Publicidad

Blancos al rojo vivo

Compartir esta noticia
Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga. Foto: Marcelo Bonjour.
Archivo El Pais

El ala wilsonista del Partido Nacional está dividida. Por un lado está Jorge Larrañaga, que ya dijo que será precandidato. Y por el otro Verónica Alonso y seis intendentes, que quieren un movimiento propio. La esperanza de ganar en 2019 crece, y con ella las rencillas internas de los blancos.

Todos los jueves, en una fría salita de la Cámara de Diputados, se reúne el "grupo de los ocho". Se trata de Jorge Larrañaga y sus hombres más fieles. Aquellos que se pusieron al hombro una misión que, por lo que marcan hoy las encuestas, no parece ser nada sencilla: lucharán para llevar al Guapo a la Presidencia de la República. Los ocho son los senadores Guillermo Besozzi (Soriano) y Carlos Camy (San José), y los diputados Mario Ayala (Artigas), Omar Lafluf (Río Negro), Richard Charamelo (Canelones), Pablo Abdala y Jorge Gandini (ambos de Montevideo).

Hay dos cosas que Larrañaga repite en cada encuentro. La primera es que si pierde la interna no aceptará ser candidato a la vicepresidencia. La segunda es que esta será su batalla final. "Si no gano, no voy a ser candidato a vice. Y si no gano, ya no me presento más. Esta es la última. Ya tengo 60 años", dice.

La interna blanca tradicionalmente estuvo partida en dos, pero ahora parece haberse dividido en tres. Por un lado está el ala herrerista, hoy alineada tras la figura hasta ahora indiscutida de Luis Lacalle Pou. Por el otro lado está el wilsonismo, que atraviesa tiempos de desencuentro. Alianza Nacional, el movimiento de Larrañaga, está visiblemente debilitado. Seis de los ocho intendentes electos bajo su ala y una senadora, Verónica Alonso —a quien muchos ven como una posible candidata—, le dan la espalda. Pero es un desplante a medias, porque al mismo tiempo no descartan brindarle su apoyo más adelante si el plan que tienen en mente, de impulsar otra candidatura en la interna blanca, no les sale bien.

Es que los intendentes, Alonso y su entorno repiten una y otra vez que Larrañaga se equivocó, que estos no son tiempos electorales, que debió esperar para lanzar su candidatura. Algunos incluso dicen que tiene que dar un paso al costado, y dejar espacio para nuevos liderazgos. Él, sin embargo, se muestra con la misma determinación de siempre.

"Miles de compatriotas me pidieron que levante este proyecto, y eso es lo que pienso hacer", enfatiza Larrañaga. Sobre los que lo critican, señala que "al que se quiera hacer el distraído, o el ingenuo, diciendo que no es tiempo de candidaturas, hay que contestarle que faltan solo 23 meses para las internas".

Larrañaga dice que se vuelve a presentar por el futuro de sus hijos, y que en las reuniones del "grupo de los ocho" nadie habla "de los planes políticos ajenos, sino que se arman las bases para nuestro propio proyecto, que es wilsonista, inclusivo, popular, saravista, descentralizado, que pone el acento en el desarrollo local, en las políticas públicas, en el trabajo, en la educación…". Larrañaga y sus siete hombres ven en él a un candidato de centro. Creen que Lacalle Pou está a la derecha, el Frente Amplio a la izquierda, y que por eso es más factible que él pueda captar a los frentistas desencantados.

Amargo desencuentro.

Unos 20 días antes de que Larrañaga anunciara sus aspiraciones para 2019, el diputado Pablo Iturralde, que lo acompañó en la campaña para las anteriores elecciones pero hoy se muestra más cerca de Alonso y el grupo de los intendentes, le pidió que no presentara su candidatura.

"Yo creo, Jorge, que si lo que tenemos a nivel metropolitano con Verónica, en Montevideo y Canelones, lo juntamos con los intendentes, entre todos armamos un paquete, y de ahí puede salir la candidatura. Ahí vamos viendo quién va prendiendo", dice Iturralde que le sugirió a Larrañaga. Y cuenta que este le contestó, molesto: "Bueno, ¿pero entonces quién va a ser el candidato?".

