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La gran estafa con criptomonedas en Líbano que afectó a uruguayos: ¿cómo fue y cuánto perdieron?

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Un cartel anuncia que se aceptan criptomonedas. Foto: EFE

CIBERDELINCUENCIA

El cuento del tío moderno: la mayor estafa piramidal con criptomonedas en Líbano tuvo sus ramificaciones en Uruguay. Aquí algunas historias vinculadas a ese y otros fraudes con tecnología.

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A mediados de setiembre Federico fue agregado a un grupo de Telegram llamado “Binance ganancias diarias”. Lo hizo un conocido y le prometían obtener un mayor interés en un supuesto negocio de criptomonedas, Binancesfund. Pero algo le sonó raro. Muy raro.

En ese grupo de Telegram había casi 100 personas y los traders —inversores o especuladores que operan en la órbita financiera— alentaban a invertir dinero para obtener ganancias muy rápido, a través de audios motivacionales. Si uno los escuchaba, parecía el negocio perfecto. ¿Cómo dejarlo pasar?

Federico (su nombre no es real, fue modificado para preservar su identidad) le dio clic a uno de esos largos audios y entonces escuchó: “Buenos días gente linda, ¿cómo están? Espero que tengan un excelente jueves. La verdad contento con los resultados, todos los días ganando, ganando y ganando. Es una montaña rusa solo que siempre va para arriba, la verdad es que es impresionante los resultados que están obteniendo todos y cada uno de ustedes. Ya 99 personas dentro del grupo ganando dinero consistentemente de lunes a lunes. Me pone muy orgulloso y los felicito a todos ustedes por ser parte, confiar en nosotros, darse a la oportunidad, invertir y no quedarse en la zona de confort. Let’s go”.

Otro mensaje de un trader decía: “Para recompensar a los miembros nuevos y antiguos de Binancesfund, la plataforma lanzó las últimas actividades de recarga. El evento se llevará a cabo del 18 de octubre al 21 de octubre en Singapur. Se otorgará un bono adicional del 10% por cualquier cantidad de recarga. Cada miembro sólo puede participar en una actividad. Por ejemplo: un depósito de 200 pesos da 20 pesos adicionales. Un depósito de 500 da 50 pesos adicionales. Un depósito de 1.000 da 100 pesos adicionales. Un depósito de 5.000 da 500 pesos adicionales. Un depósito de 10.000 da 1.000 pesos adicionales”. Sí, sonaba tentador.

Pero Federico se dio cuenta que lo que prometía el supuesto fondo Binancesfund parecía un esquema ponzi o una estafa piramidal, por lo que eligió permanecer en el grupo, alertar al resto sobre los riesgos y observar qué sucedía. Sobre el 20 de octubre la burbuja de especulación reventó y reveló que sus sospechas eran bastante reales.

Según la prensa de Líbano, el caso de Binancesfund se convirtió en la mayor estafa con criptomonedas de la historia de ese país. En esa estafa cayeron, también, uruguayos. Los medios libaneses reportaron que muchas personas sufrieron pérdidas millonarias. La periodista Layal Alekhitiar escribió en Twitter: “Numerosas personas fueron hospitalizadas luego de perder sus sueldos, ahorros y dinero que retiraron de los bancos para invertir en la plataforma Binancesfund. Tengan cuidado de no invertir en plataformas de criptomonedas que no estén registradas en el organismo regulador de los países”.

Por su parte, el diario libanésAn-Nahar publicó el 20 de octubre que inversores de ese país perdieron alrededor de 300 millones de dólares en lo que se conoce como un esquema Ponzi (ver recuadro). Alrededor del 19 de octubre, la plataforma dejó de pagar a sus inversionistas. Según dijo la profesora universitaria Sabine El-Kik a Al-Nahar, en Líbano se advertía desde septiembre que los inversores de Binancesfund sufrirían problemas.

El 21 de octubre el trader anunció en el grupo de Telegram: “Lo peor que podía pasar ya pasó. Incluso la persona que me presentó a mí el negocio, me bloqueó”. En ese entonces el grupo estaba integrado por 105 personas.
“Todos los que quieran saber cómo vamos a poder recuperarnos me escriben por privado y vamos a armar una estrategia de recuperación para todos. Tengo algunas ideas para que puedamos (sic) recuperarnos en poco tiempo”, siguió.

Horas después del escándalo se eliminó el grupo “Binance ganancias diarias” y se perdieron los audios y mensajes intercambiados allí. Telegram permite borrar grupos o conversaciones en cualquier momento y sin dejar rastros.

