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Actualmente, muchos futbolistas de la primer a división del fútbol uruguayo tienen carreras universitarias, están cursando o asistieron en algún momento.
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Cuando a fines de diciembre de 1999, el futbolista Andrés Fleurquin se recibió de licenciado en Administración de Empresas, marcó una diferencia y se convirtió en un emblema de que los futbolistas no tienen por qué dejar de estudiar cuando llegan a Primera División.
Según relató Fleurquin a Ovación, hizo la carrera en cuatro años y pudo terminarla justo antes de emigrar a Europa.
En aquel momento, pocos hacían lo que él: se llevaba los libros a las concentraciones y viajes que tocaran. “Tenía que tener mucha disciplina y ser estricto con el tema horarios. Creo que eso hizo posible que pudiese hacer las dos cosas”, señaló.
Para Fleurquin, compaginar estudio y trabajo tiene más que ver con los objetivos de vida personales. El exfutbolista aseguró que es importante conscientizar a los jóvenes que el estudio o, incluso, aprender un oficio, es fundamental para lo que viene después del fútbol.

Luego de Fleurquin vinieron más casos: Agustín Viana e Ignacio González siguieron sus pasos.
El caso de González también sonó mucho: iba a la universidad al mismo tiempo que salía campeón uruguayo con Danubio en la temporada 2006/07. Sin embargo, cuando dio su salto al exterior tuvo que dejar de estudiar y ahora quiso retomar, pero tendría que empezar casi de cero y es probable que no lo haga, comentó a Ovación.
Pero no son los únicos, Juan Silva Cerón es abogado; el exarquero Juan Castillo y el exvolante Gabriel Alcoba son profesores de Educación Física; el hoy entrenador, Ricardo Moller es veterinario y, probablemente, la lista sea aún más extensa.
Matías Pérez, integrante del ejecutivo de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), dijo a Ovación que la asociación hizo un convenio con los futbolistas por los derechos de imagen y ellos destinaron los recursos a un programa de la Mutual de Futbolistas que se llama “Más Mutual” y que involucra futbolistas profesionales, amateur y femeninas donde se dictaron distintos cursos, incluidos oficios, facilidades para terminar el liceo, así como apoyo a la salud mental, entre otros.
Casos de éxito y fútbol profesional

En la última fecha del Torneo Clausura, Guillermo May anotó el gol que adelantó a Danubio ante Peñarol en el Campeón del Siglo y fue uno de los mejores de la cancha.
Lo que no muchos saben es que, fuera de la cancha, el atacante dedica sus mañanas a cursar la carrera de Administración de Empresas en la Universidad Católica.
May es consciente que aunque esté en tercero y bastante avanzado en la licenciatura, es posible que en un futuro no muy lejano tenga que poner la vida universitaria en stand by: aún no encontró la forma de seguir cursando a distancia, en caso de que llegue un esperado pase internacional.
Según relató a Ovación, el futbolista piensa en recibirse y estudiar contabilidad o especializarse en finanzas, que es lo que más le gusta.

Justamente en Economía y Finanzas se centró el jugador de Wanderers Diego Riolfo. El enganche, que tuvo trayectoria nacional e internacional, logró recibirse y realizó un posgrado.
“Cuando empecé a jugar al fútbol profesionalmente fue cuando terminé el liceo, entonces me acostumbré a hacer las dos cosas. Fue con mucho sacrificio, me iba a las siete de la mañana y volvía a las ocho o nueve de la noche, pero era una edad en la que tenía la energía para hacerlo. Cuando llegué a Primera División me parecía normal. Estudiar siempre me sirvió para despejarme del fútbol y viceversa”, detalló.
El jugador bohemio explicó que las distancias que recorría a diario en ómnibus le sirvieron para optimizar tiempos.
“Me llevó más de 10 años, pero logré el objetivo que tuve desde el primer momento”, remarcó. El jugador dijo que le parece más sacrificada la tarea de una persona que trabaja a tiempo completo y estudia, mientras que él como futbolista dedica entre tres y cuatro horas y luego tiene espacio en las tardes o las mañanas para estudiar.
Similar al caso de Riolfo es el de Diego Viotti, el odontólogo y especialista en ortodoncia que juega en el primer equipo de Albion. El futbolista contó a Ovación que siempre tuvo el incentivo de su familia para desarrollarse y que eligió la profesión cuando tenía 16 años.
Se recibió a los 23 años y desde entonces ejerce. Luego, hizo la carrera adaptando sus horarios para compaginar ambas actividades, algo que mantiene hasta el presente.
Viotti coincidió con Riolfo en que la vida de futbolista es compatible con el estudio, porque deja horas libres en el día: “Con una buena planificación y organización se puede hacer las dos cosas. Voy adaptando mi agenda para que todo fluya”, destacó.

La elección de Rafael Haller
Rafael Haller hizo todo de un tirón: acomodó su vida futbolística al estudio y cambió de liceos para poder seguir formándose, siempre que los horarios no le servían y cuando tenía 18 años empezó la carrera de Ingeniería.
Lo hizo de forma progresiva, cursó la mitad de las materias un año, la segunda al otro y así progresivamente. Sabía y sabe, contó a Ovación que no está totalmente asegurado su futuro con el fútbol, aunque está en Primera División en Danubio y jugó muchos encuentros de titular.A mediados de 2021, las cosas se complicaron y tuvo que dejar de estudiar porque no podía dar los parciales. Aunque anhela seguir formándose optó por enfocarse en el fútbol.
Algunos de los universitarios
Diego Viotti
Diego Riolfo
Rafael Haller
Lucas Núñez
Nahuel Soria
Guillermo May
Bruno Veglio
Nacho González
Leandro Sosa
Peñarol y Nacional