Agostina Colla

Matemáticas fue la única materia que se llevó a examen durante toda la secundaria. Aquel año, recuerda Agostina Colla, su único objetivo in mente era el de aprobarla. Tan concentrada estaba en eso para por fin terminar el liceo, que apenas dedicó tiempo a pensar qué carrera quería seguir. Llegado el momento conversó con amigos, recopiló experiencias, descartó lo que no era para ella y empezó a buscar entre sus aficiones. Le atraían las artes y el diseño gráfico, pero dudó. Las humanidades también le gustaban: historia, filosofía, política. Y fue por allí. “No sabía que existía la carrera de Relaciones Internacionales. Recuerdo que estaba en el living de la casa de una amiga, cuando me sentó estilo coach vocacional, dispuesta a que me definiera por algo. Obviamente, yo también quería hacerlo, no fue forzado. Entonces empezamos a ver universidad por universidad, todas las carreras que ofrecían”. Un enlace las llevó a otro y finalmente Agostina eligió, estudió y se graduó en la Licenciatura en Estudios Internacionales de Universidad ORT. Actualmente cursa el segundo año del Master en Dirección de Comunicación y Marketing en la misma casa de estudios.

“En 2019 seguí muy de cerca la campaña electoral por la presidencia en Uruguay e incluso me involucré en militancia política. Coincidentemente, en el año 2020 hice una pasantía en la Organización de Estados Americanos (OEA), en su sede en Washington DC en el área de Observación y Cooperación Electoral. Si bien el ciclo electoral uruguayo había terminado, seguía los procesos electorales de otros países. Inclusive, tuve la experiencia de ser Observadora Electoral para las Misiones de Observación Electoral de la OEA en República Dominicana en 2020, y en México en 2024”.

De aquellas primeras experiencias lo que más le atrajo fue conocer cómo se posicionan los distintos candidatos, como se vestían, los slogans de sus campañas, los videos de propaganda, la comunicación política en general. Después de una nueva etapa de incertidumbre, tuvo otra charla importante, esta vez con su padre, dibujante vinculado a la publicidad y el diseño, que le aportó la luz que necesitaba para continuar.

Sintiéndose más sólida en su recorrido profesional recibió un mail desde la universidad en el que la invitaban a participar en la beca Projects for Peace, un programa global de Middlebury College que fomenta el desarrollo de respuestas innovadoras y centradas en la comunidad. Agostina se entusiasmó, invitó a Fabi Álvarez, amigo y colega, y eligieron el tema para su proyecto: xenofobia y discriminación. La tutora asignada por ORT les sugirió la manera: “¿por qué no hacen un videojuego?”.

“Nos dividimos los roles: Fabi, siendo poeta haría el guion, y yo, con mis conocimientos en diseño y habilidades de dibujo haría el arte y visuales. Juntos haríamos el acercamiento a instituciones. Pero nos faltaba un elemento clave: un programador. Enviamos la propuesta sin tener ese rol tan crucial definido”. Más adelante encontraron que el estudio Team Brunomir se especializaba en videojuegos como el que idearon. Le presentaron la propuesta y se subieron al proyecto enseguida.

El videojuego se llamó Otra Orilla: Empezar de 0, y en él se desarrolla la historia de un migrante (el jugador), quien debe adaptarse a un año lectivo en Uruguay. El proyecto ganó, pero la vida, que cuela a veces sus enseñanzas más dolorosas en momentos peculiares, la enfrentó a la pérdida de su amigo y colaborador, quien falleció de forma inesperada el pasado 9 de abril, una semana después de haber sido seleccionados.

En medio del duelo, seguir adelante con el proyecto ha sido un reto. Otra Orilla es un juego educativo, dirigido a estudiantes de entre 13 a 16 años, concebido a partir de un cuento visual, en el que las elecciones que tome el jugador le enfrentarán a distintos finales. Su principal enseñanza: las elecciones y cómo interactuamos con los demás, tienen consecuencias. Como la decisión que tomó de seguir adelante con más fuerza, por el proyecto y en memoria de su amigo.

“Mi objetivo es que Otra Orilla esté en la plataforma Ceibal. Cada vez que me siento a dibujar, cuando estoy hasta tarde trabajando, pienso en eso. Ahí está mi horizonte. En lo personal siento mucho orgullo y estoy emocionada por llevar adelante el proyecto. Me gustaría eventualmente que el juego se traduzca al inglés para que también pueda utilizarse como herramienta educativa para incentivar la enseñanza del idioma en centros educativos uruguayos, llegar a otras familias migrantes que están en Uruguay, pero que no dominan el español”. Más en LinkedIn | Agostina Colla