Los tuits son, en el mundo de hoy, una vía de comunicación muy potente a la que recurren distintos presidentes y personalidades importantes en todo el mundo cuando quieren transmitir un mensaje a través de sus propios canales oficiales. En el caso de Flavio Perchman, su cuenta de X -antes Twitter- (@FlaCePer) dormía con telarañas hasta que su equipo de comunicación decidió reactivarla, durante la campaña electoral, y hoy es una de las redes desde donde teje una relación de ida y vuelta con los hinchas.
Ayer, fue directo al hueso y, refiriéndose al “atraso” salarial de los futbolistas del plantel principal de Nacional que trascendió públicamente, dijo: “Los jugadores no han hecho ningún reclamo y entienden la situación sin drama alguno. Están enfocados en Boston River. Les depositamos a todos los más jóvenes sus salarios”.
Fuentes del cuerpo técnico de Nacional confirmaron que no percibieron “ninguna molestia” de parte de los profesionales por esta situación, tal y como subrayó Martín Lasarte en conferencia de prensa. De todas formas, el pago de los salarios correspondientes al mes de enero se debe saldar y eso finalmente será hoy, según confió a Ovación una persona allegada al manejo de las finanzas.
Desde el oficialismo aseguran que el dinero de la transferencia de Lucas Sanabria (US$ 3 millones libres de Los Angeles Galaxy) llegará en las próximas horas de esta jornada y que, con esa inyección que entrará a las arcas del club, se completará el monto necesario para cubrir un gasto que promedió casi US$ 800.000 por mes en 2024, de acuerdo a la última memoria anual del club a la que tuvo acceso Ovación.
Según declaró Perchman en una entrevista publicada a este medio el pasado viernes, el presupuesto del plantel creció “salarialmente un 10%”, por lo que, de ser así, la cifra actual estaría muy cerca de los US$ 900.000 (incluyendo los recursos destinados al cuerpo técnico).
Cambio de paradigma
La nueva directiva encabezada por Ricardo Vairo y el propio Perchman decidió dejar a un lado la vieja modalidad que aplicó la directiva saliente, que pagó a los jugadores, a más tardar, el 10 de cada mes en los seis años de gestión.
En consecuencia, los dirigentes que manejaban la estructura financiera se veían obligados a salir en busca de préstamos para amortizar esos gastos y, al mismo tiempo, cumplir con las obligaciones de corto plazo.
Tomaron distintas líneas de crédito, que fueron desde empresas, corredoras, hasta entidades financieras. Por lo general, durante los primeros días de cada mes, salían a pedir un dinero que posteriormente cancelaban, una vez que el gasto salarial quedara cubierto. Eso sí: por cada operación se generaron intereses, que, según les machacaron desde la oposición en la campaña electoral, terminaron siendo “el doble” de lo que pagaba el club en 2018.
La calesita financiera llevó a que el dirigente Alejandro Balbi y el exsecretario general Pablo Durán salieran como garantía y fueran “fiadores solidarios” ante un eventual embargo. Esa carga, antes de las elecciones, pasó a los hombros de José Decurnex y hace algunas semanas ya se presentó la sustitución para que la asuman otros dos dirigentes.