EFE
Un gol a toda velocidad, en apenas en dos minutos y 47 segundos, del capitán Enzo Fernández impulsó este domingo la victoria del Chelsea contra el Liverpool de Darwin Núñez, al que le terminó convirtiendo el gol de la tranquilidad en el tramo final del partido.
El conjunto londinense está quinto en la tabla de posiciones, con los mismos puntos que el cuarto, el Newcastle, su próximo rival. Uno más arriba está el Manchester City, tercero. Más lejos quedó el Arsenal, segundo, pero no tanto como se podría prever a lo largo de la temporada: cuatro puntos. Quedan tres jornadas para el cierre del campeonato. La Champions, en ebullición.
Al Chelsea le interesa ese pase por encima de todo en este curso. Es su objetivo. Su salvación de la temporada. Ni siquiera la Conference League, la posibilidad de un título, pero con la medida que le otorga el hecho de que el conjunto 'blue', por ejemplo, ganó la Champions hace apenas cuatro años.
Ya campeón matemático el Liverpool, con todo lo que eso supone en términos de rotación, el 1-0 del Chelsea fue llegó de manera tempranera, antes del tercer minuto de juego, por intermedio del mediocampista Enzo Fernández.
En concreto, a los dos minutos y 47 segundos, el argentino, llegador y concluyente, se sintió ante una ocasión inmejorable con el control con la izquierda y con el remate con la derecha solo ante Alisson Becker. El pase desde la derecha lo había entregado Pedro Neto. La jugada surgió de Cole Palmer. Un impulso para el Chelsea.
Entre la posesión del Liverpool, que solo contó un tiro entre los tres palos en el primer tiempo, el Chelsea jugó a lo que quería, más vertical, al contragolpe, para explotar la velocidad de sus futbolistas ofensivos y la relajación de su oponente. A los 5', Madueke dispuso de la segunda ocasión. Hubo más. Otra de Pedro Neto y otra más de Madueke ya al borde del descanso, que terminó en gol invalidado por fuera de juego.
Sí valió el 2-0, que retrató el partido. Cole Palmer desbordó por el lado derecho, centro al área, la pelota quedó suelta tras un rechace y Van Dijk despejó contra Quansah. Un gol ridículo, en contra del segundo, pero con responsabilidad absoluta del primero, que ya propició una situación similar hace tres jornadas, en el triunfo sobre el West Ham.
Era aún tan solo el minuto 55, entonces con tan solo aún un remate al arco del Liverpool y con el gesto serio de Arne Slot, que cambió inmediatamente después a Alexander-Arnold y Diogo Jota para dar entrada a Conor Bradley y Darwin Núñez, en la búsqueda de un cambio de paso en Stamford Bridge, con la derrota ya tan a la vista.
Entonces, el Liverpool aceleró. De pronto, Colwill se cruzó milagroso para repeler la ocasión para el 2-1, Darwin Núñez remató mal un centro al área y Salah cabeceó desviado. En la otra área, Alisson Becker evitó el 3-0 ante Jadon Sancho y el palo despejó una gran acción de Cole Palmer.
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— Futbol de Inglaterra (@Mercado_Ingles) May 4, 2025
Y el Chelsea sufrió hasta el final, porque Van Dijk lo advirtió con un cabezazo que supuso el 2-1. Era el minuto 84. Un encuentro ganado por el conjunto londinense ya no pareció tan resuelto, por más que había sido mejor casi siempre el bloque de Enzo Maresca. Un penal a Moisés Caicedo en el minuto 95 sentenció el duelo. La pena máxima la transformó Cole Palmer, reencontrado con el gol tres meses y medio después.