y Brasil en el siglo XX nos dieron ese sentimiento de nación y país que antes era más constitucional, legal. No lo sentían tanto quienes vivían de este lado del Río de la Plata o al sur de Brasil.

Respondo mientras miro una práctica de mi hijo en Bélgica. ¿Qué es la independencia hoy en un mundo tan globalizado, donde la tecnología y la economía entrelazan vínculos? La independencia debe ser la capacidad que puede tener cualquier país de ser autosuficiente. Obviamente: Uruguay no lo es a grandes rasgos, y casi ningún país del mundo lo es.

Sí hay independencia de poder tomar decisiones dentro del país, que solo incumban a los uruguayos, sin referencias exteriores, según nuestros intereses.

Hoy todos los países dependemos de los otros. Quien produce energía necesita alimentos. Quien tiene alimentos precisa tecnología. Y todo así, por eso hay tantos conflictos en el mundo.

En Occidente nos hemos acostumbrado a un estándar de vida que ni soñaban quienes pelearon hace 200 años. Nos quejamos de la dependencia, pero nos gusta la comodidad y el confort que gozamos. Hace 200 años no lo vivían así.

Roberto Musso, líder de El Cuarteto de Nos: "Que tu identidad viaje sin pasaporte"

Roberto Musso de El Cuarteto de Nos
Roberto Musso de El Cuarteto de Nos.

El bicentenario me agarra viéndonos desde lejos y cerca al mismo tiempo.

Con El Cuarteto hace muchos años que recorremos toda América Latina y España en shows multitudinarios que congregan sobre todo a gente muy joven; y en este momento de pensar qué significa ser uruguayo, ahí me pasa algo curioso: me entero más cuando estoy afuera que cuando estoy acá.

Ser parte de la banda sonora de tantos jóvenes en América Latina es un privilegio raro: no es solo que canten tus letras, es que, sin darte cuenta, llevás un pedacito de Uruguay en cada escenario, con sus luces y sus sombras. Y tal vez, de eso se trata la independencia.

Tenemos la suerte de interactuar con público muy disímil que si les preguntás por Uruguay, solo te van a nombrar a un jugador de fútbol, a algún tema relativo a la política y sin embargo, para muchos de ellos, El Cuarteto es la primera y a veces la única referencia cultural viva que tienen del país. Somos un país que no necesita sobreactuar para ser interesante, pero que a veces se pasa de discreto. Y esa mezcla de ironía, timidez y lucidez no la cambiamos por nada.

4382b0882e61e97b44128f416fd0666d.900x900x1.jpg
El Cuarteto de Nos.

Cuando tocamos en México, Colombia, Perú o Chile, siento que a veces estamos metiendo un contrabando cultural: entre rimas y guitarras, se cuelan la forma en que hablamos, la ironía que tenemos, las obsesiones que nos atraviesan. Y ahí, en ese instante, Uruguay deja de ser solo un gol en un partido o algún tema ocasional y se convierte en una idea, en una voz, en una historia que alguien quiere volver a escuchar.

Tal vez eso sea la independencia en este siglo: que tu identidad viaje sin pasaporte, y que cuando llegue, la reconozcan como algo único, aunque se salga del libreto.

Verónica Raffo, socia de Ferrere, abogada, empresaria: "Peleamos contra poderes fuertes"

Verónca Raffo
Verónca Raffo.
Foto: Leonardo Mainé.

Creo que la independencia no tenemos que asociarla a fecha, patria y banderas. Es un músculo que tenemos que ejercitar todos los días. Se mide por cuán libres somos para decidir, crear y jugar nuestra propia historia, sin esperar la venia de nadie. Esto aplica al país en su conjunto, a la comunidad, a las empresas y a cada uno de nosotros. Es no copiar modelos de memoria, sino hackearlos y mejorarlos con nuestro estilo. Es animarse a mirar lejos, pero sin soltar nuestras raíces. Es elegir con quién hacemos alianzas y bajo qué reglas, sin perder nuestra esencia.

Deberíamos buscar ser independientes de los modelos importados que no siempre encajan con nuestra realidad. De pensar que “lo bueno viene de afuera” y subestimar lo que hacemos acá. De la resignación, del “siempre fue así”. De la mentalidad que nos dice “esto no se puede acá” y que piensa que la innovación solo vive en Silicon Valley y no puede surgir en Maroñas, Rivera o Maldonado. Del creer que nuestro tamaño es un límite y nunca visualizarlo como una oportunidad. La independencia del siglo XXI no se trata de aislarnos: se trata de tener el coraje de elegir con quién jugamos y bajo qué reglas.

