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Tiros libres: cada vez menos goles y más pelotazos altos o en la barrera

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Barrera en tiro libre
Fernando Ponzetto

LA SEQUIA

En lo que va del Campeonato Uruguayo 2020 solo se convirtieron nueve

Algunos datos encienden las señales de alarma. Por ejemplo, en lo que va del Campeonato Uruguayo 2020, con 26 fechas disputadas, solo se convirtieron nueve goles de tiro libre. El último tanto de Nacional por esa vía se registró el 22 de noviembre de 2019: Felipe Carballo contra Defensor. El más reciente de Peñarol es todavía más antiguo: Cristian Lema a River, el 4 de mayo del mismo año.

¿Qué está pasando con los ejecutantes? Está claro que ya no quedan especialistas de la talla de Pablo Bengoechea, Antonio Pacheco o Álvaro Recoba, aquellos que hacían templar las gargantas de los hinchas mientras acomodaban la pelota, porque la posibilidad de gol era grande.

Aspirar a que todos los años aparezca un sucesor del Profesor, el Tony o el Chino quizás sea demasiado. Pero está ocurriendo, cada vez más seguido, que los tiros libres en canchas uruguayas terminen siendo jugadas desperdiciadas, con un remate demasiado alto o el rebote en la barrera. Son pocos los casos en los que la pelota pasa cerca del ángulo o exige al arquero a una gran atajada. Y los goles, esta temporada, se cuentan con los dedos de las dos manos.

Gol de Pacheco
Gol de Antonio Pacheco en un clásico de 2008

En una época no muy lejana, cada equipo tenía su especialista, el jugador que se hacía temer por su pegada. En tiempos recientes, por ejemplo, a Julio Ramírez lo conocían como “el francotirador del Prado” por sus conquistas para Wanderers. Fernando Correa en River, Pablo Lima en Danubio y Elbio Papa en Huracán Buceo, con diferentes estilos, se hicieron conocer por sus goles frecuentes frente a las barreras. Eso ocurre cada vez menos. Tal vez el más destacado ahora en este rubro sea Hugo Dorrego, de Cerro Largo.

Hasta se extraña a un arquero como Sebastián Viera, autor hace pocos días de un golazo que le dio el triunfo a Junior de Barranquilla sobre América de Cali.

Es cierto, los buenos ejecutantes de tiros libres por lo general son buenos en los diversos aspectos de la técnica, por lo cual se cotizan y terminan emigrando. De los últimos años se puede citar a Luis Aguiar, Leonardo Fernández y Hernán Novick. Leandro Paiva abrió la lista de goleadores de 2020, pero ya no está en Cerro. Otro que sabe pegarle muy bien pero no juega es Rodrigo Amaral, desvinculado de Nacional. Y está el caso de Mauricio Gómez, autor de alrededor de 15 goles de tiro libre (y uno olímpico), también sin equipo actualmente tras su paso por Cerro Largo.

Lo mismo ocurre con Rodrigo Pastorini, quien convirtió para Wanderers frente a Peñarol el año pasado.

En agosto de 2019, Gonzalo Bergessio le anotó de tiro libre a Juventud en Las Piedras, pero no es su especialidad. Gabriel Neves seguramente sea el mejor asistidor de tiro libre ahora en canchas uruguayas, con toques muy precisos, pero en los remates directos al arco no ha sido tan efectivo.

Gol de Recoba
Gol de tiro libre de Álvaro Recoba en un clásico de 2014

En Peñarol, por lo común las ejecuciones están a cargo de David Terans o Jonathan Urretavizcaya. Ambos marcaron buenos goles de lejos con pelota en movimiento (Urreta por la Libertadores), pero no de pelota quieta. En otras temporadas Cristian Rodriguez hizo algunos con su estilo de fuerte remate.

Tabaré Viudez es otro hombre capacitado para la tarea, pero desde su regreso a Defensor se vio afectado por lesiones que le impiden la necesaria continuidad.

Nicolás Rodríguez ha marcado varios para River. Y Maureen Franco a lo largo de su carrera. Pero cuesta ubicar muchos más.

Está dicho que la mayoría de los especialistas hicieron sus valijas para irse a jugar al exterior. Sin embargo, ellos tampoco nacieron sabiendo: la sensibilidad del pie frente a la pelota puede ser natural, aunque se mejora con la práctica habitual y rigurosa.