Más tarde, Federico fue contactado por otro de los integrantes del grupo, quien aparentemente luego de perder dinero le ofrecía recuperarse a través de otro negocio de apariencia fraudulenta. Una plataforma para invertir en el desarrollo de carne sintética.

Bitcoin
Foto: AFP

Hasta la abuela.

 Uno de los traders que creó el grupo de Telegram (digamos que se llama Martín) asegura a El País que él también fue víctima de la estafa. Dice que perdió más de 100.000 dólares y que hasta su abuela cayó, dado que invirtió aconsejada por él.

“No sabría decir cuántos uruguayos estuvieron involucrados. Al principio lo compartí con allegados pero, después, ya no era solo yo quien lo estaba ofreciendo”, dice Martín, a quien el negocio llegó a través de otro grupo de inversiones. “Hubo un momento en que había mucha gente y no sabía de dónde, ni de qué países eran porque la gente se registraba con un correo”.

Sobre su experiencia con este tipo de plataformas, explica que decidió incursionar en Forex —mercado mundial y descentralizado en el que se negocian divisas— porque estaba cansado de trabajar ocho horas y ganar un sueldo con el que sólo podía “subsistir”.

Según cuenta a El País, hace unos siete u ocho meses empezó a experimentar en este tipo de plataformas. “Invertí en varias criptomonedas emergentes y empecé a buscar grupos donde estaban invirtiendo en esas criptomonedas. Ahí me llega una muchacha de China ofreciéndome el negocio”, relata el trader.

Dice que al inicio no le dio “mucho corte” porque le pareció “raro” que le escribiera alguien de un grupo y le ofreciera entrar a la plataforma.
Pese a que en un principio ignoró los mensajes, al final decidió probar. Primero invirtió 60 dólares y enseguida recibió las ganancias, dice. Si bien le resultó llamativa la velocidad con la que le llegaban las ganancias, decidió compartirlo con personas cercanas.

“Empecé a compartirlo. Se ganaba el 15% de lo que ganaban las personas con las que compartías el negocio: el 15% de la ganancia y de a poco fue creciendo y mucha gente empezó a compartirlo más”, asegura.

Una de las complejidades de la estafa Binancesfund fue que combinó la modalidad de phishing (o sea, hacerse pasar por una persona, empresa o servicio de confianza, para manipular y que alguien realice acciones que no debería realizar) con la estafa piramidal. Por un lado, utilizó la imagen de la plataforma Binance, un sitio de confianza para las transacciones de criptomonedas a nivel global, para engañar a sus usuarios. La plataforma usaba la estética y el logo (con colores invertidos). Sin embargo, con una rápida búsqueda en internet se podía comprobar que Binancesfund tenía muy bajo puntaje en sitios como Trustpilot, que chequean la validez de las plataformas. El sitio de Binancesfund decía funcionar desde 2015, no obstante fue puesto en línea en abril de 2021.

La propia plataforma Binance tuvo que desmentir su vínculo con la estafa en línea: “Binance se enteró hace poco del engaño llamado Binancesfund y confirma que Binancesfund no está conectado de ninguna manera con la plataforma Binance. No toleraremos de ningún modo que se maneje de esta forma. Esta suplantación es algo que tomamos de forma segura y tomaremos los pasos necesarios para proteger nuestra reputación, así como acciones legales contra los responsables”, dice parte del comunicado replicado en el sitio middleeast.in-24.com.

Otro caso de estafa similar fue la que sufrió María (su nombre tampoco es real), propietaria de una peluquería en el Centro de Montevideo. Una noche de 2020, cuando la pandemia por COVID-19 afectaba su negocio, se encontró con un anuncio en el que una figura pública uruguaya promocionaba una plataforma de inversiones llamada FX Latam, un sitio que actualmente no existe.

María cayó en las redes de la estafa. Primero invirtió 60 dólares, pero los asesores de la empresa le dijeron que para ganar más dinero debía invertir más fuerte y lo hizo. Cuando había “ganado” un buen porcentaje gracias a sus inversiones en oro, criptomonedas y otras divisas, quiso retirar el dinero y fue entonces cuando empezaron los problemas.

La organización pidió que depositara una comisión para el retiro del dinero, le resultó extraño pero accedió. El dinero nunca le llegó.
María había perdido ya 1.000 dólares. Meses después volvieron a contactarla, le dijeron que tenía disponibles 18.000 dólares para retirar y nuevamente le solicitaban el pago de la comisión. Fue entonces cuando terminó de desencantarse y se puso en contacto con una abogada. Sin embargo, no recuperó ni un céntimo y la plataforma desapareció de la red sin dejar rastros. María da el caso por perdido.