Hoy no peleamos contra ejércitos, pero sí contra poderes igual de fuertes: la inercia que nos frena, el conformismo que nos anestesia, la mediocridad que se disfraza de prudencia, la desinformación que nos embrutece, la desigualdad de oportunidades que nos vuelve injustos, la fuga de talento que en realidad es una fuga de oportunidades. Incluso contra los algoritmos que deciden qué vemos y qué pensamos, y contra la tentación de quedarnos cómodos mirando desde la tribuna. Nuestra verdadera independencia se construye con conocimiento, creatividad y confianza en nosotros mismos.

Gastón Atchugarry, director de Atchugarry Arquitectura & Construcción: "La independencia se defiende todos los días"

Gastón Atchugarry
Gastón Atchugarry.
Foto: Estefanía Leal.

Uruguay, el estado tapón, el pedazo de tierra entre dos imperios, el pueblo que peleó por su soberanía y se resistió a ser absorbido por ellos. Las primeras nociones sobre independencia las aprendemos en la escuela y la celebramos cada 25 de agosto cuando conmemoramos la Declaratoria de 1825. Es muy claro, muy tangible entender el concepto de independencia en ese momento histórico. Se buscaba una nación libre que no fuese tributaria ni dependiente de otra, en este caso era el imperio de Brasil, pero anteriormente fueron otros y se tuvo que recorrer un largo periplo para lograrlo.

Se nos invita a reflexionar sobre el significado de la independencia hoy. Sin querer desestimar los 60 conflictos armados vigentes, en Latinoamérica no tenemos amenazas que puedan atentar contra la libertad. Los mapas políticos y sus límites perdieron fuerza en un mundo hiperconectado. Por tanto, ¿seguimos peleando por nuestra independencia? Pude ser testigo de un momento histórico que arremetió contra los cimientos de nuestra república: la crisis de 2002. Mi padre, ministro de Economía en aquella época, tuvo que negociar con el FMI que exigía ajustes y medidas siendo una de ellas el default. Para él nunca fue una opción. Uruguay iba a tratar de salir sin perder su identidad; “no tenemos grandes extensiones ni recursos, lo que tenemos es un país confiable que respeta las normas, sin eso no tenemos nada”, decía. El FMI nunca logró torcer esa voluntad, sorteamos la crisis y hoy se habla de la salida “a la uruguaya”. La independencia se defiende todos los días.

A mayor escala, y ahora reflexionando de forma más macro, nos encontramos en una carrera global por el dominio de la tecnología, las inteligencias artificiales, una prisión digital a la que hay que pertenecer para no estar excluidos. Quizás debemos pelear por la independencia de lo artificial para recobrar lo humano. Integrarnos a la tecnología mientras profundizamos las artes, el pensamiento crítico, la filosofía y todo lo que puede ser creado por el espíritu y que jamás podrá ser replicado por nada que no sea humano.

Florencia Zabaleta, actriz, integra la Comedia Nacional: "Una lista impertinente y desordenada"

Actriz Florencia Zabaleta
Actriz Florencia Zabaleta.
Foto: Leonardo Mainé.

¿Qué significa la independencia para mí? Eso me preguntan. Y yo intento rápidamente hacer una asociación de ideas. Me dicen que no tiene que ser una definición histórica, sino de alguien que hace lo que hace… y yo hago teatro. Pero de nuevo, ¿qué es la independencia? Pienso en el 25 de agosto, en Lord Ponsonby, en la idea de país tapón. Pienso en soberanía y en unión. Pienso en pájaros pintados y en los colores del pabellón. Y me sale rimado, sin querer. Recuerdo algunas máximas: autodeterminación o libertad. Pienso en fronteras, en democracia, en patriotismo. Pero sigo sin responder qué significa la independencia para mí y entonces le pregunto a un grupo de personas que tampoco, al principio, entienden y luego me dicen cosas variadas. Así se arma una lista heterogénea, impertinente y desordenada, de lo que tal vez somos, fuimos y seremos.

Chiquitos pero con identidad

Costó pero se pudo

Mentira

Farsa

Apariencia

Emancipación

Nueva vida

Esperanza

Ser parte

Sigo pensando que no estoy yendo al hueso, a decir qué es para mí la independencia. Y aunque no termino de definirla me pregunto… ¿pelearía por la independencia si estuviera en peligro? ¿Iría al campo de batalla? ¿Mandaría a mis hijos? No estoy segura de la respuesta y eso me perturba.

Entonces yo… ¿qué defendería?

Defendería la dignidad de todas las personas que vivimos en esta tierra. El derecho a nacer, a crecer, a vivir y morir dignamente. Y ahí me meto en ese berenjenal que son los derechos, los valores, las utopías… Todo eso que creemos que está bien, pero no sabemos ni por qué, pero lo intuimos, porque somos seres pensantes y sensibles. Seres humanos.

