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El negocio detrás de las academias de conducir: se duplicó la cantidad de empresas y el gobierno las regulará

La Unasev pretende establecer una cantidad de clases mínima necesaria para obtener la libreta en todo el país y unificar los criterios de examen

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Academia de choferes
Academia de choferes, coche escuela, Montevideo ND 20230314, foto Juan Manuel Ramos - Archivo El Pais
Juan Manuel Ramos/Archivo El Pais

Por: Clara Lussich

Minutos antes de las seis de la tarde del miércoles tres autos forman una fila con una distancia prudencial entre cada uno de ellos. El de más adelante es conducido por un muchacho que no tiene más de 20 años. Ahora es su turno y el resto espera por el suyo. Él se adelanta, gira el volante y da marcha atrás, mientras por el camino deja tirado uno de los cuatro conos naranjas que parecían sagrados en su colocación. Los de la fila de autos lo miran. Vuelve a intentarlo. No lo logra. Se rinde y se va a la próxima prueba de estacionamiento.

Los que la frecuentan la llaman “la pista” y su lógica es así: hay algunos ejercicios que luego se repetirán el día del examen y las academias de choferes tratan de que sus alumnos hagan las pruebas el mayor número de veces posible para estar mejor preparados. Entonces, de lunes a viernes después de las cuatro de la tarde “la pista” se llena de autos pequeños, que son los más fáciles para aprender, y en cada uno de ellos hay un estudiante que lleva de copiloto a su instructor. Pero la realidad de las academias de choferes esconde una lógica que, según las autoridades, se modificará “a la brevedad” (así como también los exámenes para obtener la libreta de conducir). Mientras tanto, se rigen por una norma que no está escrita en ningún lado y esperan un cambio que parece no llegar.

Según las cifras de la Intendencia de Montevideo, hoy hay 150 academias de choferes registradas en el Ministerio de Educación y Cultura y, por ende, están habilitadas para enseñar. La cifra es el doble de las que había el 13 de marzo de 2020, cuando comenzó la pandemia del covid-19 en Uruguay, según Álvaro Beloqui, presidente de la Asociación Nacional de Instructores y Propietarios de Escuelas de Conducir. En aquel momento eran 76. Beloqui cree que “la vara está demasiado baja” para poder enseñar a otras personas a manejar y por eso durante la crisis sanitaria “muchos vieron esto como una salida fácil” y el universo de las academias “se convirtió en una herramienta de trabajo popular”.

La comuna solo exige que los choferes que abren una academia tengan una libreta profesional con más de dos años de antigüedad, es decir, no se requiere de ningún curso ni diploma específico para enseñar a manejar.

Academia de choferes
Academia de choferes, coche escuela, Montevideo ND 20230314, foto Juan Manuel Ramos - Archivo El Pais
Juan Manuel Ramos/Archivo El Pais

“Aunque en esos dos años uno haya guardado la libreta en un cajón y quizá nunca salió a dar una vuelta, sumado a abrir una empresa y tener un coche con menos de cinco años de antigüedad, la realidad es que cualquiera puede ser instructor porque la idoneidad se deja de lado totalmente”, asegura el representante de las escuelas de conducir.

Desde la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev) dicen a El País que les consta que hace falta reforzar la formación de quienes enseñan a conducir y que además se producirá un cambio en todo el país con respecto a esto, porque, por ejemplo, la exigencia de hacer clases hoy rige solamente para Montevideo y Canelones.

En esos dos departamentos quienes dan el examen deben pasar por un cupo mínimo en una academia: 15 en la capital y cinco en Canelones. En el resto del país no hay obligación.

En el marco del cambio nacional que supondrá la introducción de la licencia por puntos (ver aparte), el Congreso de Intendentes también buscará unificar el tipo de examen que se da en cada departamento, que hoy es diferente y genera que una persona que, por ejemplo, pierde en Montevideo tenga la posibilidad de ir con un auto particular a Rocha a cumplir un examen que quizás tiene menos requisitos para aprobar y sin la necesidad de haber hecho clases.

Con diferencias notorias entre los departamentos de la zona metropolitana y el resto es que las academias de chofer son cada vez más pero no existen demasiados controles.

El cambio prometido.

A Rodrigo le vendieron un pack de clases en una academia a comienzos de 2022. Pagó 9.500 pesos. Hizo las 15 clases que exige la intendencia para dar el examen en Montevideo y, finalmente, en mayo llegó el día de la prueba. Un amigo le aconsejó que hiciera la última clase una hora antes de la prueba, para tener todo “más fresco”. “Me puse nervioso en un repecho y perdí, pero ahora ya no me da para volver a empezar porque me cobran 700 pesos la clase más el alquiler del auto. Me mudé y tengo otros gastos, así que quedará para el futuro”, cuenta.