Queda la duda de cuánto se trabaja hoy en los clubes la pegada para los tiros libres. Incluso se trata de una preocupación individual. El futbolista debe quedarse después del entrenamiento para rematar una y otra vez hasta perfeccionar la ejecución. En estos tiempos de prácticas a puertas cerradas resulta difícil saber quién lo hace (Investigación: Pablo Cupese).

LOS GOLES POR EL URUGUAYO 202
Estos fueron los goles de tiro libre convertidos durante la presente edición del Campeonato Uruguayo, hasta los partidos del miércoles, señalando fecha, autor y partido:
Torneo Apertura:
Fecha 1
Leandro Paiva (Cerro) vs. Peñarol / 1-2
Fecha 9
Agustín Sant’Anna (Deportivo Maldonado) vs. Plaza Colonia / 2-1
Rodrigo Pastorini (Wanderers) vs. Peñarol / 2-0

¿Torneo Intermedio:
Fecha 1
José Alberti (Boston River) vs. Deportivo Maldonado / 5-1
Joaquín Gottesman (Progreso) vs. MC Torque / 2-1
Fecha 6
Hugo Dorrego (Cerro Largo) vs. Progreso / 2-2

Torneo Clausura:
Fecha 2
Leandro Otormín (MC Torque) vs. Fénix / 3-0
Fecha 3
Maureen Franco (Fénix) vs. Plaza Colonia / 3-3
Fecha 4
Darwin Torres (Wanderers) vs. Boston River / 2-2

EL CASO

Mauricio Gómez, el especialista que no tiene equipo

Uno de los principales ejecutantes de tiros libres del fútbol uruguayo actual hoy no tiene equipo, toda una señal de la actual sequía goleadora por esa vía. Mauricio Gómez, quien calcula haber convertido unos 15 en toda su carrera, espera ofertas luego de desvincularse a fin de año de Cerro Largo.

Artiguense, de 28 años, Gómez comenzó en las inferiores de Peñarol y luego pasó por Wanderers, Atlético de Rafaela, Torque dos veces, Defensor Sporting y Cerro Largo. En todos esos clubes mostró su buena pegada, fuerte y precisa. En algún momento, incluso, todos sus goles en primera división habían sido de pelota quieta. Después convirtió unos “cuatro o cinco” en acciones colectivas. Y uno fue olímpico…

De esa galería, el más lindo y a la vez el más valioso fue el que le convirtió con Wanderers a Nacional en 2014. “A partir de ahí no paramos más y salimos campeones”, cuenta a Ovación. También recuerda los dos que le hizo al tricolor jugando por Defensor.

“Ya de chico en Artigas le pegaba bien, aunque luego fui perfeccionando el estilo. Incluso en mi pueblo, en canchas chicas, hice algunos desde lejos”, dice.

“Depende de la distancia, pero casi siempre le pego fuerte. Le pego con la cara interna del pie, no con el empeine. Uno va ‘agarrando’ el golpe que le da suerte. Hay que darle cariño a la pelota…”, se ríe.

Además de la técnica, para Mauricio hay un elemento esencial: “La confianza es cien por ciento. Incluso en algunos equipos hay varios jugadores que, cuando toca un tiro libre a favor, piden para tirarlo. Y así hay menos oportunidades… Pero a medida que fui convirtiendo pasé a ser el principal especialista en cada club que estuve y no hubo discusiones. Me gusta pegarle tranquilo”.

Otra clave es el trabajo. Gómez señala que siempre se quedó luego de los entrenamientos a ensayar la pegada. “Si había arquero disponible, con arquero. Y si no, con el arco vacío. Con una barrera mecánica. Así, con quince o veinte tiros, hasta que quedaba conforme”, cuenta.

La mayoría de sus goles fueron rematando al palo del arquero. “Si van bien, de diez metés ocho, sobre todo si agarrás al arquero cuando está dando el paso para ponerse atrás de la barrera. Yo casi siempre apunto ahí. Una vez le hice uno a Falcón, tirando a su palo. Al poco tiempo nos volvimos a enfrentar. Entonces tiré por arriba de la barrera. Él se quedó parado en su palo y fue gol”.

Mauricio Gómez
Mauricio Gómez lleva 15 de tiro libre. Y uno olímpico...

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