Y en este mundo de violencias por doquier, ocupaciones, guerras, neocolonialismo, acumulación desenfrenada de riquezas y destrucción del planeta, quiero que los seres humanos (nacidos en Uruguay y los que no) puedan vivir, vivir con dignidad.

La historia se la dejo a las y los historiadores, la política a quien quiera, pero la humanidad, la humanidad es nuestra.

Como dice Calderón de la Barca:

“… Y en el mundo, en conclusión,

todos sueñan lo que son,

aunque ninguno lo entiende”.

La independencia es un verso rimado.

Jorge Esmoris, actor, interpretó a Artigas en la película La Redota: "La independencia es una cuestión de marketing"

Jorge Esmoris
Actor Jorge Esmoris.
Foto: Ignacio Sánchez.

La independencia significa que todavía podemos decidir qué color de etiqueta ponerle a la yerba, qué partido político nos va a prometer lo mismo que todos los demás y cómo quejarnos en redes sociales con estilo propio. La independencia hoy, para mí, es más una cuestión de marketing histórico que de hechos concretos.

¿Independientes de quién o dependientes de qué? Podría decir que primero habría que preguntarse si es más fácil ser independientes o dependientes. Porque ser independientes de los reyes que se creían eternos, de los molinos de viento que giraban como queriendo enseñarnos algo, de los arados que marcaban la tierra y de todas las cosas que ya no existen, es lindo, poético, histórico pero la realidad de un partido es otra. Muy otra. Somos dependientes de la economía global, de mercados que suben y bajan sin avisar, de decisiones que se toman a miles de kilómetros y de políticos que parecen competir por ver quién logra denigrar más a la política. Dependientes de la energía que llega en horarios impredecibles, del agua que a veces falta, de la educación que promete y se demora, del wifi que nunca alcanza y sobre todo dependientes de nuestra propia paciencia. La independencia real es un lujo histórico, mientras la dependencia sigue hoy siendo la ley física de la vida nacional. En resumen, independientes de casi todo lo que dejamos atrás y dependientes de casi todo lo que nos toca hoy. La historia nos da libertad, el presente nos da realidad y el sarcasmo nos hace sobrevivir. ¿Y contra qué poder peleamos? Simple, concreto, contundente: contra el no poder sacar siquiera una castaña del fuego. Felices 200 años.

Walter "Serrano" Abella, histórico conductor radial de Melo: "Volver al influjo de la patria vieja"

Walter "Serrano" Abella
Walter "Serrano" Abella.
Foto: Rosalía Souza.

Tengo 83 años y me detengo en esto que se denomina día de la independencia nacional. A los ciudadanos de hoy, pasajeros de la prisa, les cuesta mucho volver al influjo de la patria vieja. Con sabiduría, alguien señaló una vez: no hay nada nuevo bajo el sol, pero cuántas cosas viejas no conocemos. Cada parcela de la historia tiene épocas, instancias e intérpretes diferentes. Cada historiador, desde los más antiguos a los más modernos, audaces, humanos, revisionistas, son capaces de librar su verdad y conocimientos, trasladados luego a los demás.

Como la hechura de la patria está siempre en construcción, es realmente tarea de todos los días reencontrarnos con cada episodio. Y, por más que sigamos discutiendo y discutiendo porfiadamente si esta fue o no la fecha real de la independencia, algún día comenzó y toda cruzada que protagonizaron los orientales está cargada de un espíritu profundamente independentista. Esto es lo más importante para que recordemos hoy cuáles son los avatares de un país independiente.

Los orientales sabemos que somos independientes. La mágica historia de la humanidad, soñando ser libre. Un ejemplo —el de la unión, la solidaridad, la fraternidad y el amor— que quizás le estemos debiendo a los conquistadores.

Aún hoy estamos en deuda: ¿de qué sirve el pasado? Una sociedad se define no solo por su actitud ante el futuro, sino frente al pasado. Sus recuerdos no son menos reveladores que sus proyectos. Quizás a muchos todavía nos cueste entender estas palabras.

Rafael Radi, médico y bioquímico, coordinador el GACH en la pandemia: "Hay que reforzar la educación y la ciencia"

Rafael Radi
Rafael Radi.
Foto: Ignacio Sánchez.

