Rinden y son "baratos": el nicho colombiano por el que apostó Perchman tras el caso de éxito de Julián Millán

Hayen Palacios y Juan Pablo Patiño se suman a una estrategia que apunta a un perfil claro: talento colombiano con hambre y margen de mejora. Un camino que el vicepresidente explora cada vez más.

Julián Millán celebra el gol anotado en el partido entre Boston River y Nacional en Florida.
Julián Millán celebra el gol anotado en el partido entre Boston River y Nacional en Florida.
Foto: Enzo Santos.

Una apuesta por el mercado colombiano, con mirada deportiva y lógica económica. Nacional reforzó su última línea con tres nombres nacidos al norte del continente: Julián Millán, Juan Pablo Patiño y Hayen Palacios, quienes pueden coincidir como titulares en la defensa a partir del próximo fin de semana.

Millán como zaguero izquierdo, Patiño en el lateral por la misma banda y Palacios por la derecha, si el técnico Pablo Peirano los alinea juntos, entonces el equipo tendrá a tres de sus cuatro defensas de nacionalidad cafetera.

Detrás de esta decisión hay algo más que casualidad. Flavio Perchman, vicepresidente del club y principal encargado de las gestiones, encontró una franja interesante en relación a la calidad-precio de los futbolistas colombianos. A partir de eso promovió un cambio de lógica: invertir en fichas para potenciar a los jugadores, darles visibilidad y luego generar ingresos por futuras transferencias.

En esa línea, los tricolores abonaron US$ 700.000 por el 50% de la ficha de Millán en enero, US$ 600.000 por el 70% de la de Patiño (adquirida a Once Caldas) y tiene una opción de compra eventual por Palacios.

Julián Millán celebra el tercer gol de Nacional frente a Bahía por Copa Libertadores.
Julián Millán celebra el tercer gol de Nacional frente a Bahía por Copa Libertadores.
Foto: AFP.

Millán fue el primero en sumarse a este proceso. Tiene 27 años, es zurdo y desde su llegada se consolidó como uno de los nombres fuertes en la defensa de Nacional. Su arribo no fue sencillo. En su momento dejó pasar una oferta de US$ 1,2 millones de Junior de Barranquilla y también rechazó un llamado de Peñarol porque ya había dado la palabra. Nacional tuvo que mejorar la oferta -de US$ 500.000 a US$ 700.000-, pero su decisión de dar el salto al futbol del exterior estuvo por encima de todo.

El colombiano no nació futbolísticamente como defensa. En sus comienzos fue volante central, hasta que su representante Miguel Cardona le insistió en que debía transformarse en zaguero. “Vas a ser uno más en Colombia, pero si pasás a jugar de central vas a dar otro salto”, le dijo. Aunque al principio aceptó con enojo, con el tiempo entendió que fue un cambio decisivo. “Hasta hoy lo recuerda”, contó Cardona a Ovación. Aquel viraje lo terminó catapultando: Independiente de Avellaneda llegó a ofrecer US$ 4,5 millones por él en este mercado, Talleres de Córdoba estaba dispuesto a poner US$ 2,5 millones sobre la mesa y desde Arabia también manifestaron interés. Nacional, sin embargo, lo declaró intransferible.

Ahora, su relación con el club va más allá de lo deportivo. Tiene afinidad con sus compañeros -se llevaba especialmente bien con Jeremía Recoba, a quien le confesó que quería conocer a su papá- y valora el respaldo del cuerpo técnico.

Peirano lo conoce de su etapa en Independiente Santa Fe, donde lo dirigió y fue quien dio referencias directas cuando en verano le preguntaron por él. Pero eso no es todo. También está siendo seguido de cerca por la selección colombiana, que tendrá una nueva citación a finales de agosto. Millán, cuyo pico de velocidad es de 35,7 kilómetros por hora, es una opción rápida de zaguero por izquierda.

El segundo en sumarse a esta columna colombiana fue Juan Pablo Patiño, lateral izquierdo de 26 años, que llega tras destacarse en Once Caldas.

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Juan Pablo Patiño, lateral de Nacional.
Foto: Instagram

Su historia es singular: estuvo a punto de dejar el fútbol. “Estaba desmotivado, iba a dejar todo. Tenía mucha proyección en Deportivo Cali, pero no había lugar para él”, relató su agente. Vivía frustrado hasta que cumplió su sueño de debutar en Primera División. Como último intento, se probó en Bogotá FC y quedó. Desde entonces, creció a pasos firmes y se convirtió en una de las revelaciones del torneo colombiano. Millán también dio buenas referencias sobre él.

El último en llegar fue Hayen Palacios, lateral derecho de 25 años, que arribó a préstamo por un año desde Athletico Paranaense, con una opción de compra de alrededor de US$ 500.000. El club brasileño se hace cargo de una parte de su salario.

Su historia más reciente tiene altibajos. Debutó con gol en Brasil y su equipo ganó el clásico contra Paraná, pero luego perdió la titularidad y también estuvo algunas semanas al margen por un esguince de tobillo. No juega oficialmente desde abril y su salida se dio porque no iba a ser tenido en cuenta por el entrenador Odair Hellmann, nombrado DT en mayo.

Hayen Palacios, jugador de Nacional.
Hayen Palacios, jugador de Nacional.
Foto: Paranaense.

“Soy un lateral de mucho ataque. Tengo un estilo de juego muy rápido. Aprovecho la velocidad para sumarme desde atrás, ocupar espacios y también marcar goles”, dijo ni bien llegó al fútbol brasileño. El último colombiano en su posición fue Sergio Otálvaro.

Entre Millán, que ya está consolidado, Patiño, que viene con ritmo, y Palacios, que buscará adaptarse rápido, Nacional suma tres nombres con sello colombiano en su defensa. Una fórmula que combina apuesta, proyecto y rendimiento. Y que puede marcar un antes y un después.

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