La historia del esquema Ponzi

La estafa piramidal o esquema Ponzi debe su nombre a una historia particular. Si bien las estafas de este estilo ya eran conocidas antes de 1920, fue ese año cuando la maniobra de fraude comenzó a conocerse como esquema Ponzi.

Carlo Ponzi, ?un italiano emigrado a Estados unidos, basó su esquema original en cupones de respuesta internacionales para sellos postales como inversión, ya que descubrió que podría revenderlos por un mejor precio. Muchos se sumaron al negocio y Ponzi amasó una verdadera fortuna.

Sin embargo, en cierto momento dejó el negocio y comenzó a desviar el dinero de nuevos inversores, para realizar pagos a inversores anteriores y a sí mismo. Su maniobra se hizo famosa, así como su nombre.

Lo que sabe la policía.

Denuncias sobre situaciones similares a las que vivieron María, Federico y Martín son conocidas para Interpol. En 2019 el Departamento de Investigación de Delitos Financieros recibió 545 denuncias en las que se usó internet de alguna manera; en 2020 la cifra bajó a 447; sin embargo entre el 1º de enero y el 8 de noviembre de 2021, la cifra ascendió otra vez a 545.

En Uruguay no existe una regulación que ampare y proteja las transacciones con monedas virtuales o criptomonedas. Si bien hay dos proyectos de ley que promueven la regulación de estas actividades financieras (ver aparte en esta página), el vacío legal provoca dificultades al momento de tratar este tipo de delitos.

“Denuncias tenemos montones porque es atractivo poder invertir poco y hacer mucho dinero”, dice a El País el subcomisario de Interpol Luis Denis. Pero luego explica que la dificultad es que no existe una regulación como hay en el sistema financiero. Allí “se puede rastrear a cualquier persona que haga movimientos: tarjeta de crédito, cuentas bancarias, está todo bancarizado”. El problema de la moneda virtual, dice Denis, “es que es muy difícil hacerle un seguimiento, Internet es complicado”.

“Muchas veces sucede que alguna persona recibe dinero en efectivo y nosotros por el sistema financiero ubicamos a esa persona. Pero luego nos dicen que en realidad invirtieron en bitcoins y les llegó el dinero, pero no saben de quién ni de dónde”, detalla el subcomisario.

Luis Denis, subcomisario de Interpol Uruguay

Denuncias tenemos montones. Es atractivo poder invertir poco y hacer mucho dinero. El problema de la moneda virtual es que es muy complicado hacerle un seguimiento”

Denis insiste en que la falta de regulación en Uruguay limita las acciones de Interpol y también trae problemas a las instituciones bancarias. “Hemos tenido reuniones con ellos, porque es un problema. En los bancos sucede que llega dinero que puede tener una procedencia ilícita y eso les genera problemas, porque se bloquean las cuentas, esto genera todo un trámite. Hoy por hoy es casi imposible llegar a la persona que genera todo, es muy grande la red y en Internet es muy complejo”, se defiende.

Sin embargo, el subcomisario de Interpol no puede asegurar que todas las personas involucradas en este tipo de maniobras estén actuando de forma ilícita. Si bien se ha interrogado a diferentes individuos e incluso Fiscalía detuvo personas, hasta la fecha no se pudo comprobar nada: “Si hay uruguayos involucrados, por el momento no lo podemos afirmar y tampoco decir que todo es ilegal. Es como cualquier otra modalidad en internet”, dice Denis.

Negocios ilícitos

El ingeniero Nicolás Ribeiro, cofundador y CEO de Blockchain Mining, creo una compañía de minería de criptomonedas que funcionó en Uruguay hasta 2017. En 2018 trasladó la empresa a Paraguay, donde el funcionamiento es más rentable. Allí trabajó junto a su socio en la redacción de la ley que regula la criptoeconomía.

Ribeiro destaca que, como en todas las áreas, en el mundo de las criptomonedas hay negocios lícitos e ilícitos. Existen muchos oportunistas que se aprovechan del desconocimiento, admite el empresario.

“Despierta el interior de gente legítima e ilegítima. Si estamos frente a un esquema Ponzi, no es una novedad. Existe hace décadas y se van encontrando maneras de hacer el mismo fraude”, remarca. Y luego agrega: “Cuando cualquier negocio suena demasiado bueno para ser creíble y promete que te harás rico en dos días, hay que desconfiar porque seguramente otra persona se hará rica y no vos”.