En esa conversación se manejaron dos nombres: el de Alonso y el del intendente de Cerro Largo, Sergio Botana. Para Iturralde, ambas son buenas opciones. "Botana es un personaje que tiene una cosa encantadora, linda, y a la gente le tenés que dar algo seductor. Pero yo igual creo que este es el tiempo de las mujeres, y Verónica aparece como una referente en el área metropolitana. Tiene determinación. Visualizo a Adriana (Peña, intendente de Lavalleja) como otra buena figura".

Las encuestas ya marcan a la senadora como una posibilidad. Un sondeo de Factum del mes pasado le da 64 puntos de imagen positiva, mientras que Lacalle Pou tiene 57 y Larrañaga 56. A inicios de este mes Interconsult le dio 5% de intención de voto a ella y 5% a Larrañaga. Otro sondeo del Grupo Radar los muestra empatados. En ambas encuestas Lacalle Pou es el favorito.

"Hay que ser buentiempista. Si sacás el bizcochuelo antes de tiempo, está crudo. Si demorás más, se quema", ironiza Alonso. "Larrañaga tomó una decisión legítima, hasta lógica, y tiene todo el derecho de hacerlo. Pero yo creo que no hay que anticiparse en los tiempos, y me parece que está bueno que haya quienes estemos pensando en renovar", agrega la senadora, que si bien aún no confirmó su precandidatura, ya abrió en Twitter la página "Verónica 2019".

Alonso considera que "a veces hay líderes, y Larrañaga lo es, que no tienen por qué ser candidatos. Hay liderazgos que no necesariamente se traducen en candidaturas. Pueden ser tipos de referencia, ocupar cargos importantes… Pero esto no lo define ni Larrañaga, ni Verónica, esto lo define la gente".

Qué trole hay que tomar.

La distancia que separa a Lacalle Pou de Larrañaga es evidente y el "grupo de los ocho" no la niega. Más bien se agarra de lo que marca la historia. "Siempre en el Partido Nacional ha ganado el candidato que no es favorito", plantea Jorge Gandini.

En las últimas dos internas que perdió Larrañaga, en 2009 y 2014, él era el que lideraba los sondeos, pero se impusieron primero Lacalle padre y luego Lacalle hijo. En 2004 él, contra todas las proyecciones, le ganó a Luis Alberto Lacalle. En 1999 Luis Alberto Lacalle logró más votos que el favorito —Ramírez—, aunque no le alcanzó para ir al balotaje. En 1994 Alberto Volonté marchaba segundo entre los blancos en la campaña, pero luego logró ganarle a Ramírez que primereaba. En 1989 pasó lo mismo con Lacalle, que le ganó a Alberto Zumarán y hasta fue electo presidente.

Aunque confían que la regla perdurará para 2019, los leales al Guapo pusieron sus condiciones. Hay algunos que creen que ya no rinde la imagen del "caudillo que se lleva todo por delante", sino que hay que apuntar al trabajo en equipo, como lo ha hecho el ala herrerista. "Ningún proyecto prospera sin un líder fuerte, con sus aciertos y sus errores, pero que conduzca; más allá de eso, la idea es darle a esto una conducción amplia, colectiva, porque la política se ha convertido en una actividad profesional en la que el asesoramiento es esencial", dice Abdala.

"Jorge tiene que reinventar su imagen. Viene con dos derrotas en la espalda, pero tiene una gran experiencia. Nosotros entendemos que tenemos que recorrer este camino y que Jorge es el mejor referente que el wilsonismo puede tener, siempre y cuando tenga voluntad de recomponer el sector...", considera a su vez Gandini.

