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Orlando Petinatti: Lo que hizo con el gol del "Chino" y la charla técnica que le hubiera gustado escuchar

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Orlando Petinatti. Foto: Leo Mainé

EL FÚTBOL Y YO

El conductor de radio y televisión es un apasionado hincha de Nacional que rinde homenaje a las generaciones que llevaron al club al lugar más alto.

Orlando Petinatti no oculta su fanatismo por Nacional. Cada vez que puede luce con orgullo la indumentaria tricolor. Admira a las grandes generaciones de futbolistas que le dieron títulos internacionales al club y obviamente coloca a Álvaro Recoba también en un lugar muy alto. Y no se olvida de los directivos y en ese caso pondera la labor de Hernán Navascués.

-¿Cómo nació el hincha de Nacional?
-Nací en 1968 por lo que a los 3 años, con Nacional Campeón de América y del Mundo en 1971 esos colores se metieron en mi alma para siempre. En mi casa, mis viejos no fueron muy futboleros y eran hinchas del otro cuadro por lo que eso me favoreció a la hora de saber elegir correctamente.

-¿Cuál es el primer recuerdo que tenés como hincha tricolor?
-El primer recuerdo tiene que ver con los festejos de esas conquistas. Si bien tenía pocos años, el azul, blanco y rojo, invadió el país. Ver las camisetas y los colores me hacía repetir el nombre del Campeón mil veces. Recuerdo además, esa foto histórica del equipo posando para los fotógrafos, todos de brazos cruzados, todos serios con los grandes jugadores de la gran hazaña tricolor.

-Cuando eras chico, jugando en la calle con tus amigos, ¿qué futbolista eras?
-Al arco todos éramos Manga y más adelante, ¡Rodolfo! (Rodríguez). Era atajar cualquier pelota y gritar el nombre de los dos, cada uno en su época. Si jugabas adelante, varios eran los nombres, (Luis) Artime, (Luis) Cubilla, ‘Cascarilla’ (Julio César) Morales, y luego (Waldemar) Victorino, o tratabas de pegarle fuerte como (Arsenio) Luzardo o de volea como (Eduardo) De La Peña.

-¿Y cómo eras como futbolista? ¿De qué jugabas?
-Jugaba arriba y algún gol metía, pero era más fuerza que técnica. No era habilidoso. En realidad me gustaba más marcar que eludir.

-¿Cuál fue la cosa más loca que fuiste capaz de hacer por Nacional?
-Siempre fui un chico introvertido y muy tranquilo pero celebrar el campeonato del Mundo de 1988 fue uno de los momentos más espectaculares como hincha, caminando desde Pocitos hasta el centro a puro grito. Pasar horas y horas hasta la mañana siguiente y festejar en la Plaza Cagancha viendo pasar autos, camiones repletos de gente y miles de personas coreando “Nacional Campeón” fue el gran momento como hincha. De las “cosas locas” en esa época, cuando vino Nacional al aeropuerto, ir hasta allí y acompañar el equipo por toda la rambla. Mucho se habla de la llegada de la Celeste en 2010, pero en esa llegada del bolso campeón del mundo en la rambla, había más gente.

-¿Acompañas al equipo desde la tribuna?
-A veces voy al Parque Central, a veces me quedo en casa mirando el partido por televisión. Cuando hacemos un golazo, una jugada increíble, cuando hacemos algo diferente me sale el hincha fanático.

-¿Y en alguna campaña internacional acompañaste a Nacional al exterior?
-Es un tema pendiente que tengo. Siendo adolescente no era fácil y de grande por el trabajo no tuve oportunidad de hacerlo. Pero a la próxima final de la Libertadores me tiro seguro.

Un gol inolvidable

El tweet premonitorio y la fe enorme

“En el clásico de los descuentos yo había escrito un tweet que decía ‘ahora entra Recoba y los clava’. Después, en cada córner y en cada tiro libre yo ya iba escribiendo el tweet del gol. Estaba absolutamente convencido que lo iba a hacer. Por eso yo tenía preparado el tweet, era apretar ‘enviar’. Entró la pelota y fui el primero en tuitear. Fue un disfrute muy grande”.

-¿Sos de cantar canciones de la barra? ¿Hay alguna que no te guste la letra?
-Me gusta mucho acompañar junto a mi hija (Amy, 12 años) las canciones de la barra y disfruto mucho de escucharlas y de cantarlas cuando el Parque repleto canta con el corazón. No me gustan las canciones que hacen referencia a violencia o a otro equipo, de todas maneras, si tienen un mensaje divertido, las canto igual.

