Eloísa Capurro
La profesora Rodríguez tiene 16 años de docencia en Idioma Español y Literatura para Ciclo Básico de Secundaria. Y creía que lo había visto todo. Hasta este año. Sus 38 alumnos de primero llegaron con una computadora XO en la mochila, mezclada entre libros y cartucheras. "Ya sabíamos que íbamos a tener esa realidad y uno se preparó psicológicamente para enfrentarlo", dice. Ni ella ni sus colegas habían hecho cursos que les enseñaran a utilizar unas computadoras diferentes a todo lo que conocían.
El cuerpo docente decidió poner una regla: las XO, omnipresentes en las aulas de Primaria, debían permanecer apagadas y guardadas, salvo que fueran a usarse para alguna tarea específica dentro del aula. "El primer día de clase ellos se portan diferente, no conocen mucho el liceo. Prácticamente no tuve inconvenientes", recuerda Rodríguez, quien prefirió no dar su nombre de pila.
Los problemas llegaron a las pocas semanas. Los alumnos repetidores no tenían XO. Otros no las llevaban porque estaban rotas o bloqueadas por falta de uso. La premisa de "una computadora por niño" se transformaba en cuatro o cinco compartiendo una XO. "La he usado muy poco, sobre todo para la producción de textos. Les gusta escribir en la computadora y les facilita la ortografía".
Las computadoras no permanecieron apagadas mucho tiempo. Los chicos pretendían entrar a sus redes sociales, o chatear, o jugar en horario de clase. "Hubo profesores que no lograban que los alumnos apagaran la XO y tuvieron que sacarlos del salón. Ellos tienen otros objetivos. No van a buscar el caudal de información, les interesa lo que es diversión. El día que entiendan que puede ser un trabajo de enriquecimiento personal será un instrumento muy valioso", opina Rodríguez.
Igual ella es de las afortunadas. Da clases en un liceo de Montevideo, donde (junto a Canelones) ya comenzó el reparto de las XO específicas para Secundaria. Pero en el país ya hay toda una generación de jóvenes que pasaron al liceo con ceibalitas verdes. En algunos departamentos -puesto que el plan fue en etapas- ya se cuentan dos generaciones.
Y si bien desde el Plan Ceibal se asegura que los contenidos de las laptops azules (que tendrán ahora en Secundaria) son compatibles con los de las verdes, los profesores piensan que no. Se quejan de que los programas que llevan están pensados para los niños que fueron y no para los adolescentes que son.
Desde el Plan Ceibal estiman que en marzo de 2011 comenzará la entrega de las nuevas XO en el interior del país. Pero los docentes no tienen muy claro cuándo ni cómo se repartirán. Ellos recién ahora están haciendo cursos de capacitación y, aunque desde el plan aseguran que en un "futuro cercano" se les entregarán las mismas laptop que a sus alumnos, aún no hay una fecha. A muchos todo esto les cuesta: el 30% no tiene conocimientos básicos de informática, según estimaciones.
Mientras, han ido a clases a enfrentar adolescentes hiperconectados, ahora también en el aula aunque en muchos liceos la conexión a internet todavía es un proyecto. Incluso en aquellos donde llegó, hay problemas de conectividad. La semana pasada Antel acordó con Secundaria la ampliación de la banda ancha. El Consejo reconoce que a muchos centros, internet llegará por primera vez con este convenio.
Sin un plan pedagógico claro sobre para qué las computadoras en el aula, cada centro queda librado a su parecer. Algunos enfrentan el desafío de convencer a los padres de que reparen las computadoras rotas o bloqueadas, aunque esto les cueste dinero que quizás no tengan. Según datos de 2010, el 22% de las 390 mil XO no está funcionando. En clases de 25 alumnos solo se encuentran tres o cuatro disponibles.
Además, en su nuevo rol liceal, el Plan Ceibal deberá ahora lidiar con los altos índices de deserción y asistencia intermitente, patológicos en el liceo.
