Iago es un carismático y brillante ser de 10.300 años. Afincado en Santander, formó una familia con Adriana, una paleontóloga de la que se enamoró en la primera entrega de la saga. Ahora, la inesperada vuelta de su hijo Gunnarr, a quien creía muerto desde una batalla en 1600, alterará su tranquilidad. Por su parte, el joven de melena rubia y ojos como los de su padre, regresó para cumplir lo que prometió cinco siglos antes.
* Los hijos de Adán, de Eva Ga. Sáenz de Urturi. Planeta, 336 páginas.
La historia de los longevos
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