-Si en el pasado te hubieran dado la oportunidad de elegir un lugar para ocupar dentro de Nacional, ¿qué te hubiera gustado ser: jugador, entrenador, dirigente?
-Jugador, ¡sin dudas! Y me hubiera gustado ser el ‘Vasco’ (Santiago) Ostolaza en la final del mundo de 1988. Es verdaderamente podría haber sido una muy buena elección.

"Si dejo de lado los futbolistas, mi admiración va para Hernán Navascués, toda una institución dentro de Nacional".

-¿Quiénes son los grandes ídolos del club? ¿A quiénes admirás más?
-Los grandes ídolos son los que se relacionan con los grandes triunfos o con momentos de alegría. Los campeones del 71, del 80, del 88, todos. Admiro el temple, la rebeldía y la garra que tuvieron en su momento para lograr esas conquistas, porque las diferencias futbolísticas y físicas eran muy grandes en el mundo. Si tengo que nombrar a algunos futbolistas, son los que ya te mencioné antes y a ellos les sumo a (Álvaro) Recoba, (Hugo) De León, (Sebastián) Abreu. Y si dejo de lado los futbolistas, mi admiración va para Hernán Navascués, toda una institución dentro de Nacional.

-¿Cuál fue el gol que gritaste con más ganas?
-El del ‘Chino’ sin dudas. Dimos vuelta el clásico en cuatro minutos y fue un disfrute muy grande. Por razones laborales, por la radio, no grito mucho los goles para no afectarme la garganta pero ese gol lo grite tanto que estuve tres días disfónico y mientras lo gritaba me estaba dando cuenta que me estaba enloqueciendo y mis cuerdas vocales también. Salí al aire espantosamente mal porque dejé la garganta de gritar como un loco, pero te aseguro que valió la pena.

"Dejando de lado el clásico de los descuentos, me quedo con el ‘clásico del susto’. El clásico donde el manya no quería que el ‘Loco’ Abreu quedara habilitado para jugar y ganamos 3-1 con dos goles de Abreu”.

-¿Cuál fue el mejor clásico que viste? O si querés, ¿el que tuvo un sabor especial?
-Dejando de lado el de los Descuentos, me quedo con el “clásico del susto”. El clásico donde el manya no quería que el ‘Loco’ Abreu quedara habilitado para jugar y terminamos ganando 3 a 1 con dos goles del ‘Loco’ y uno de (Horacio) Peralta. Fue una fiesta total, incluso en las tribunas desde donde cayeron miles de rollos de papel higiénico. Si no recuerdo mal, la reserva terminó 5 a 0 y el partido de fondo fue un paseo. Pero dejame decirte que otro clásico que me hubiera gustado ver fue el “clásico de la garrafa” ese hubiera sido histórico futbolísticamente hablando y terminó siendo histórico por otras razones.

-¿Cómo definirías lo que es Nacional para vos?
-Nacional es sonrisas, alegrías, gritos de gol. Es el equipo que uno eligió para festejar y para bancar las difíciles. Es historia pero también es presente, es abrazarse con amigos y abrazar una pasión que nos infla el pecho.

-¿Cuál fue la época de Nacional que disfrutaste más como hincha?
-El Nacional de 1988. Tenía 20 años, y si bien la de 1980 también la disfruté, la de 1988 fue una fiesta completa, desde la final de la Libertadores en la Olímpica, en un estadio repleto ganándole a Newells hasta los festejos luego del penal de Tony Gómez en Tokio. Todo fue perfecto, soñado.

-¿Qué charla técnica te hubiera gustado oír?
-Lamento ser reiterativo pero me hubiera gustado estar en el vestuario en la charla técnica en la final de la Libertadores de 1988 y sobre todo en el túnel antes de salir a la cancha, donde dicen que pasó de todo...

-¿Cuánta ropa de Nacional tenés? ¿La usas? ¿De chico tenías camiseta?
-De chico solo tuve una camiseta y aclaro que no era fácil tener las oficiales por aquellos tiempos. Hoy día, no solo tengo las oficiales y la indumentaria que me gusta sino que gracias a Umbro y TimeOut desde que nació mi hija todos los años le regalo una con el año que cumple en la espalda. Del 1 al 12 tiene todas y es un disfrute tener la del bolso, usarla, guardarla, mirarla, volverla a guardar, usarla otra vez y ¡mostrarla orgulloso!

el libro

30 años de Malos Pensamientos

Orlando Petinatti celebra los 30 años de "Malos Pensamientos" con un libro que se distribuye con El País. Titulado "Malos pensamientos, 30 años del programa que cambió la radio", el libro es obra del periodista Esteban Leonís y fruto de muchas horas de charlas con Petinatti, además de un buceo profundo en el archivo del programa. Está disponible en los kioscos desde el pasado viernes 3 de diciembre. Se puede reservar en la web de Coleccionables - El País, llamando al 29004141 o a su canillita.

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