Hace alrededor de 10 años que su vida “cambió diametralmente” tras un encuentro “con Jesucristo”. A partir de esa situación, Juan Carlos Carrasco (47) dejó atrás una etapa “de libertinaje y diversión” para vivir en base a “la palabra de Dios” y así centrarse en sus dos grandes objetivos: la familia y su carrera como director técnico.

Juan Carlos, hijo de Juan Ramón Carrasco, le confesó a Ovación que antes de darse ese cambio pasó por momentos muy difíciles. “Estaba la diversión y la discoteca que seduce a la carne. Ese camino me llevó a transitar situaciones complicadas y tuve que elegir. Tal es así que, para mí, fue una enorme bendición encontrarme con Jesucrito porque comencé a ver la vida de otra manera”, narró con mucha efusividad.

Hace 10 años que está casado y tiene dos hijas, Olivia y Sara, a las que definió como “dos regalos de Dios”. Es por ello que todo lo que piensa y realiza es en pos de su familia.

“Tengo la responsabilidad como esposo y padre de dejarle un legado a mi familia, pero no solo en el plano económico, sino en el amor de la palabra de Dios. Además, debo ser un padre y un esposo con integridad y valores”, aseveró Juan Carlos.

Ni bien optó por llevar a cabo este giro de 180° en su vida, hubo una persona que se dio cuenta de ello y fue su padre, Juan Ramón.

“Fui muy salidor, y no tengo vicios. Era pícaro. Mi mujer superó tsunamis conmigo. Hace 33 años que estamos casados y somos muy felices”, comentó JR en dialogo con el programa #Minuto1 en Carve Deportiva el pasado miércoles 6 de setiembre.

Los cambios que arrancó a implementar Juan Carlos fueron no beber “alcohol en una reunión familiar o decirle que ‘no’ a ciertas invitaciones que podían terminar en un problema que no le agrada a Dios”.

Todo esto le produjo “enfrentamientos con la familia y amigos que no lo aceptaron”. Además, evidenció que ello “es el precio que se paga por seguir a Cristo y por tener convicciones claras que se oponen a otras intensiones y selecciones de vida”.

Foto: Estefanía Leal.

En los últimos cinco años estuvo dirigiendo las inferiores de Fénix, pero en diciembre se terminó su vínculo y la directiva albivioleta decidió no renovárselo.

Juan Carlos afirmó que le encanta trabajar con los juveniles porque no solo les deja enseñanzas en lo “futbolístico, sino también en valores”. Esa salida del conjunto de Capurro lo llevó a reflexionar y a verlo como una nueva oportunidad para cumplir uno de sus grandes objetivos: hacerse cargo de un equipo de Primera División.

Juan Carlos no es un entrenador con poca experiencia ya que su primer trabajo fue en 2003 al tomar las riendas de la Tercera División de Fénix cuando tan solo tenía 27 años. En ese entonces, JR dirigía al primer equipo albivioleta con gran suceso. Uno de sus mejores resultados fue la goleada de Fénix 6-1 ante Cruz Azul por la Copa Libertadores de América en 2003.

En esos años, antes que se jugaran los partidos de Primera División se llevaban a cabo los encuentros preliminares entre las formativas de los cuadros. Por esa razón muchos hinchas albivioletas iban temprano al Parque Capurro para ver al combinado de Juan Carlos.

Esa fama le dio la chance de dirigir al primer equipo de Tacuarembó en 2006. Daniel Albernaz, presidente de Tacuarembó en ese entonces, quedó fascinado por cómo jugaba ese juvenil equipo de Fénix y por cómo declaraba Juan Carlos. Es por ello que resolvió contratarlo y con apenas 30 años se transformó en el entrenador de la institución del norte del país.

“Nos salvamos dos fechas antes del descenso y fue una linda experiencia”, rememoró. El 11 de octubre de 2006 la directiva de Tacuarembó resolvió cesarlo. Tras esa etapa, trabajó como asistente de campo de su padre en Fénix, Nacional y otro clubes más. Además, tuvo un breve pasaje en 2014 en Torque, antes que lo adquiriera el Grupo City.

Pero si Juan Ramón lo llama para que vuelva a ser uno de sus asistentes, Juan Carlos afirmó que no “desecharía esa oportunidad” ya que tiene “una familia por detrás” que lo necesita. No obstante, su gran anhelo por el que están constantemente preparándose es volver a dirigir un club de Primera División.

Juan Carlos aseguró que “absorbió mucho” de su padre a la hora de armar sus equipos. “La idea madre es tener una voación ofensiva; ser protagonistas en todo momento”, comentó el director técnico.

Foto: Estefanía Leal.

Juan Carlos Carrasco tiene la mira puesta en volver lo antes posible a la Primera División. Su última experiencia fue dirigiendo a Torque en 2014. No obstante, reflexionó sobre cuáles cree que fueron las razones por las que no le llegaron ofertas. Una de ellas la emparentó con su padre, Juan Ramón. “No sé si no cae simpático en algunos directivos o, tal vez, no se ven identificados con la forma de jugar o de ser como director técnico y eso seguramente cierra algunas puertas”, relató.

Juan Carlos señaló cuál fue el otro gran motivo por el que lleva nueve años afuera del primer plano del fútbol uruguayo. “No me gustan las cámaras, no voy a las canchas a realizar ‘actos de presencia’ porque soy de ver fútbol en mi casa”, dijo el DT.

Cuando le notificaron que no iba a continuar en las formativas de Fénix se le vino abajo “la expectativa que tenía para asumir en el primer equipo”. “Pero me fui con la tranquilidad de que me sondearon y que Dios me va abrir una puerta para poder mostrar mis condiciones”, explayó.

Juan Carlos Carrasco en todo momento hizo énfasis en una frase: “Soy un profesional”. A raíz de ello, considera que “entrenar y dirigir a un equipo es un trabajo”. Por lo tanto, no se puede dar el lujo de decirle que “no” a ciertas instituciones por el pasado como futbolista y como director técnico de su padre, Juan Ramón Carrasco, quien jugó muchos años y dirigió a Nacional, y tuvo un breve pasaje por Peñarol. Aunque ello no le mueve un ápice a Juan Carlos sobre su postura. “Si una institución me viene a buscar para contratarme como su director técnico no lo evaluaría por ser tal u otra institución”, manifestó el hijo de JR. Sin embargo, sí puso sobre la mesa un ítem que para él es fundamental: sus convicciones. “No trabajaría en un club que me impusiera ir contra mis valores”, contó.

Juan Carlos volvió a recalcar que “a nivel de instituciones” no tiene problema porque “hay que trabajar ya que la vida se pasa muy rápido”. “Necesito trabajar: tengo una familia por detrás y hay muchos entrenadores y pocos equipos para todos”, expuso el entrenador.