SIN xo EN EL AULA. Martín Tejeda es profesor de Ciclo Básico en la UTU de San José y en la escuela agraria de Raigón. Enseña Ciencias Físicas y Física a grupos de entre 25 y 32 alumnos. Entre un 30% y un 40% de ellos no llevan sus XO a las clases. Algunos tienen su computadora rota, con la pantalla dañada u otros problemas que, al ser por uso indebido, no están cubiertos por el plan. En estos casos se cobra el 50% de lo que sale el repuesto, lo cual puede variar entre 300 y 800 pesos, dependiendo del daño. En la página del Plan Ceibal (www.ceibal.edu.uy) gran parte de los mensajes son debido a pantallas rotas.
"Tenemos que ver la realidad económica del alumno, que es muy diversa", explica Tejeda. En la escuela agraria donde trabaja han recurrido a fondos de la Comisión de Fomento. "Los padres colaboran en algo pero no pueden sustentar el gasto entero. Para muchas familias carenciadas era algo novedoso tener una computadora y así predominan las roturas que no cubre el service".
Otro tema es la conectividad. A la UTU donde trabaja Tejeda, internet llegó recién este año. En su escuela agraria hay banda ancha, pero no funciona siempre. "Tuvimos el sistema colgado. Ahora se ha regularizado. En la Dirección decían que ya habían hablado a Montevideo, pero los técnicos demoraban en venir", recuerda. La primera vez en que internet falló, la escuela no tuvo conectividad durante un mes. La segunda fue un mes y medio.
Para él lo más complicado fue adaptarse al uso de las computadoras en clase. Con pocos conocimientos de informática, Tejeda recién ahora se encuentra haciendo un curso de capacitación para el trabajo con las XO, pero las verdes. Lo que aprendió hasta ahora fue a ensayo y error, y gracias a sus propios alumnos. "Fue bastante complicado el comienzo. Para mí fue una experimentación. Me sentaba con uno de ellos y me las enseñaban y otras cosas, como toda máquina, fui aprendiendo tocando", recuerda.
En su centro hay una profesora que es "referente Ceibal", cargos que Secundaria ha otorgado en los liceos para implementar el plan. Pero también ella se enfrenta a problemas. "La referente no es profesora de informática pero ha hecho un gran esfuerzo para aprender todo lo posible de las XO. Igual hay muchos programas que no sabe manejar. Los manuales están todos en inglés. Y me queda la duda sobre la compatibilidad. En mi asignatura hay muchos programas que yo manejo pero no sé si las pueden instalar en las XO".
Los problemas que Tejeda enfrenta en San José están bastante más extendidos. Según un relevamiento que hicieron este año las Asambleas Técnico Docentes en 73 liceos y publicado en setiembre, el 18% admitió tener carencias en las salas de informática, en números de XO disponibles, o en medios para el funcionamiento de las computadoras. Otro 22% de los liceos reclamaba insumos para el funcionamiento del plan y un 47% solicita formación docente real y previa a la implementación. Un 18% de los liceos dijo estar en desacuerdo con el Plan Ceibal.
"Tener una computadora cada tres niños no es la situación ideal", reconoce Cecilia de la Paz, coordinadora del área de contenidos del Plan Ceibal en el Latu. "Pero si esperamos a la situación ideal, quedamos estancados. La creatividad del docente y la valorización de la herramienta es clave. Y por qué no el trabajo en equipo", agrega.
De todas formas el plan está pensando soluciones para las máquinas rotas o bloqueadas. "Las roturas son mayoritariamente por mal uso y hay que sensibilizar tanto a los alumnos como a los padres. Estamos ayudando para eso. Para el desbloqueo estamos trabajando con referentes de los liceos", estima Magela Fuzatti, coordinadora del área formación.
