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"¡Vayánse todos a casa!", el insólito pedido al público del Open de Australia

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Open de Australia
KELLY DEFINA

TENIS Y CRISIS SANITARIA

Nuevas medidas de restricción por la pandemia obligaron a desalojar el estadio cuando jugaban Djokovic-Fritz

N ovak Djokovic y Taylor Fritz estaban jugando ayer su partido por el Open de Australia, cuando los organizadores del torneo realizaron un pedido insólito por los altoparlantes del Rod Laver Arena: “Deben abandonar el estadio, o de lo contrario no continuará el encuentro. ¡Váyanse todos a casa!”.

El certamen se estaba disputando con presencia limitada de público, pero un rebrote de coronavirus en la ciudad de Melbourne llevó al gobierno del estadio de Victoria a disponer un confinamiento de cinco días.

“El juego va a continuar. Se establecerá una burbuja sanitaria para los jugadores", dijo el jefe de Tennis Australia Craig Tiley. Se continuará sin público al menos hasta el miércoles. Un foco de covid apareció en uno de los hoteles en el que pasaron la cuarentena varios jugadores y participantes del torneo. Hasta ahora, 13 personas se han infectado, entre el personal del hotel y sus familias.

En virtud de las restricciones, los cinco millones de Melbourne deben permanecer en sus casas a partir de la medianoche del viernes al sábado. Los tenistas, en cambio, contarán con un permiso para desplazarse desde sus hoteles a las instalaciones de Melbourne Park.

LESION. La medida entraba en vigor a las 23.59 del viernes y por eso a las 23.30 comenzó a irradiarse el mensaje. Los espectadores acataron el pedido, aunque algunas personas abuchearon. El juez de silla pidió a los jugadores que se retiraran a los vestuarios durante algunos minutos.

Cuando las tribunas quedaron vacías, se reanudó el juego. Hasta ese momento, Djokovic iba dos sets a uno arriba de Fritz, pero ya sufría una lesión muscular en la zona abdominal que le afectaba tanto en el saque como en los peloteos. Posiblemente eso determinó que el estadounidense dominara el cuarto set por 3-2.

Djokovic fue atendido, perdió el set pero se impuso en el quinto, para ganar por 7-6 (1), 6-4, 3-6, 4-6 y 6-2, después de tres horas y 25 minutos. El serbio debe jugar mañana por los octavos de final ante el canadiense Milos Raonic.

Sin embargo, no es seguro que el número uno mundial mejore como para seguir en el torneo. “Es un desgarro, así que no sé si podré recuperarme en dos días. Hacia el final del partido empecé a sentirme mejor, intenté aguantar y guardar esperanzas. Es definitivamente una de las victorias más especiales de mi vida", comentó.

NADAL SIGUE.. Mientras tanto, Rafael Nadal, número dos del mundo, aquejado de problemas físicos en la espalda desde antes del Abierto de Australia, no encontró dificultades para vencer el jueves en segunda ronda al estadounidense Michael Mmoh.

Nadal se sobrepuso a Mmoh (177º y procedente de las calificaciones), a las molestias físicas y a las ambientales, en forma de unaruidosa espectadora, que fue expulsada cuando, colocada en su campo de visión, se divertía haciendo gestos maleducados con sus manos al español.

“No la conozco y, sinceramente no tengo ganas de conocerla", comentó Nadal con una sonrisa.

El español, que acabó con su rival en una hora y 47 minutos 6-1, 6-4, 6-2 se enfrentará al británico Cameron Norrie (69º), verdugo del ruso Roman Safiullin (183º y salido de las calificaciones).

REMONTADA.. El austríaco Dominic Thiem (3º ATP) mostró serenidad para dar la vuelta al partido que le enfrentó al ídolo local Nick Kyrgios (47º), remontando dos sets para ganar 4-6, 4-6, 6-3, 6-4 y 6-4, ayer en la tercera ronda del Abierto, con un ambiente eléctrico en Melbourne.

En octavos el ganador del US Open jugará con el búlgaro Grigor Dimitrov (21º), que se clasificó por el abandono del español Pablo Carreño (16º) al inicio de la segunda manga.

“Primer partido contra Nick, en su cancha preferida y ante un público fantástico, hay pruebas más fáciles... Es uno de los grandes desafíos e nuestro deporte, nunca sabes lo que puede pasar. Es un gran jugador cuando está entonado como hoy”, dijo Thiem.

En un John Cain Arena casi lleno y volcado con Kyrgios, el 'showman' del circuito masculino funcionó como un reloj en los dos primeros sets. Incluso selló la segunda manga con un saque de cuchara.

"Desde el US Open sé que nada es imposible", subrayó, haciendo referencia a aquella final, en la que perdía 2-0 ante Alexander Zverev para terminar ganando en la quinta manga.

Thiem impuso su tenis consistente ante un Kyrgios que dejó otro buen puñado de grandes golpes.

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