Por eso es que meses atrás se lanzó la idea de que Larrañaga sea líder de un movimiento más grande que Alianza Nacional, que se llame Juntos, y que sea "un gran paraguas" de varias expresiones políticas. Planteado así, como ellos lo dicen, parece solo un eslogan de campaña, pero lo cierto es que la idea tiene implicancias prácticas. Hasta ahora, las listas para las elecciones nacionales se armaban según los resultados de las internas, y como Larrañaga era el líder del ala wilsonista, encabezaba todas las listas al Senado de esta corriente. En 2019 será distinto: la idea es que, a través de Juntos, haya varios cabezas de lista. Uno, por supuesto, será Larrañaga. Pero también habrá una lista de Gandini, que tiene adeptos en el área metropolitana y ya está viajando al interior del país para captar más. Cuando esta propuesta se lanzó, la idea era que el grupo de los intendentes y Alonso, por separado, también tuvieran listas propias. Ahora, esa posibilidad luce remota.

El grupo de Gandini, que también integrará Lafluf, tendrá su primera reunión nacional el 8 de julio. Ahí se definirá el nombre que tendrá el movimiento y los pasos a seguir. En tanto, "el grupo de los ocho" prepara un encuentro nacional para el mes de octubre. Larrañaga aclara que no será un lanzamiento de campaña, pero a los ojos de los demás servirá para medir quiénes están con él y quiénes no.

No te fíes ni de tu hermano.

En tanto, esta semana se reunirá el grupo de los intendentes. Según supo El País, participarán Botana, Peña, Eber da Rosa (Tacuarembó), Enrique Antía (Maldonado), Pablo Caram (Artigas) y un representante de Dardo Sánchez (Treinta y Tres), que estará alejado de la política hasta fin de año debido a un problema de salud. Botana dice que "no se van a tomar grandes definiciones" hasta que Sánchez regrese.

El jefe de Cerro Largo y Larrañaga hablaron el jueves por la noche por teléfono. Botana jura que no conversaron sobre su candidatura, sino "del relacionamiento interno que hay dentro del Partido Nacional, y de que hay que mejorarlo".

"Nosotros tenemos que tomar nuestra decisión, pero no puede ir en menoscabo de un gran blanco, como lo es Larrañaga, que tiene trayectoria, credenciales y legitimidad para ser candidato", dice Botana. Pero, al mismo tiempo advierte que le "parece bien" que haya un tercer candidato dentro del Partido Nacional, y aunque apunta que no se ha hablado aún del tema entre los intendentes, él piensa que "se puede generar una unión con Verónica Alonso".

Una tercera opción puede abrir un escenario inédito dentro del Partido Nacional, más aún si este espacio fuera ocupado por un candidato (o candidata) fuerte. Sucede que quien obtiene más votos en las internas no es elegido candidato de forma automática, sino que debe ser aprobado por la Convención Nacional del Partido. Si la elección está polarizada con un herrerista y un wilsonista, como ha pasado siempre desde la reforma electoral de 1996, esto no tiene ninguna importancia: se elige al que tiene más votos y punto. Pero, al haber un tercer líder, lo que puede pasar es que los que salgan en segundo y tercer lugar sumen sus votos para derrotar al primero. Este es un pensamiento que ronda la cabeza de Larrañaga.

Sin embargo el Guapo dice que si Lacalle Pou gana por el voto popular, no va a apelar a esta estrategia para pasar por encima suyo en la Convención. "Yo no quiero que el que pierda en la liga, con los votos de la gente, luego termine ganando en la Convención. Apunto a esto: si un candidato saca 35%, y los otros sacan 30% y 15%, no estoy de acuerdo con que estos últimos se junten para ganarle al que fue más votado. El que gana en la interna, gana y punto. Yo aspiro a ser el candidato solo si gano la interna, no aceptaría serlo si salgo segundo", dice Larrañaga.

¿Pero qué pasa si el que gana es él? ¿Es posible una alianza entre Lacalle Pou y el virtual candidato que surja de la unión entre Alonso y los intendentes? Larrañaga prefiere guardar silencio sobre este posible escenario; los otros, en tanto, advierten que este no es tiempo para hablar de candidaturas. Todavía (o solamente) faltan 23 meses. Producción: Paula Barquet

Alonso cree que la atacan por crecimiento en sondeos.