La independencia hoy para Uruguay significa la voluntad de una comunidad de mujeres y hombres libres de desarrollar un modelo de convivencia propio con valores y objetivos compartidos. Los orientales, con sus formas pausadas y reflexivas, y con prácticas solidarias e innovadoras, han ido construyendo su independencia social, cultural, científica y económica. Ahora bien, veo como desafíos muy importantes las múltiples formas de manipulación de la información y el fenómeno de desinformación. Entiendo como absolutamente estratégico reforzar nuestros sistemas educativo, cultural y científico, que son las herramientas más potentes para la neutralización de esos fenómenos locales y globales que afectarán la independencia de los países. A 200 años de la Declaratoria, pienso que en los próximos tiempos nuestra independencia deberá estar aún más fuertemente sustentada en la educación, la cultura y el conocimiento científico.

El gran problema es cómo concretarlo. Algunas pistas: hay que crear convicción de ello desde los poderes públicos y con la sociedad; reforzar la institucionalidad; alentar a las instituciones, grupos y personas a que participan en procesos educativos de calidad; propiciar y retener talentos en cultura y ciencia y alentar el desarrollo de proyectos innovadores; crear mejores condiciones para el trabajo educativo, cultural y científico, lo que incluye un compromiso presupuestal sostenido; y, claro, tener a los sistemas educativo, cultural y científico como insumos esenciales en forma sistemática y sinérgica.

Ricardo Barboza, capitán de navío retirado, magíster en Estrategia Nacional: "Una democracia plena"

Ricardo Barboza, capitán de navío retirado, magíster en Estrategia Nacional
Ricardo Barboza, capitán de navío retirado, magíster en Estrategia Nacional.
Foto: Darwin Borrelli.

El primer mérito de los 200 años de la independencia es ser considerado entre uno de los 20 países con democracia plena en un sistema de 200 países donde priman los Estados fallidos con gobiernos autoritarios. Cuando un Estado tiene esos antecedentes internos, puede expresarse con otra solidez dentro de los ámbitos. Desde mi punto de vista —el realismo y la geopolítica—, eso no quiere decir que sus decisiones tengan peso.

El país, justamente por el poco peso en el sistema, necesita tratar de obtener ventajas y beneficios a través de distintas alianzas. No importa el aspecto ideológico, porque se habló desde un TLC con Estados Unidos a otro con China. No nos podemos casar con nadie.

¿Y contra qué poderes peleamos hoy? Contra los que pelean todos los Estados que tratan de mantener su rol de control de lo que sucede dentro del territorio en la toma de decisiones y eso lo ves en un mundo hiperconectado. Apple, por ejemplo, decide en California hacer un teléfono, pero lo fabrica en China y lo termina en Vietnam. Vos como Estado, ¿qué poder tenés en toda esa cadena para mantener fuentes y lugares de trabajo?

El problema de Uruguay es que, como nos acordamos del mundial del 50, mantenemos las estructuras del 50. Como país no nos dimos cuenta de que la famosa globalización ha acortado la distancia y el tiempo. El mundo avanza a una velocidad cada vez más grande y nuestro talón de aquiles es el tema educativo. Somos descendientes de españoles y la lógica es esperar que Dios nos dé todo.

Catherine Vergnes, cantautora de Paysandú, psicóloga: "Peleamos por el bienestar"

Catherine Vergnes, cantautora de Paysandú
Catherine Vergnes, cantautora.
Foto: Juan Manuel Ramos.

A 200 años de proclamarnos independientes, seguimos atravesando luchas, caídas y logros, más de 200 años del “libertad o muerte” impulsado por personas que aportaron y aportan desde su valor y coraje para superarnos como país. Hoy seguimos siendo un país pequeño en su tamaño, pero reconocido por nuestra bravura y coraje. Gozamos de libertad y democracia. Y de una sociedad que, con sus diferencias, convive y llega a un punto de unidad.

Hoy la independencia sigue siendo un acto de defensa y de aspirar a más.

Las batallas actuales han mutado su forma y temáticas: peleamos por derechos, peleamos por el bienestar psicológico y físico.

Creo que deberíamos cuestionarnos más aún sobre el consumismo y los efectos de la globalización, para no olvidar de dónde venimos, nuestras raíces e identidad.

Como para dar ejemplo de algunos aspectos, la sociedad se ha preocupado por su bienestar en cuanto a la alimentación, ejercicio físico y actividad, pero también se ha preocupado por su salud psicológica: “ir a terapia” ya no es tabú; es necesidad para todos los que quieren, no solo para los que se animan. Se charla y se cuestiona en sociedad problemas mentales, para poder sanar. Está creciendo la exposición y visibilización del intento de suicidio y el suicidio propiamente dicho junto con todo lo que hay detrás. Es una realidad dolorosa que posiciona a Uruguay entre los países con las cifras más altas de Latinoamérica. Temáticas como la depresión, la ansiedad y el estrés laboral están en el lenguaje colectivo, 200 años después.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar