Gonzalo Mastriani (30) atraviesa un gran presente en Brasil. Aunque su equipo, el América Mineiro, no pasa por su mejor momento en la serie A del Brasileirao, se clasificó a los cuartos de final en la Copa Sudamericana y él se afianza en el fútbol norteño a fuerza de goles y madurez. En el último cruce del equipo con Red Bull Bragantino, anotó un doblete y puso el empate en la hora, para forzar los penales que metieron a su equipo entre los ocho mejores.
La historia de Mastriani no es la del joven que logró “el sueño del pibe” y todo le fue bien desde siempre. Sino que en el sinuoso camino del fútbol hace pocos años consiguió relanzar su carrera para encontrar el éxito.
Su recorrido arranca en Cerro, hace más de 10 años. Tuvo un pasaje por el fútbol europeo que lo llevó a los italianos Parma y Crotone, Gorica de Eslovenia y Ollanense de Portugal. Sin embargo, no la pasó bien desde el punto de vista económico y emocional. Tuvo experiencias en México, (Tampico Madero y Oaxaca), pero volvió a Uruguay para pasar por Rentistas, Sud América y recalar, finalmente, en Boston River en 2018 donde empezó a reconciliarse con el fútbol.
“Cuando estuve en Sud América (2015-2016) y en Rentistas (2017) estaba saliendo de un momento duro que había sido mi paso por Europa, mi cabeza no estaba totalmente enfocada y centrada para el fútbol”, destacó. Y agregó: “En Boston River volví a jugar, tener muchos minutos y sentirme bien dentro de la cancha”.
Entre 2019 y 2021 jugó en el Guayaquil City, para luego llegar a uno de los grandes del país tropical: Barcelona. De ahí fue que en el mercado de pases de mitad del año pasado el América Mineiro de Brasil decidió hacerse de sus servicios.
En Ecuador encontró su lugar: “Ahí relancé mi carrera. Encontré los goles, me sentí querido y valorado. Tuve la oportunidad de pasar a un equipo grande como Barcelona. Hoy estoy muy contento en Brasil, que la considero la mejor liga de Sudamérica, y estar haciendo goles y jugando me hace sentir bien y espero seguir así”, subrayó.
Su momento en Brasil
En 2023, Mastriani encontró su lugar en América Mineiro y lleva anotados 10 goles en 21 encuentros. De esa decena de tattoos seis los convirtió en Copa Sudamericana donde tiene un promedio de un gol cada 90 minutos. “Personalmente está siendo un buen momento, estoy ayudando al equipo y convirtiendo goles importantes”, destacó el delantero.
América, que está último en la tabla del Brasileirao y pelea por quedarse en Primera (ayer perdió con Goiás 1-0), pasa por un momento difícil: “El equipo no está en gran momento y tenemos que despertarnos ya realmente; son importantes los goles para ayudar para que podamos salir de esa situación”, indicó.
La situación en lo internacional es otra. El conjunto superó el Grupo F de la Copa Sudamericana que compartió con Peñarol y clasificó segundo. En la fase intermedia eliminó a Colo Colo y en el partido de octavos de ida empató con el Red Bull Bragantino. “Estamos compitiendo bien para el equipo que somos, que no ganó nunca la competición, que estamos formando nuestra historia. Estoy contento por aportar, hacer goles y más en un fútbol tan competitivo como el de Brasil”.
Sin embargo, no todo fue color de rosas, no llegó a Brasil para convertirse en la figura y el goleador que es hoy. “Al principio costó un poco. Es un fútbol muy dinámico, con mucha intensidad, muy físico y donde se juegan partidos cada tres días, no hay descanso, se viaja mucho y los viajes son muy largos. Entonces, hay que estar preparado física y mentalmente porque es duro, la familia está lejos mucho tiempo y los partidos son realmente competitivos. Son muchos equipos grandes e importantes, con calidad que lo hacen a uno estar siempre preparado al 100%”, señaló.
Ahora se siente más cómodo: “Estoy mucho mejor, fuerte y con ganas. Cuando uno juega y convierte goles eso lo motiva, quiero seguir adelante y por más”, remarcó.
Sobre por qué se encuentra tan bien en la Copa Sudamericana, no lo sabe a ciencia cierta. “Estoy ayudando al equipo, con nivel y convertí goles. Realmente empecé a jugar este año en la Sudamericana porque no venía teniendo minutos en el equipo al inicio de año y mi primer partido fue con Peñarol, convertí dos goles y eso motiva mucho”, sostuvo.
Esos dos primeros goles ante el aurinegro abrieron el camino del éxito. “Realmente en ese momento lo vi como una oportunidad. No estaba teniendo minutos y poder jugar mi primer partido contra Peñarol, en un torneo internacional, lo vi como una oportunidad. Gracias a Dios se me dio la mejor manera, convertí dos goles, ganamos el partido y al mismo tiempo pude ganarme mi lugar, mostrarle al entrenador y el equipo que podía aportar. Además, fue contra un equipo uruguayo, que es de dónde soy y que uno siempre quiere estar ahí mostrándose un poco, así que me sentó muy bien y fue un momento muy lindo”, concluyó.
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