Al reflexionar sobre el negocio que proponía Binancesfund, Ribeiro destaca que lo primero que llamaba la atención era la alta rentabilidad que proponían, incluso para el mercado de las criptomonedas. Entre los ejemplos que cita Ribeiro como negocios legítimos aparece la minería —proceso por el que se destinan recursos informáticos al servicio de la red y a cambio se recibe un pago en criptomoneda—, los fondos de inversión que se dedican a tener portafolios en criptomonedas, como el creado por el exgerente de República AFAP Martín Larzábal, CryptoTrust, y los pools de liquidez —operaciones financieras donde se depositan diferentes unidades de valor—.

“Inversiones que te hablen de un 12% mensual es una locura… Una inversión medianamente buena es algo que te da una rentabilidad de 10% al año; cuando te da una cifra mensual de esas características es demasiado. Hablando en el mundo de las inversiones serias, claro”, subraya el experto.

En tanto, la abogada especializada en tecnología Agustina Pérez Comenale dice a El País que es importante tener en cuenta que Uruguay ha tenido tradicionalmente una postura conservadora respecto a estas nuevas tecnologías.

“Creo que fue una postura bastante astuta. En su momento era muy reciente todo y pasó, por ejemplo, en otras jurisdicciones que empezaron a regular tempranamente y eso tuvo consecuencias un poco fatales para la criptoeconomía”, destaca la abogada.

Pérez Comenale señala que en la actualidad existe un volumen muy importante de transacciones y muchas empresas buscan instalarse en Uruguay, por lo que un marco legal ahora sí es clave.

“El marco legal tiene muchas ramificaciones. Por un lado proteger posibles fraudes, pero por otro también tener en cuenta el tratamiento fiscal tributario o las exigencias de poder identificar a los usuarios para que el día de mañana respondan ante distintas situaciones”, añade la experta.
Pérez Comenale cree que la regulación es necesaria a corto plazo. “Tenemos los usuarios y también las empresas que quieren venir e instalarse como un hub tecnológico: entonces ellos tienen que tener un marco seguro y saber cuáles son las reglas de juego”, dice.

Mientras Uruguay decide qué hacer con la ley y resuelve cómo proteger a sus ciudadanos, los casos como el de María continúan llegando a las oficinas de Interpol. Algunos más experientes y rápidos, como Federico, ven que un montón de personas son estafadas por la desinformación; y otros como Martín incursionan en áreas en las cuales son engañados fácilmente y extienden las redes de negocios ilegítimos. Hay que abrir bien los ojos y, como dice Ribeiro, siempre desconfiar.

El senador Juan Sartori. Foto: Archivo El País
El senador Juan Sartori. Foto: Archivo El País

Los dos proyectos en los que trabaja el Parlamento

El Parlamento tiene hoy en carpeta dos proyectos de ley sobre regulación de las criptomonedas, que esperan para ser discutidos. Los proyectos están en la comisión de Hacienda del Senado, a donde fueron ya invitados para aportar su visión los especialistas en derecho Agustina Pérez Comenale y Daniel Mosco.

El primero de los proyectos fue presentado por el senador nacionalista Juan Sartori, el pasado 3 de agosto de 2021. La iniciativa del excandidato presidencial contempla conceptos y actividades de minería de criptomonedas. Se busca “legalizar los activos virtuales como medio de pago y admitirlas como monedas, otorgando así seguridad a la producción de activos virtuales y a las transacciones realizadas con las mismas”, dice el documento que firmó el senador del Partido Nacional.

El proyecto de ley pretende definir qué se entiende por activos virtuales (sean criptomonedas o token, entre otros), propone cómo debe regularse la actividad económica y el mercado, además de otorgar poderes al Poder Ejecutivo para que indique cómo y quién debe encargarse de gestionar los criptoactivos.

Al mismo tiempo, la iniciativa de Sartori procura incorporar los criptoactivos al sistema bancario y financiero nacional.

El segundo proyecto de ley fue presentado por los senadores Carmen Sanguinetti y Pablo Lanz, del sector Ciudadanos del Partido Colorado. Según Pérez Comenale, abogada especializada en tecnología, esta propuesta complementa la impulsado por el senador nacionalista.

De acuerdo con la versión taquigráfica de la Comisión de Hacienda del Senado del 18 de noviembre pasado, Sanguinetti asegura que el proyecto de ley presentado por ella y Lanz “genera un marco legal para las criptomonedas, también con relación a la oferta inicial de monedas”.

Además, la iniciativa trabaja sobre la prevención del lavado de activos y del financiamiento del terrorismo. También contempla sus aspectos tributarios y el rol del ente regulador, que es el Banco Central del Uruguay. Se trata de puntos que no habían sido cubiertos por el proyecto presentado por Sartori. Aún no hay una fecha prevista para la eventual aprobación de cualquiera de las dos iniciativas (o una fusión de ambas).

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