SIN CONECTIVIDAD. Pablo Macedo es docente de Historia e Informática en Rivera. A su centro, Secundaria envió cinco computadoras. Muchas veces son utilizadas para cubrir las que los estudiantes no llevan. "Cuando en una clase no hay suficientes, conseguimos en otra, o trabajamos de a dos. En los inicios de curso pasó que en una clase de 25 estudiantes aparecen tres o cuatro nomás", cuenta.
En su centro decidieron, junto con sus referentes Ceibal, comenzar talleres con los padres, charlas y jornadas de experiencias conjuntas. Todo para que comprendieran la importancia de que sus hijos llevaran las XO.
"El centro educativo tomó la bandera del Plan Ceibal. Entre los profesores probamos con tal o cual elemento. Nuestro referente coordinó con un soporte para Artigas y Rivera y vino a hacer un taller con una herramienta", señala.
En su centro no hay internet. Y la asignatura de Informática se ha visto obligada a reorientarse. "Una de las cuestiones esenciales tiene que ver con el manejo de la información, cómo accedo, cómo la selecciono, cómo la jerarquizo. Eso sigue siendo un problema que se debe atacar. Aunque los chiquilines tienen obviamente un acercamiento a la herramienta desde un lugar distinto al que estaban habituados". En el Consejo de Secundaria no hay intenciones de suprimir la materia.
"En Historia y otras asignaturas, tratamos de partir de las cosas más simples: escribir, hacer las actividades de la biblioteca de la XO. Y pasamos a otras de un nivel más lógico. Si una aplicación está en Windows, también se instala en la sala de informática por si no hay suficientes XO, que es lo que nos pasa".
Macedo no ha notado que el uso de las computadoras tenga un impacto en bajar las faltas de los estudiantes. Ni siquiera ha visto una disminución de la deserción estudiantil. Tampoco el resto de los profesores consultados, aunque algunos sean más optimistas a futuro. Hasta ahora los números indican que nada cambió. Según el Monitor Liceal de Secundaria, el porcentaje de alumnos que no alcanzaron la promoción en 2009 para Ciclo Básico en todo el país fue de 32%, cifra que viene creciendo desde por lo menos 2007.
"El Plan Ceibal no es mágico", dice Miguel Brechner, presidente del Centro para la Inclusión Tecnológica y Social y ex presidente del Latu. "Es una herramienta para mejorar el sistema educativo", agrega, y aclara que en Secundaria el alumno estará obligado a terminar Ciclo Básico para mantener su XO. Habrá que ver si esto tendrá o no impacto en la deserción.
Pablo Buydid es referente del Plan Ceibal en el liceo de Pan de Azúcar, Maldonado. En su centro también se hizo un fuerte trabajo para fomentar el uso de las XO. A principio de año la mitad estaban rotas o bloqueadas. Hasta los docentes debieron ser estimulados. "Se aprecia un cierto cambio de actitud hacia las ceibalitas en este momento. En los pasillos se ve a los chiquilines con sus XO más a menudo. Los profesores piden con tiempo los equipos del liceo para trabajar en sus clases. Los chiquilines me cruzan y me preguntan sobre algún artículo o foto que apareció en el blog que hicimos", reflexiona.
Pero más tecnología ha significado más acceso a las redes sociales. Y eso también requirió trabajo. "Hay una tendencia persistente entre los jóvenes al uso un poco abusivo de juegos y redes sociales. Hay estudiantes que solo usan sus XO para jugar. Otros entran mucho a Facebook sin conocer sus pormenores. Hicimos una charla que me mostró que el rol de los docentes también pasa por demostrar cuáles son los puntos positivos y los que hemos de tener cuidado".
No solo con Facebook se distraen. Ante charlas de los docentes que apuntaban a prohibir el uso de celulares dentro del aula, Buyid intentó otro enfoque: hacer de ellos una herramienta. Se realizaron salidas en las que los alumnos tomaron fotografías con sus teléfonos para luego incluirlas en proyectos que debían mostrar en clase. Han grabado entrevistas con ellos y han activado cuentas de Google. "Soy muy defensor de la tecnología en el estudio. Aunque esta no desplaza a los elementos tradicionales. Estoy de acuerdo con que no debe ser una herramienta de uso exclusivo, pero sí se puede integrar con lo tradicional", reflexiona Buyid. En nuestro país la discusión recién se inicia.