Era agosto de 2014. El Frente Amplio estaba a dos meses de imponerse en primera vuelta y a tres de ganarle a Luis Lacalle Pou en el balotaje. Sin embargo, las encuestas le daban mal al oficialismo y auguraban un posible triunfo del Partido Nacional. En ese marco, la senadora del MPP Lucía Topolansky lanzó la frase "el susto despertó al mamado", porque advertía que las cifras negativas habían logrado despabilar a la militancia frenteamplista. Ahora la frase la repite la senadora Verónica Alonso, cuando es denunciada por una deuda de US$ 30.000 a una imprenta que imprimió listas suyas para 2014. Allegados suyos, en tanto, apuntan a los cercanos a Jorge Larrañaga como los culpables de estas denuncias.

"Me parece bárbaro que se investigue. Me parece mejor, porque yo no tengo nada que ver. Pero que lo determine la Justicia. Si hay algo que pagar, yo lo voy a pagar. Pero esto se parece a aquello de que el susto despertó al mamado. Estoy un puntito, dos puntitos arriba en las encuestas. Aparezco", insinúa la senadora Alonso respecto a una posible reacción de recelo de parte de sus correligionarios.

El diputado Pablo Iturralde denunció en el portal Ecos que "quien está operando esto" —en referencia a las denuncias contra Alonso— "es (Jorge) Gandini", uno de los legisladores hoy más cercanos a Larrañaga.

En abril pasado la senadora y su esposo, el empresario Marcel Gerwer, fueron condenados en primera instancia a pagar estos US$ 30.000, informó el semanario Búsqueda. La deuda corresponde a junio de 2014, antes de las internas. Alonso y su marido apelaron, y sostuvieron que las listas en realidad habían sido mandadas a imprimir por la Iglesia Misión Vida, a la que pertenece el diputado Álvaro Dastugue, que le brindaba su apoyo como candidata a senadora.

"Los pastores surgen a la vida política en el año 2004 con Jorge Gandini, que los recibe, los abraza y trabaja con ellos. Cuando dejan de trabajar con él empieza a haber molestia. Luego, pasa la interna y pierde. De todas maneras, los pastores votan en una lista común con él nuevamente y está encantado. Cuando luego empieza a ver que se separan y trabajan en otro lado vuelve a hacer cosas y está operando determinados temas de prensa para tratar de generar rispideces", advirtió Iturralde.

El diputado también denunció que vio salir del despacho de Gandini a Martín Nyczka, el empresario que entabló el juicio contra Alonso.

Gandini, en tanto, reconoció a El País que Nyczka estuvo en su despacho, pero le quitó relevancia. "Golpeó la puerta, entró, se presentó y me dijo que me quería dejar el expediente. Yo le dije que no lo quería, que no me interesaba y se fue", sostuvo.

"Yo no voy a decir si esta denuncia se gestó de adentro del partido", dijo por su parte Alonso, pero advirtió que "algunos sí piensan esto".

En medio de estas rencillas internas saltó otra polémica en contra de Alonso, cuando en una entrevista con Búsqueda el diputado Dastugue señaló que en caso de que ganaran los blancos se deberían rever algunos puntos de la agenda de derechos, como la regulación del aborto y el matrimonio igualitario, al igual que la regulación del mercado de marihuana.

Esto llevó a que Alonso se viera en la obligación de emitir un comunicado público, en el que señaló que está de acuerdo con la "agenda de los nuevos derechos". "La gran mayoría de los uruguayos estamos felices con esos derechos consagrados como leyes", afirmó, aunque reconoció que algunas de estas reformas no fueron votadas por ella. Al mismo tiempo sí consideró que es necesario hacer modificaciones a la ley de la marihuana, como eliminar la venta en farmacias.

Larrañaga eligió usar Twitter para dar a conocer su postura: "No permitiremos que se afecten las conquistas. Los derechos no se tocan".

