Quién era Matilde Itzcovich, la joven promesa del automovilismo uruguayo que falleció a los 16 años

Sus comienzos en el karting la llevaron a grandes actuaciones a nivel nacional que le permitieron comenzar una auspiciosa carrera a nivel internacional.

Matilde Itzcovich.
Matilde Itzcovich.
Foto: Archivo El País.

Redacción El País
El fallecimiento de Matilde Itzcovich, la joven promesa del automovilismo que murió este miércoles a los 16 años, sacudió al mundo del deporte en el Uruguay y la congoja es enorme debido a la temprana partida de una adolescente que se había transformado en una de las grandes promesas del karting.

Esa noticia causó mucho dolor en sus familiares y allegados, quienes la definieron como “una gurisa divina” que ya había conseguido logros históricos para el automovilismo nacional en la temporada 2024 y que este año aspiraba a seguir creciendo.

Es que Matilde Itzcovich se convirtió en octubre de 2024 en la primera uruguayaen correr la gran final de la Copa ROK en Italia, una categoría de karting que utiliza motores monocilíndricos de dos tiempos de 125 centímetros cúbicos. Con apenas 16 años, la joven dijo presente en la categoría Super Rock Senior.

El South Garda Karting de Lonato fue el escenario que recibió entre el 16 y 19 de octubre a más de 400 participantes provenientes de más de 35 naciones.

Matilde Itzcovich en karting.
Matilde Itzcovich en karting.

Matilde llegó a esa instancia con mucho trabajo más allá de que el amor por el automovilismo venía en la sangre. Su papá, Mauricio Itzcovich, corrió en rally de forma intermitente hasta 2023 y luego puso en pausa su propio deseo para poder acompañar a Matilde y Manuel, su hijo menor que también compite en karting.

A los 13 años y en una reunión familiar con tíos y primos, el tema del automovilismo quedó sobre la mesa y a ella le picó la curiosidad. Empezó preguntando pero sin timidez pronto planteó que ella también quería correr.

Fue a un indoor y el dueño del lugar les dijo que ella estaba para más, les sugirió que la llevaran a probar kart y tras seis meses de insistencia la adolescente consiguió su objetivo. Fue a la escuelita del ex piloto internacional Raúl Bruschi y en dos clases ya se notó que ahí estaba lo suyo y en pocos años recorrió muchos kartódromos de Uruguay —su primera carrera fue en el Pinar— Argentina e Italia hasta llegar al Mundial.

Para Matilde era un orgullo representar a Uruguay y era de las que se enojaba mucho cada vez que olvidaban ponerle el Himno Nacional antes de una carrera y también era de las que no tenía problemas en ir a la torre a pelearse con los comisarios deportivos.

Matilde Itzcovich.
Matilde Itzcovich.
Foto: Archivo El País.

Para estar en condiciones para cada cita, Matilde resignó mucho, hasta fiestas de 15 de sus mejores amigas, pero para ella el karting no era un hobby. “Si querés ser o hacer algo, luchás para conseguirlo”, sostuvo en entrevista con El País en junio de 2024.

Su mamá, Bettina, coincidía en esa filosofía y entendía que había dos maneras de hacer automovilismo, sobre todo con ellos que son tan chicos: o se hace profesionalmente o para divertirse. Si se elige la primera opción, está claro que hay que hacer sacrificios. Y su familia sabe mucho de eso, de hecho se mueven en conjunto en un motorhome para estar en cada paso de Matilde, que entrenaba y competía no solo en Uruguay, sino también en Argentina.

Maty, como la llaman sus allegados, no iba al colegio todos los días de forma presencial, sino que seguía los cursos a través de una plataforma porque los entrenamientos le llevaban demasiadas horas. Dedicaba la mayor parte de su tiempo al deporte, pero de todas maneras era muy aplicada, estudiaba idiomas (entre ellos japonés) y guitarra. En esta última faceta es donde se la notaba menos adulta y más como la adolescente que era.

Manuel y Matilde Itzcovich junto a Ignacio Ruglio.
Manuel y Matilde Itzcovich junto a Ignacio Ruglio.
Foto: Peñarol.

Itzcovich se dedicaba casi que en exclusividad al karting para lograr —en un futuro no muy lejano— la meta de ser piloto de automovilismo. En estos casi tres años de dedicación logró podios en categorías como Rotax Uruguay y reconocimientos como el de “proyección internacional femenina” por parte de la Federación Uruguaya de Karting.

Todos esos logros llevaron a que Matilde se convirtiera también en la primera y hasta ahora única mujer uruguaya en la Academia de la FIA.

Por otra parte, en 2023 la piloto fue presentada junto a su hermano Manuel —también corre en karting— como deportistas de Peñarol, club que sumó a atletas de varias disciplinas para apoyarlos y acompañar sus respectivas carreras.

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