Mirá el video: un individuo se infiltró en el Palermo e increpó a Jadson Viera en la goleada de Boston a Miramar

Redacción El País
La fecha 13 del Torneo Clausura terminó a última hora del domingo con el partido entre Miramar Misiones y Boston River, que fue goleada del Sastre 4-0 a un equipo que comenzó el partido descendido porque lo condenó el empate de Wanderers con Nacional minutos antes en el Parque Viera.

Visiblemente golpeado por la situación, el equipo de Villa Dolores no fue rival para Boston River, que en poco más de media hora le convirtió los cuatro goles que consumaron la goleada.

Pero el hecho más insólito de la jornada se dio minutos después del cuarto gol de Agustín Albarracín, cuando un civil se coló al campo de juego para increpar —vaya uno a saber por qué motivo— al entrenador del Sastre, Jadson Viera.

Corría el minuto 39' de juego en el Parque Palermo cuando el árbitro Javier Feres debió interrumpir el partido por una situación extraña: un civil de pantalón deportivo gris y remera negra apareció adentro de la cancha y caminó entre los jugadores hacia el banco de suplentes de Boston, mientras señalaba con el dedo al DT del equipo rojiverde.

El individuo se metió por un agujero que hay detrás del arco que está ligado a la cancha de fútbol 5 de Central Español y, con una caminata tambaleante y balbuceando palabras que pocos pudieron entender, fue directo a increpar a Jadson Viera, nadie sabe bien por qué motivo.

Las principales teorías son que el hombre es hincha de Miramar Misiones y no soportó el haber descendido incluso antes de jugar su partido, y que encima en pocos minutos Boston River le embocara cuatro goles. Que por cómo estaba cada equipo en la cancha, todo parecía indicar una goleada histórica que al final no llegó.

“Ponelo, Jadson”, le gritaron un puñado de hinchas del Sastre que veían el partido desde la tribuna, detrás del ese banco de suplentes.

Finalmente, los efectivos de la Policía de Montevideo intercedieron y escoltaron al sujeto hacia afuera del Parque Palermo. Con el mismo caminar tambaleante y la mirada perdida, notoriamente pasado de copas, el hombre se retiró del lugar y el partido pudo continuar.