Las xo en el mundo. Uruguay no es el único que apostó a la incorporación de la tecnología en el aula. Ya otros países lo han hecho y, en muchos casos, han debido dar marcha atrás.
En enero de este año los investigadores Ofer Malamud (Universidad de Chicago) y Cristian Pop-Eleches (Universidad de Columbia) analizaron la experiencia en Rumania, donde el gobierno entregó unos 35.000 vouchers por 200 euros como forma de subvencionar la compra de laptops para niños en edad escolar.
A diferencia de Uruguay, Rumania mantuvo un grupo de niños a los que no les entregó computadoras. Esto es lo que en Sociología se llama "grupo de control".
El estudio, al que accedió Qué Pasa, encontró tanto debilidades como fortalezas. Las brechas de acceso a la tecnología se acortaron y las habilidades en informática de los chicos crecieron. No así sus notas en Matemática, Inglés y Rumano.
Y, aunque también se evidenció un incremento en las habilidades cognitivas, se encontró que ganar un voucher reducía el tiempo destinado a hacer los deberes. Además las laptops no tenían software educacional instalado (que no fue aportado ni por padres ni por niños). Lo único que los investigadores notaron que incidía en el tiempo dedicado a los deberes, era el vivir o no en un hogar con reglas claras acerca de las obligaciones escolares.
En Estados Unidos los profesores Jacob Vigdor y Helen Ladd, de la Universidad de Duke, estudiaron la llegada de banda ancha entre 2000 y 2005 a Carolina del Norte y sus efectos en las notas de alumnos liceales. Entre otras conclusiones, los investigadores encontraron que a mayor banda ancha menores eran las notas en Matemática y lectura. La tecnología, dicen en su estudio, era mejor utilizada en hogares donde el control de los padres era más efectivo o cuando estos ejercían como instructores en el uso de internet.
El académico estadounidense Mark Waschauer estudió varias experiencias de One Laptop Per Child. En un estudio que será presentado la próxima semana, Waschauer señala: "No hay una laptop mágica que pueda resolver los problemas de los pobres del mundo". (ver página 8).
En Uruguay, una experiencia distinta a todas estas, los estudios de evaluación recién se están haciendo. Algunos señalan mejoras en Matemática, pero peores resultados en Lengua. Otros recalcan las dificultades que presentan las computadoras que se rompen o bloquean. Hay quienes señalan incluso que la herramienta no aportó en conocimientos en Geometría, por ejemplo, y que si aísla o favorece la colaboración entre alumnos depende de cada docente. Pero recién ahora se está hablando de una evaluación online que permita utilizar las mismas pruebas para estudiar los efectos del Plan Ceibal.
La brecha digital se acortó. Eso también lo indican todos los estudios. Los niños que viven en el campo y los más desfavorecidos acceden hoy a internet. Pero la computadora no es mágica. Y en los liceos se están empezando a dar cuenta.
15.000
liceales tienen una laptop del Plan Ceibal, llamada XO 1.5.
9.000
inspectores, docentes y directores de liceos se formaron en XO.
Realidad ceibal en uruguay
v Primaria
Según los últimos datos, unos 362.000 niños recibieron una computadora XO perteneciente al Plan Ceibal.
v Conectividad
Unas 2.068 escuelas públicas poseen internet, además de 293 liceos y escuelas técnicas. También hay 96 puntos en lugares públicos.
v Roturas
Un 22% de las computadoras entregadas para 2010 no funcionan. Un 78% están andando.
v Uso
Un 60% de los maestros de Montevideo usa la XO en sus prácticas docentes, aunque todavía muy poco. El porcentaje es del 47% en el interior del país.
v Formación
Un 20,7% de los docentes no se capacitaron aún.
