Publicidad

Josema volvió a jugar y fue titular en la victoria de Atlético Madrid ante Sevilla

Compartir esta noticia
José María Giménez y Kasper Dolberg en el partido de Atlético Madrid y Sevilla por la Liga española. Foto: AFP

ESPAÑA

El defensa uruguayo no pisaba el campo hace un mes por una dolencia en la espalda y esta semana volvió para un gran encuentro.

El Atlético de Madrid de José María Giménez,que volvió jugar y ser titular, ganó con un partido muy serio y efectivo, por 0-2 en la cancha de un Sevilla impotente y en caída libre.

Los rojiblancos mandaron siempre en el partido ante un Sevilla sin ideas ni alma, que vio agudizada su crisis y despedido con pitos por su afición, un dominio que el Atlético trasladó al marcador con los goles de Llorente en el 29, tras un saque de banda y un centro de Koke, y de Morata, en el 57, al aprovechar un saque de puerta de Oblak, la presión de un activo Cunha para forzar el fallo de la zaga local y su acierto en el mano a mano ante Bono.

Era un choque de urgencias entre dos equipos de 'Champions' situados bajo la lupa, muy exigidos, por un mal arranque liguero compartido, en especial el Sevilla de Julen Lopetegui.

Con parecida necesidad acudía el Atlético a Nervión, con mejores resultados (séptimo frente al decimoquinto puesto de un desconocido Sevilla), pero en horas bajas, con dudas y con Diego Simeone también discutido y criticado, por lo que era un duro examen, lleno de presión, tanto para ambos equipos como para sus técnicos.

Y Lopetegui y Simeone, también condicionados por la ausencia en este parón de sus muchos internacionales, buscaron la reacción renovando sus onces. No les tembló el pulso. El vasco hizo cuatro cambios: el galo Nianzou de central, el neerlandés Rekik de lateral, el danés Delaney en la media, el argentino Lamela de extremo y el danés Dolberg, titular por primera vez, en punta. El técnico argentino fue un punto más allá, con 6 novedades.

Volvió a una línea de cuatro y pudo alinear por primera vez juntos al montenegrino Savic y al uruguayo José María Giménez, con el argentino Nahuel Molina en la derecha y pasando el belga Witsel a la media junto a Koke, que se convirtió en el atlético con más partidos de su historia (554); Saúl en la izquierda; y arriba Morata y el brasileño Cunha, en detrimento del francés Griezmann y el luso Joao Félix.

El Sevilla salió fuerte, con intensidad, pero sin apenas profundidad ante un Atlético que nunca perdió el sitio sobre el césped. Los de Lopetegui, con Lamela, Isco, Óliver Torres o Dolberg, lo intentaban, pero sin claridad ni peligro, mientras que el incombustible Koke mandaba y se asociaba bien con Llorente, y Cunha, muy activo, inquietaba a los locales con su velocidad.

Ninguno generó ocasiones claras, salvo un centro de Koke a los 2 minutos que se envenenó, pero que despejó bien el marroquí Bono, y un disparo que se le fue alto a Morata, solo en el área, a los 19 minutos. Aún así, se veía que el control era del Atlético y no lo desaprovechó Llorente al filo de la media hora.

Fue tras un saque de banda desde la izquierda y un cambio de juego de Koke, el timón de este Atlético ordenado, muy sólido. Llorente controló en la zona derecha de la frontal del área, se deshizo con un quiebro del brasileño Alex Telles, que acababa de entrar por el lesionado Rekik, y marcó el 0-1 con un preciso tiro cruzado.

Tras el descanso, Lopetegui movió el árbol para revertir la situación como fuera y pasó a una zaga de tres (Carmona, Gudelj y Nianzou) con la entrada de Jesús Navas por Kike Salas y del croata Rakitic por un Delaney ausente. Pero nada cambió, el Atlético siguió con su dominio, sin pasar apuros por su férrea y acertada defensa, y asustando de vez en cuando. Como un martillo; sin prisas, pero sin renunciar a hacer daño al rival.

El Sevilla se volcó en pos del empate, pero sin ideas, ni magia ni alma ni efectividad, jamás encontraba el rumbo para poner en apuros a un conjunto colchonero superequilibrado, con las ideas muy claras y que siguió a lo suyo.

Así, Morata amplió la renta con el 0-2 a los 57 minutos, al aprovechar un saque de puerta de Oblak y que Cunha, implicado e incisivo siempre, le ganó el balón a Carmona para que el internacional madrileño batiera por alto en el mano a mano a un Bono absolutamente 'vendido'.

Ahí se acabó el pleito, pues el Sevilla, impotente e incapaz de superar el sólido y serio entramado del Atlético, quiso dar un paso adelante, pero sin fuerza ni potencial ofensivo para hacer nada en medio del enfado de su afición.

Es más, fueron los atléticos Cunha, en una contra que salvó Bono, el argentino Correa, con un remate de cabeza alto en una inmejorable posición, y en un par de acciones Griezmann, que salió a la hora de juego por Morata, quienes pudieron marcar.

Como contrapartida, un pobrísimo balance de un único remate destacable de un triste Sevilla, un testarazo del marroquí En-Nesyri a un cuarto de hora del final y al que replicó con un paradón Oblak. Al final, 0-2 y de nuevo bronca y silbidos generalizados del sevillismo.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad