Florencia Uslenghi & Leandro Machado Da Silva

Abrir caminos en la ingeniería física matemática

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Pablo Rivara.

En muchos países, la ingeniería física matemática ha demostrado ser una carrera muy valiosa, con egresados que aportan tanto en la academia como en la industria. En Uruguay la formación profesional se consolidó recientemente, tan es así que al día de hoy solo hay tres egresados. Román Demczylo, fue el primero en graduarse en 2024, y luego lo consiguieron Leandro Machado Da Silva, y Florencia Uslenghi, en abril de este año, quienes aparecen en la foto. Entre los tres resumieron qué significa ser ingeniero físico matemático. Según dicen “es una carrera que permite explorar la matemática y la física, pero también descubrir cómo todo eso se conecta con el mundo real. Es una carrera que da la libertad para encontrar tu propio camino: desde las bases comunes, podés llevarla hacia lo que realmente te apasiona”.

Verdaderos pioneros en emprender la carrera, comparten cómo ha sido su experiencia, para motivar a otros a seguir este camino. Roman Demczylo actualmente cursa un doctorado en Ingeniería Física. Su interés por los números le acompaña desde siempre, y la profesión que eligió actúa como un puente entre las disciplinas tecnológicas y las científicas. “Muchas veces, estudiantes que están considerándola me preguntan con preocupación qué posibilidades laborales tienen una vez recibidos. Personalmente recomiendo dos posibles salidas, la docencia o el trabajo en ciencia de datos. Actualmente, la ciencia de datos es un área en constante crecimiento. Cada vez más empresas, organismos públicos y centros de investigación demandan profesionales capaces de manejar grandes volúmenes de datos, aplicar modelos estadísticos o de inteligencia artificial para tomar decisiones informadas. La formación matemática rigurosa que da esta carrera es una gran ventaja en ese campo”.

Leandro Machado por su parte, está cursando la Maestría en Ingeniería Matemática y pretende continuar sus estudios en base al plan de la Maestría en Ciencia de Datos y Aprendizaje Automático. Este salteño radicado en Montevideo, recuerda que matemáticas y física eran sus asignaturas favoritas. Con la claridad de que su pasión estaba ahí, se concentró entre tomar el camino de la ciencia pura o dedicarse a una ciencia aplicada, como es el caso de la ingeniería. Motivado por la ilusión de aplicar sus conocimientos para contribuir al desarrollo tecnológico y al bienestar de las personas, decidió ir por la segunda opción. Al hacerlo, le tocó analizar de nuevo todas las posibilidades, porque lo que quería todavía no existía en Uruguay. Así fue que junto a Florencia y un grupo de compañeros, movieron las piezas para armar el puzzle que hoy es Ingeniería Física Matemática en Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República.

Por tratarse de una carrera recién creada, el camino implicó varios retos que en el presente Leandro observa como grandes enseñanzas. “La vida puede estar llena de momentos felices como de obstáculos, y cada uno los atraviesa con las herramientas que tiene a disposición. Me siento orgulloso de haber superado los diversos desafíos que enfrenté, manteniendo siempre el foco en mis objetivos y disfrutando del proceso”.

En el caso de Florencia Uslenghi, la elección de carrera partió de la indecisión. “El recorrido para elegir qué hacer fue un poco tormentoso”, recuerda. Sin embargo, algunas bases estaban claras. Ella quería estudiar arquitectura, pero tenía una vocación natural por los temas sociales. Un proyecto en el liceo sobre la teoría del caos –lo que se llamó el efecto mariposa– la ayudó a definirse. “En el efecto mariposa; las pequeñas variaciones pueden desencadenar cambios enormes en los sistemas, y siempre me gustó pensarlo desde el lado de una persona, que por más pequeña que se pueda imaginar, puede generar cambios enormes en el mundo. Nunca se sabe cómo nuestras acciones van a repercutir en el mundo que nos rodea. Pensar que podía hacer un aporte desde la ciencia, fue lo que me ayudó a seguir adelante”, explica.

Hoy, Florencia es una referente en ingeniera física matemática. Consciente de ello, trabaja para inspirar a más mujeres para que apuesten por un campo históricamente masculinizado. “Sentí la necesidad de aportar desde mi lugar a achicar esa brecha de género. Quise demostrarme y demostrar que las mujeres no solo tenemos lugar en estos espacios, sino que también podemos transformarlos. Además, también soy docente, y ahí encontré otro motivo: poder acompañar a estudiantes que muchas veces sienten que la matemática es un idioma imposible, algo lejano, casi como si les hablaran en chino. Me hace muy feliz ver cómo empiezan a descubrir que sí pueden, que sí entienden, y que incluso son capaces de disfrutarlo”. Más en www.fing.edu.uy

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