Redacción El País
Con las elecciones de ayer, el Club Atlético Peñarol dio un nuevo paso en su vida institucional, que tuvo 24 presidentes elegidos por los socios hasta Ignacio Ruglio, en una lista histórica que contó con profesionales, empresarios, políticos y algunos que se convirtieron en verdaderos caudillos.
Tres de las tribunas del estadio Campeón del Siglo llevan los nombres de esos líderes: Gastón Güelfi, Washington Cataldi y José Pedro Damiani. Entre los tres suman 47 años de la vida aurinegra en forma casi consecutiva: solo los separa la presidencia de Carlos Lecueder, quien en el período 1985-1986 fue un titular surgido de un compromiso entre el “cataldismo” y el “damianismo”.
Cataldi formaba parte del movimiento que en 1958 llevó a Guelfi a la presidencia; primero como secretario y delegado, después como vicepresidente. Cuando aquel falleció repentinamente, días antes de las elecciones de 1973 a las que se presentaba nuevamente, Cataldi fue continuador de su línea hasta 1984, con un regreso breve en 1991-1992. Damiani formó parte de varias de sus directivas, pero en esencia era un dirigente opositor, hasta que pudo asumir como “primer mandatario” en 1987, hasta 1990. Regresó en 1993 y estuvo allí hasta su muerte en 2007. Lo continuó su hijo Juan Pedro hasta 2017.
Antes de ellos, lo más común fue que el presidente se mantuviera por solo un período, aunque varios retornaron al cargo en elecciones posteriores. El otro dirigente que actuó por un período mayor fue Julio María Sosa, entre 1921 y 1928.
En la época del CURCC la titularidad formal del club estaba directamente vinculada a las autoridades de la compañía ferroviaria, todos británicos: Frank Henderson (1891-1899), Frank Hudson (1907-1909), Roland Moor (1907-1909) y Percy Segfield (1909-1913). En la asamblea del 13 de diciembre de 1913 se designó presidente de transición a un uruguayo de origen inglés, Jorge H. Clulow.
El primer presidente elegido por los socios fue Francisco Simón (1916-1917). Abogado y dirigente colorado, inició una época en la cual los presidentes aurinegros estaban vinculados al Partido Colorado, ya sea al batllismo o los sectores que se le oponían en la interna. Muchos de ellos, en posiciones de primera línea. Hasta el hijo de José Batlle y Ordóñez, César Batlle Pacheco, ocupó el cargo en 1919. Julio María Sosa era un hombre cercano a Batlle y Ordóñez que luego lo enfrentó; fue presidente del Consejo Nacional de Administración. Alberto Demichelli, además de diputado, senador y ministro, llegó a ser presidente de la República, aunque en un breve lapso durante la dictadura instaurada en 1973. También actuaron en política Félix Polleri y Francisco Tochetti Lespade.
De los “presidentes líderes” también fueron políticos Cataldi, como diputado y viceministro, y José Pedro Damiani, aunque este solo a través de una candidatura a la Intendencia de Montevideo. Todos por el Partido Colorado, una característica que se prolongó a través de los años. En Nacional, en cambio, predominaron los políticos del Partido Nacional, pero hubo presidentes de diferente signo político.
Luego llegó el tiempo de los profesionales y empresarios. Allí se distingue el nombre de Juan Antonio Scasso, el arquitecto “padre” del Estadio Centenario. Hubo además un ingeniero agrónomo (Arturo Abella), abogados (Alberto Mantrana Garín, Bolívar Baliñas, Álvaro Macedo, Constante R. Turturiello), un militar (Armando Lerma), dos ingenieros (Luis Giorgi y José Buzzetti) y un contador (Raúl Previtali). Pedro Viapana era empresario, al igual que Güelfi, Cataldi, los Damiani (con vinculaciones en el sector financiero), Lecueder y Ruglio. Jorge Barrera, además de abogado, fue diputado colorado.
Baliñas y Macedo se desempeñaron además como ministros de la Suprema Corte de Justicia y Previtali contador general de la Nación.