El Directorio del Partido Nacional también lanzó un comunicado en el que manifestó que "las únicas opiniones válidas como posición de partido son aquellas emanadas de sus autoridades orgánicas". A su vez, "reivindica el derecho de todos los individuos a vivir según sus concepciones personales, sin más restricciones que las derivadas del ordenamiento jurídico".

Un inicio precoz, seguido de victorias y derrotas.

Él dice que tiene cuatro razones para volver a ser candidato: Jorge, Aparicio, Juan y Faustino, sus hijos. El más grande tiene 28 años y el más chico, ocho. "Son mi razón fundamental. Yo tenía que tomar esta definición, y yo comprendo que haya compañeros que entiendan que no es el momento. Quizá con el tiempo se puedan ir aproximando", dice un optimista y conciliador Jorge Larrañaga.

Al mismo tiempo, es determinante en que tiene las credenciales políticas para decidir sobre su candidatura a su antojo. "Yo renuncié como intendente el 31 de julio de 1999 y salí con una mochilita a juntar votos por todo el país. ¿No les parecerá a algunos que es aventurado emitir juicios por otros compañeros? Yo no corro una carrera presidencial para mejorar una lista al Senado. Yo tengo historia", sostiene.

Larrañaga fue electo intendente de Paysandú en 1990, cuando tenía solo 33 años. Cinco años después fue reelecto. En esos años fue líder del llamado "grupo de los intendentes", similar al que ahora le está dando la espalda, con el que adquiere relevancia a nivel nacional. Es así que sella una alianza con Juan Andrés Ramírez, que termina perdiendo la interna con Luis Alberto Lacalle. Tras esto, Lacalle le pide a Larrañaga que sea su candidato a vice, lo que este declina. Finalmente es electo senador en 1999 con su agrupación, Alianza Nacional, que dice seguir los pasos de Wilson Ferreira Aldunate. "En 1999, en las peores condiciones del partido, yo saqué el 22%, y desde ese entonces lo que he hecho fue competir", señala.

Así, en 2004 gana la interna, pero pierde en primera vuelta con el que él define como "el mejor Frente Amplio", que es el que llevó a Tabaré Vázquez por primera vez a la Presidencia. Pero en 2009 y 2014 cae, primero con Lacalle padre —que luego perdió el balotaje ante José Mujica— y luego con Lacalle hijo, que fue derrotado por Vázquez. Cuando perdió la última interna, Larrañaga prometió no subir más las escaleras del Directorio del Partido Nacional. Luego se fue para su casa en Paysandú por unos cuantos días, antes de confirmar si iba a ser candidato a la Vicepresidencia, lo que luego terminó aceptando.

Este fin de semana estuvo por Colonia. Él reconoce que todo político todo el tiempo está en campaña. Lo mismo dice uno de sus hombres más cercanos, Jorge Gandini, que parafrasea algo que dijo una vez John F. Kennedy: "La primera obligación de un político es ser electo, y la segunda es ser reelecto".

FUTURO, PRESENTE Y PASADO DE ALIANZA NACIONAL.

Jorge Gandini, diputado.

"Yo voy a ir con mi propia lista al Senado y ya no tengo aspiraciones de ser intendente. Ese es un camino agotado. Además, no se sabe qué va a pasar, si va a haber un candidato nacionalista o uno de la Concertación".

Pablo Abdala, diputado.

"Nosotros tenemos que recuperar lo que Alianza Nacional perdió. Esta es una idea que hay que perseguir, y que no hemos logrado aún. Por eso es importante tener dos años por delante. Por eso el anuncio de Larrañaga".

Pablo Iturralde, diputado.

"En Alianza era difícil tener ámbitos colectivos donde decidir cosas. A Jorge cuando le decís pará, escuchame, te escucha. El problema es que está rodeado de gente complaciente. Él tendría que trabajar más en equipo".

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga. Foto: Marcelo Bonjour.

PUJA DE LIDERAZGO A LA SOMBRA DE WILSONCARLOS TAPIA

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad