Redacción El País
En una edición cargada de emociones, la 80ª Vuelta Ciclista del Uruguay coronó este domingo a Anderson Maldonado como su gran campeón. El ciclista del Náutico Boca del Cufré, oriundo de Treinta y Tres, se alzó con la malla oro en una carrera que, hasta hace pocos días, no lo tenía como protagonista principal.
Su victoria, que escribe una nueva página en la rica historia del ciclismo uruguayo, se terminó sellando sobre el mediodía en una llegada muy ajustada del pelotón a la Rambla de Montevideo, donde el público le dio la bienvenida a los participantes frente al Sofitel de Carrasco.
Maldonado, de 30 años, tuvo experiencias compitiendo en el extranjero y en este caso no comenzó la Vuelta como el líder de su equipo, ya que Agustín Alonso había tomado la posta. Sin embargo, el destino tuvo otros planes. Durante la etapa rumbo a Paysandú, un pinchazo relegó a este último en la clasificación general y abrió la puerta a que su compañero asumiera el liderazgo del equipo. Lejos de achicarse, el olimareño tomó la responsabilidad con aplomo y creció con el paso de los kilómetros.
El punto de inflexión llegó el pasado sábado, en la penúltima etapa, durante un recorrido exigente de 165 kilómetros entre Santa Lucía (Canelones) y Maldonado. Allí, Anderson mostró su temple y sacó una ventaja de 40 segundos sobre sus perseguidores. Ese triunfo no solo le dio la etapa, sino que lo vistió con la malla oro, la prenda que identifica al líder de la general.
El domingo, en la etapa final, el Náutico Boca del Cufré se convirtió en un bloque infranqueable. Con una estrategia impecable, el equipo protegió a Maldonado de cualquier intento de ataque, asegurando que la malla oro llegara a Montevideo en sus hombros. La imagen de Maldonado cruzando la meta, rodeado del público, fue el broche perfecto para la consagración.
La dura caída que sufrió en 2017
Compitiendo para el Team Kuota PCM, en España, el uruguayo sufrió un duro golpe que derivó en una doble fractura cervical y en varias semanas de inactividad para él. Se dio mientras bajaba un puerto de montaña en una carrera que lo obligó a ser atendido de urgencia en un centro médico.
Con el paso de las horas, salió de cuidados intensivos y pudo volver a caminar sin ser operado, a pesar del mal momento vivido. "Parece que el hueso ya está junto al otro y está soldando, y no va a ser necesaria la operación", le contó en su día a Referí.