La otra brecha tecnológica
Todo comienza como una clase normal. Salvo que los alumnos son en realidad docentes de Secundaria. Y que en vez de lápices, lo que está en sus manos es la nueva XO 1.5 que ya se está entregando a sus alumnos.
El primer desafío es abrirla. Ricardo, el docente entre los 40 profesores que asistieron al Encuentro Ceibal (unas jornadas con profesores), explica que hay que subir las antenas, presionar la base y despegar la pantalla. Muchos lo intentan y no lo logran. Él se acerca para mostrar el mecanismo y dice que ya se irán acostumbrando.
Entonces comienza a explicar los detalles de estas nuevas XO: pantalla cristal de siete pulgadas y media, dos puertos USB, memoria de ocho gigas, memoria RAM de un giga, procesador de 1,0 megahertz. Todas las características para hacer de esta una computadora más veloz y con mejor conectividad que las XO verdes. Además estas son azules.
La batería dura unas tres horas máximo, así que no servirían para estar siempre prendidas en horario liceal.
La conectividad está pensada para que el 60% del centro esté conectado al mismo tiempo, no más.
Y la distancia desde la cual la computadora reconoce a otras similares en línea, no va más allá de un salón. "Si se rompe la computadora, ¿qué tengo que hacer?", pregunta Ricardo, el docente. "Llamar al Latu", dice una colega. Primera respuesta equivocada. En esa clase apenas una profesora se acuerda de que hay un servicio 0800 especial para estos casos.
Ahora llega el turno de aprender los sistemas operativos, cuya base es Linux.
Y llegan más problemas. "¿Qué es un entorno gráfico?", "¿Cómo hago para salir de acá?", "Me aparece solo una opción, ¿qué hago". El software libre parece haber arrebatado a los docentes la capacidad de investigar por sí mismos, y ante cualquier problema levantan la mano para preguntar. "Es que no se parece a nada de lo que han usado antes", explica Ricardo. Quizás por eso tampoco recuerdan los pasos que él les acaba de explicar. Y por eso algunos se van en el receso, para no volver.
¿Y nuestras ceibalitas?
A José Olivera, dirigente de la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria, también le quedó una interrogante cuando estuvo en la entrega de las XO 1.5 en Suárez. "En el listado había alumnos que tienen lo que llamamos asistencia intermitente (50 o 60 faltas que en promedio es casi un día y medio por semana). Los adscriptos se cuestionaban si entregar o no la máquina. Sin embargo la gente del Centro para la Inclusión Tecnológica y Social (CITS, que hoy engloba al Plan Ceibal) dijo que es un derecho del alumno y que había que entregársela. Vemos entonces que la esfera educativa se ve invadida por otros actores que dudamos conozcan al sistema educativo", reclamó. Para acceder a una computadora XO 1.5 los alumnos deben terminar ciclo básico. Luego, la laptop es de su propiedad Esto, estiman desde el CITS, podría contrarrestar la deserción estudiantil.
Además de los cuestionamientos expresados públicamente en las Asambleas Técnico Docentes, también desde el Consejo de Secundaria hay dudas. El consejero Daniel Guasco dijo que preocupa no solo la utilidad y los requerimientos del plan, sino también la función de las computadoras y quiénes las manejarán. "Hay un hilo muy fino entre lo estrictamente técnico y lo pedagógico, que es muy difuso aún. En la medida que nos apropiemos de la herramienta y le demos un uso didáctico en nuestros tiempos, tendremos mejores condiciones".
En el CITS parece estar todo claro. Según declaró Miguel Brechner, los contenidos estarán a cargo de los docentes. "Nuestra responsabilidad es dar una plataforma y que sea fácil para el docente usar los contenidos. Pero eso lo van a tener que elegir ellos. Las plataformas están en discusión y en construcción".