Por Redacción El País
Luego de una década, terminó el periplo de Miramar Misiones en la segunda división del fútbol uruguayo. El Cebrita empató 1-1 con la IASA, asciendió a la primera categoría y tiene chances de consagrarse campeón si gana en la última fecha o Progreso no suma de a tres.
"Fuimos los más regulares del año por eso estamos donde estamos. En 30 partidos perdimos solo dos, fuimos muy sólidos, un equipo que hizo bastantes goles y nos hicieron pocos. Creo que es justo lo que está pasando, por eso estoy muy feliz", declaró el capitán Maximiliano Lombardi.
Y quien también está feliz por el ascenso y por los pocos goles recibidos es el entrenador de arqueros de Miramar: el popular Ruben Pipa Rodríguez.
Protagonista de los mejores años de Cerro, que jugó la Libertadores 1995 gracias a sus cuatro penales atajados ante Progreso en la definición de la Liguilla, Pipa ya no estila el gorro y la barba como cuando atajaba pero es responsable del buen nivel del sanducero Luca Giossa en el arco Cebrita.
Pero más allá de la confianza en sus entrenados, Pipa hizo una promesa si Miramar Misiones retornaba a la categoría principal del fútbol uruguayo. Y cumplió.
A sus 56 años, el entrenador de arqueros se animó con mucha técnica a recorrer el largo de la cancha haciendo vueltas carnero. "Promesas son promesas", dijo.
👏🏻 𝐏𝐫𝐨𝐦𝐞𝐬𝐚𝐬 𝐬𝐨𝐧 𝐩𝐫𝐨𝐦𝐞𝐬𝐚𝐬
— Segunda División Profesional (@SegundaAUF) November 29, 2023
Rᴜʙᴇ́ɴ “Pɪᴘᴀ” Rᴏᴅʀɪ́ɢᴜᴇᴢ, entrenador de arqueros, cumplió con lo prometido tras el ascenso de su @miramaroficial. #Temporada2023 pic.twitter.com/P9BFtLJTBo