El Consejo Directivo de Peñarol se reunió ayer por la tarde pero aún no definió si finalmente el club le venderá o no entradas a los hinchas de Rosario Central de cara al crucial partido de Copa Libertadores que se jugará el martes 28 de mayo a la hora 19:00 en el Estadio Campeón del Siglo en la definición del Grupo G del certamen.
Tras los graves incidentes registrados el jueves 4 de abril en el Gigante de Arroyito, donde tras el final del partido Maxi Olivera fue agredido con un proyectil en el rostro que le provocó un corte, el mirasol denunció los hechos ante Conmebol y desde la institución se comenzó a barajar la posibilidad de que no se le vendieran boletos a la parcialidad canalla.
Desde Peñarol, muchos entienden que es un partido de alto riesgo y no hay necesidad de exponer a los hinchas, al personal policial, a funcionarios y a su propio estadio ante una latente posibilidad de incidentes.
El tema llegó a la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y su presidente Ignacio Alonso, se manifestó en consonancia con la postura del aurinegro: “Nosotros desde el primer momento, cuando se dio el sorteo, advertimos en la interna que este cruce podía tener consecuencias a nivel de seguridad y trabajamos para tomar precauciones fundamentalmente a nivel de Uruguay. Nos parece que después de lo sucedido este asunto se agravó y es necesario (considerar) los riesgos que podía suponer una visita masiva”, inició en diálogo con Sport 890.
“Las condiciones se agravaron y Peñarol quiere minimizar esos riesgos para sus hinchas, la institución y las personas. Estamos hablando sobre conocimiento de amenazas. Peñarol ha tomado una postura y la AUF acompaña y apoya”, agregó.
En Peñarol ya están al tanto de la sanción que puede recibir el club desde Conmebol, cuyo monto mínimo sería de US$ 20.000.