Distinta fue la suerte de Tatiana, quien aprobó el examen “de primera” a pesar de que solía subirse al cordón al estacionar durante las clases. Dice que le tocó un examinador “buena onda” que le avisó cuando estaba por tocar el cordón para que frenara a tiempo.

A la hora de presentarse al examen, además de que un instructor de una academia debe certificar que la persona hizo las 15 clases mínimas, también es necesario presentar la cédula de identidad, un certificado médico y pagar el trámite que tiene un valor de 2.008 pesos en la capital. Una vez que se presenta todo esto, la persona está habilitada a dar la prueba durante los siguientes 180 días, es decir que en el caso de que pierda lo puede repetir. Según Beloqui, el cobro antes de dar el examen se implementó “en los últimos años” y es “una forma de tener retenida a la gente para que no se vaya al interior”. La habilitación del expediente de la persona por 180 días significa que esta puede dar el examen unas cinco veces en total, pero hay academias que “lo estiran demasiado y dificultan el cumplimiento”, según el representante de los choferes.

Academia de choferes
Academia de choferes, coche escuela, Montevideo ND 20230314, foto Juan Manuel Ramos - Archivo El Pais
Juan Manuel Ramos/Archivo El Pais

Cuando se pierde por primera vez, el examen se puede volver a dar a los cinco días y en el caso de que se pierda la segunda hay que esperar 15 más. Luego la tercera vez se da a los 30 días y la cuarta a los 40.

La existencia de las academias como tal se vincula a la ley 19.824, de setiembre de 2019, que regula el permiso por puntos que todavía no fue reglamentado. “Las academias están pensadas para trabajar en función de eso, pero la reglamentación que tienen hoy son en función de cada intendencia que, como estamos en un período de transición, algunas entendieron tener una autonomía que nunca fue tal”, sostiene el coordinador del Sistema Único de Ingresos Vehiculares (Sucive), César García.

En el caso de Montevideo, por ejemplo, la exigencia de las 15 clases fue modificada en 2018 por el intendente de ese momento, Daniel Martínez, y se solicitó que los interesados en el permiso hicieran unas 25 clases, algo que Beloqui consideró “un disparate”. Al final eso se modificó pero en los hechos solo se derogaron las 25 clases y “no dice en ningún lado” que sean 15 las necesarias. De todas maneras, en la capital las academias y los examinadores se rigen por la cifra.

Por normativa general del Congreso de Intendentes no está contemplada la necesidad de cierta cantidad de clases en una academia para obtener la libreta de chofer. García lo explica: “Te puede enseñar a manejar tu tío o tu abuelo, pero hay que saber manejar, esa es la regla general, algunas intendencias le agregaron cosas”. Ahora, con la ley aprobada desde 2019 y su implementación “en proceso”, según García, el próximo paso es la firma de un convenio entre el Congreso de Intendentes y el Poder Ejecutivo en donde las intendencias asumirán la actualización de las normas procesales y la modificación de los exámenes teóricos y prácticos de todo el país. En ese contexto, la Unasev va a proponer una regulación nueva para todas las academias del país en donde posiblemente Montevideo y Canelones dejarán de ser los únicos departamentos que exigen prácticas y todos los departamentos pasarán a hacerlo.

En este sentido, el coordinador de Jurídica de la Unasev, Pablo Caffarelli, sostiene que habrá una “revisión general” del tema con el fin de crear “algo que sea uniforme y nacional, no departamental”. Las autoridades buscan cambiar tanto el examen práctico como el teórico para que sea idéntico en todo el país.

PROYECTO.

En qué está la libreta por puntos y su regulación

Desde 2019 está aprobada la ley 19.824, en donde se especifica que todos los conductores de vehículos deben contar con un “Permiso Único Nacional de Conducir, con una asignación inicial de puntos”. La ley dice: “Dichos puntos se reducirán por cada sanción firme que se le imponga por la comisión de infracciones gravísimas, de acuerdo al tratamiento que disponga la reglamentación respectiva”. A pesar de que aún no se implementó, la libreta por puntos, viene de la mano de una serie de cambios a nivel nacional que buscan “unificar criterios” en las multas y los exámenes para conducir, según el coordinador de Jurídica de la Unasev, Pablo Caffarelli. Las autoridades creen que no se aplicarán hasta 2025.

“Para el teórico la idea es que salgan preguntas aleatorias de un pull que vendrá del Sucive y en el práctico con un protocolo unificado que además se va a grabar como sucede con los policías en los procedimientos. Esto con el fin de ver si cumplió con los requisitos preestablecidos”, explica Caffarelli y agrega que posiblemente habrá una “inversión importante” de parte del Congreso de Intendentes con respecto a las cámaras y los equipamientos en los lugares donde se tomará examen. La firma de ese decreto se coordinará este mes entre el presidente de la Unasev, Alejandro Draper, y el ministro de Transporte y Obras Públicas, José Luis Falero, según supo El País.

Más allá del examen en sí, también se pondrá en revisión las exigencias para las academias, porque a la Unasev le consta que hace falta una “profesionalización de quienes están impartiendo clases”, según Caffarelli. Además, “se van a pedir las mismas clases en todos lados”, que seguramente sean de “un número menor a 15”, pero eso “estará en discusión”. El coordinador de Jurídica admite que no saben “si eso va a prosperar”.

La lógica de las academias.

Para el director del Instituto de Seguridad y Educación Vial, Arturo Borges, lo que promete el gobierno debe llegar “cuanto antes” porque las exigencias de profesionalización de las academias podrían “reducir la cantidad que se han constituido en el último tiempo” y también “ayudar a evitar una cantidad inmensa de siniestros”. Borges, quien dirige la empresa, subraya: “Todos los días en Montevideo aparece un coche escuela nuevo y es complicado porque el trabajo que hay no es mucho y se reparte ese poco que hay entre muchos competidores, dentro de los cuales sabemos que no hay preparación alguna”. Por lo tanto, el empresario cree que existe cierta “competencia desleal”.

La cantidad de licencias de conducir otorgadas en Montevideo sigue en aumento, a pesar de que Borges asegura que hoy “existe cierto desinterés en la juventud en prepararse para conducir” y cree que el motivo puede esconderse detrás del “auge de aplicaciones como Uber o Cabify”. El director del instituto para choferes afirma: “En los últimos meses se recuperó un poco la cantidad, pero en proporción a la demanda que hay somos muchas escuelas que estamos peleándonos por un mercado que no crece en la proporción que se daba antes”.

Guste o no, hoy el universo de las academias de conducir en Montevideo crece a pasos agigantados al punto de que existen distintos “tipos” de contrataciones dentro de estas. Muchos de los que hoy frecuentan “la pista” con sus alumnos son instructores independientes, es decir personas que ponen su propio auto a disposición de una academia y son contratados de manera tercerizada. El sueldo de estos depende de la cantidad de horas efectivas por día que trabajen. También están los empleados dependientes de una academia que no son dueños del auto y cobran un sueldo fijo. Por último, también están los que son propietarios e instructores, es decir, tienen un auto y además deciden poner una academia de manejo.

Raúl Martínez empezó hace poco. Mientras un alumno lo espera dentro del auto, dice: “A mí me gusta el rubro y me siento útil por empoderar a la gente con la que estoy en contacto. No es un trabajo con el que te vas a hacer millonario y tiene una rentabilidad muy relativa, pero yo lo disfruto”, cuenta. Él arrancó hace un año y medio, y le da un porcentaje de lo que cobra en cada clase a la academia que lo contrató.

TÍTULO.

El curso que se inauguró para “formar formadores”

Hoy ninguna intendencia solicita una preparación especial a las personas que son dueñas de una academia de choferes o a aquellos que van a enseñar a manejar. Este es uno de los principales reclamos de los representantes de las academias, quienes se quejan de que aumentó el número de escuelas en manos de personas que no están preparadas correctamente.

En este sentido, este lunes se inauguró un curso dictado por la Universidad de Valencia en conjunto con el Instituto de Seguridad y Educación Vial de Uruguay que busca “formar formadores”. “Es un curso de 150 horas del que participan 15 países. Durante un año y medio trabajamos para armar los manuales y el contenido. El curso busca certificar de manera universitaria a quienes dictan clases y es la primera vez que se ofrece algo así”, explica el director del Instituto de Seguridad y Educación Vial, Arturo Borges, y agrega: “En España se piden 2.000 horas para tener una escuela de conducir. No tiene sentido que acá no se pida nada”.

En el caso de Emilio González, quien era taxista, el negocio de trabajar para una academia le “sirve” porque si cumple unas 12 o 13 horas al día logra quedarse con unos 60.000 pesos a fin de mes, después de que la academia se lleve un porcentaje de las clases que da en su auto. “Acá en general tenemos buen ambiente y todos tratamos de que nuestros alumnos aprueben porque sirve tener una alta tasa de aprobación”, dice y cuenta que, según sus propios cálculos, hoy el 70% de sus alumnos obtienen la libreta en el primer intento.

No está claro lo que pasará con las 150 academias que hoy funcionan en Montevideo ni tampoco en los departamentos donde no hay ninguna empresa establecida (que son varios) y donde posiblemente se determine que sean necesarias para sacar la libreta. ¿Estamos ante un momento de cambio o se extenderá la falta de regulación? El tiempo dirá.

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